✎ Primera Luna: Creciente

Mientras la arena del reloj seguía en movimiento, fluyendo lentamente hasta que se consumiese el tiempo que quedaba más gente hizo aparición en aquella sala tenuemente iluminada por las velas que allí había. La primera en hacer su tardía entrada no ere otra que Ruddy, su condesa. Entró en absoluto silencio como era su costumbre y se colocó justo detras de Collin. Este le lanzó una mirada en la que se mezclaban reproche por llegar tarde al llamamiento y alivio, ya que significaba un apoyo para él. Era la única con la que tenía un trato cercano. Hacia los rangos inferiores se mostraba frio y distante, mientras que con sus superiores más trato, pero siempre desde el gran abismo que lo separaba de la duquesa y los principes. Probablemente lo vieran bajo la misma óptica con la que él se relacionaba con sus inferiores. Ruddy era su igual y eso hacia que con ella se comportaba de manera especial. Se mantuvo delante de ella, para intentar así protegerla aunque sabía que si los principes se enojaban, no tendría ninguna posibilidad.

Sin embargo no fue la única persona que apareció alli en aquellos momentos mientras la cuenta atrás lse acercaba a su inevitable final. Un par de niños más se adentraron en las sombras que danzaban en la habitación al ritmo de las velas mientras se consumían. Uno de ellos llevaba un pequeño pájaro que revoloteó hasta posarse en algún sitio que no quiso ver. Aquello se estaba llenando de animales y más que un orfanato empezaba a parecer un zoo. Prestó mucha antención a las palabras del príncipe, así que de eso se trataba, aquel era uno de sus juegos, en el que había que coseguir los crayones para eitar el castigo. Ademas aquel que consiguiese el de color rojo obtendría un premio. Todos menos uno conseguirían mantener su propia seguridad al menos por el momento. Allí entraba en acción la manera de hacerse con uno, a parte de Ruddy no sabía si podría fiarse de alguno más.

Así que aquella chica de cabellos blanquecinos era la duquesa. Aquello resultaba una información interesante. Él también la vigilaría a pesar de no recibir aquella orden. Después de todo el siguiente paso para ascender era conseguir el título de condesa. Si algo sabía hacer era vigilar su puesto, mientras buscaba la manera de conseguir su propio ascenso. Si conseguía el crayón rojo, probablemente ganaría meritos para conseguirlo. Pero tampoco perdería el tiempo buscandolo deseperadamente, si encontraba otro, no dudaría en cogerlo. El muchacho llamado Kris y la muchacha querían saberel nombre del resto para conocerse mejor.- Una pérdida de tiempo, eso es lo que es. No es necesario conocer los nombres de los oponentes, solo como derrotarlos.- Comentó en un susurro para que ninguno de los asistentes le oyese, salvo tal vez Ruddy que se encontraba a su lado. Odiaba a la gente que hacía preguntas que carecían de significado y eran irrelevantes.

Se giró ante el comentario del muchacho del pájaro. Probablemente aquellas fuesen las peores palabras que pudiera haber dicho. Había acudido a aquella sala y había escuchado las reglas del juego que se presentaba aquella noche. Esa decisión sin duda iba cuanto menos molestar a los principes. No veía probable que le fuesen a dejar marcharse por laas buenas de allí. Sin embargo, no iba a detenerle quería ver como se desarrollaban los acontecimientos y que consecuencias podía tener su comentario

Que más podía hacer en ese momento? solo observar a cada uno de los presentes,escuchar con atención y dejarse alimentar por el miedo, la impaciencia e incluso la rivalidad que podía crearse, las palabras del príncipe fueron escuchadas con claridad y si era necesario matar en este juego para conseguir ese crayon o mínimo torturar, pero lo quería a como de lugar, Eriz quería ser la mejor, no defraudar a su princesa en ningún momento, en todo momento miraba a la princesa, como esperando alguna orden o algo así.
Eriz seguía fielmente a Dahlia y claro, también al Principe Oso, sin embargo era muy apegada a la princesa y tenía sus razones para serlo, pues Eriz era todo un misterio, solo los príncipes le conocían y era quien mantenía su palabra, juramento...ella nunca les fallaría y era la palabra que le mantendría ahora y siempre.
Cuando vio la mirada que Dahlia le ofrecía ladeo su cabeza y fue entonces que una sonrisa retorcida se dibujo en sus labios, asintió, su mirada brillo como cuando a un niño se le entrega un nuevo juguete, si...la vigilaría, se encargaría de que no fuera una chica mala.

Aquel chico Fausto si no se equivocaba, no le había vigilado...tendría que tratarlo de cerca pues ese comportamiento comenzaba a irritar a la pequeña Eriz, frunció el ceño, y camino un poco hacia adelante para poder observar a los demás, muchos correrían una suerte terrible, aquí había muchos que llamaban su atención, muchos que no le agradaban y muchos que podían ser un juguete nuevo, Eriz no era para tratarse de enemiga, si no que se debía tener mucho cuidado con ella.

"Cada uno de los presentes comenzaría a simbolizar una pieza en el tablero en el cual Eriz jugaba, soñando con dar hacke a todas las piezas...cada una, formaría parte de su vida, no todas correrían la misma suerte...aquí las cosas variaban, pues no se sabía que pensaba la pequeña, no se sabía que podía hacer"
Ladeo su rostro con inocencia, el chico que anteriormente había salido del lugar seguro las pasaría muuuuy mal y seguro rogaría...quería que ese día llegara, estaba retando las reglas, no podía dar vuelta a esto.

-Si el príncipe dice que jugaremos...lo haremos! ~...- Por fin dejo a conocer aquella misteriosa voz, aquella que cargaba inocencia sin dejar de lado la malicia que se derramaba con aquel canturreo.
"Si la princesa quiere que sufras....lo harás hasta que pidas piedad ~ " Pensó esto mirando fijamente a la princesa, tratando de dar ese mensaje, Dahlia sabía que Eriz buscaba cualquier pretexto, cualquier orden para poder hacer de las suyas, divertirse y claro...si esto llegaba a beneficiar a la princesa, esta levantaría el estado de animo de la peli-azul.

Cuando el patito volvió a saltar de mis manos me conecté de nuevo con el mundo, y reprocesé todo lo que habían dicho hasta el momento. ¿Qué tanto tiempo me había quedado encantada con aquel animal? Además el Príncipe Oso me había dirigido unas palabras de forma bastante severa. Cuando la princesa nos dijo que nos fueramos le hice una reverencia.

-Un gusto, majestad- Murmuré, antes de salir correteando de allí hacia los pasillos. ¡Un juego!¡Qué divertido! Llevaba tiempo sin jugar con humanos, claro que los gatitos están muy bien cuando los comprendes, y son mejores que la pura soledad, tan cruda y amarfa como siempre. Continué con aquel paso hasta alejarme del lugar en que fui citada para encontrar un crayón de algún color. Si era rojo mejor.

Así que aquel iba ser el juego en el que tendrían que participar. Encontrar los crayones de colores para conseguir cierta protección, aunque solo fuese momentania. Tendría que darse prisa en hayar alguno, ya que no todos iban a conseguir encontrar alguno, lo que equivaldría a un castigo por parte de los príncipes para dicho sujeto. Desde luego, esperaba no tener que comprovar él mismo que clase de castigo tenían preparado para aquellos que no encontrasen un crayón. El príncipe Oso no estaba muy contento con aquel muchacho, y la verdad es que Collin tampoco. No era más que un charlatán al que se le escapaban las fuerzas por la boca. ¿Por que razón siempre tenía que haber alguien así? Estaba claro que no entendía bien donde estaba, ni ante quenes estaba. Aquello no hacía más que aumentar su molestia. No podría decirse que le enfadaba, porque no era común que mostrase un sentimiento tan intenso como ese. No iba a permitir que actuase de aquella manera.

-¿Como puedes dirigirte así al príncipe? !Muestra un poco más de respeto hacia él! ¿Acaso eres un salvaje, que no tiene idea de comportarse en su presencia?- Le dirigió una mirada fría, pero igualmente intensa, que de haber podido matarlo con ella, lo hubiera hecho sin dudarlo un instante. Sin duda si proseguía con esa actitud tan descuidada hacia ellos, no le auguraba un futuro muy agradable para él. Esperaba que los principes hubiesen preparado algo, ya que claramente habia que "enseñarle" modales. Cuando se marchó de la habitación, se sintió un poco más relajado. No le quitaría el ojo de encima. También se percató de que la muchacha que se había presentado como Yume también se iba. Ella le había parecido más simpática que el otro sujeto. Para empezar ya tenía a su favor que era una chica, y además con buenos modales hacia ellos. Por su parte Collin decidió permanecer en la sala un poco más. No tenía sueño y alli estaba más a gusto que en su cama mirando el techo.

Se despertó ante el llamado y escuchó atentamente las instrucciones, pero al intentar salir de su pieza con su capa de noche puesta, se dio cuenta de que estaba trabada. ¿Quien rayos la había trabado? Por un momento sintió pánico, odiaba volver a sentirse atrapada, pero después de varios intentos logro encontrar la forma de salir. Lamentablemente, le llevo mas tiempo de lo que le hubiera gustado.
["¡Estoy llegando tarde! ¡Demonios!"] Pensaba mientras atravesaba pasillos y subía escaleras.
Al llegar al segundo piso, notó algunas personas merodeando... Eso quería decir que la reunión ya había terminado...["Esto... esto no me lo dejarán pasar..."] Suspiró y aun así, aunque sabía que llegaba mas tarde de lo que hubiera esperado, subió las ultimas escaleras que la llevarían hasta el punto de reunión, donde varios ya se habían retirado.
La noche se había complicado demasiado. Alguien le había jugado una mala broma. MUY mala broma. Y ahora por eso seguramente debería pagarlo caro.
Maldición. Cuando descubriera quien había sido el que la había encerrado, lo cual seguramente haría, se iba a vengar, y el culpable la pasaría mal, muy mal.
Entro en la habitación con una mirada serena, que escondía el temor a su castigo.
Se saco su capa e hizo una reverencia, y aun con su cabeza gacha, Habló.
-Buenas noches, pido disculpas por mi impuntualidad.- No serviría de nada poner excusas. Había llegado tarde y nada podía hacer. Espero callada a que le dirán alguna instrucción, o prepararán su castigo. ["Solo me queda esperar..."] Se dijo a si misma sin levantar la cabeza, sin atreverse a mirar a sus superiores.

En su ronda nocturna, Delta merodeaba por los pasillos, le empezaba a agradar dar esos recorridos nocturnos, tenía lo que le gustaba: tranquilidad. Algo le distrajo de sus pensamientos, había escuchado pasos de alguien cerca, del mpasillo donde estaba, vió pasar a alguien y sin pensarlo dos veces le siguió al segundo piso, siendo cauteloso de ocultarse en las sombras. El joven enmascarado no tardó en ver la gente que salía de una habitación, pensó que talvez era algo importante... pero como habría de suponer, ser nuevo era la desventaja de enterarse al final. Sin decir palabra entró sigilosamente, quedaban pocos en la habitación.

-<<Me preguntó qué pasa aqui>> -pensó, se quedó pegado a la pared, cruzado de brazos, mirando el lugar, despreocupado. Riley ignoraba completamente lo sucedio, y pensó en que su mejor opción sería fingir demencia, como la había resultado en sus viajes. La ventaja de tener máscara, era que se sentía libre de observar sin que nadie notase su mirada, enseguida notó a la chica que momentos antes había seguido hasta el lugar. Pensaba en acercarse y hablar, pero tenía el presentimiento que lo mejor era quedarse en su sitio, esperar el momento indicado y actuar.

ya luego del reto de nicholas, y las miradas y bromas de aquellas personas, empezaria un juego nuevo un juego que seria conveniente para poder subir y tener mas personas de las cuales gozar mientras tortura y/o asesinar, seria interesante comenzar a dialogar con otros niños por el momento...

-Bueno a los lideres del grupo les pido disculpas por mis palabras y supongo que deberia ya comenzar a buscar lo que se nos pidio...- *hace una reverencia*

Sale de la sala lentamente, para poder hacer lo que le habian pedido, levanta la mano en señal de despedida...

Dormía placidamente, bajo las sabanas de su cama estaba bastante cómoda pero aquel sonido que se escucho después la hizo despertar , entreabrió los ojos con algo de cansancio, entre bostezos se incorporo quedando sentada sobre su lugar de descanso, miro hacia ambos lados un tanto desubicada alzo la vista y allí estaba el parlante, la voz que no hacia mucho había escuchado provenía de el abrió los ojos como platos al escuchar las instrucciones que mas que nada parecían ordenes, dio un respingo para luego bajarse de la cama, se puso calzado y corrió hacia la puerta dando brinquitos y estando frente a la ya nombrada se detuvo – como pude olvidarte – susurro caminando nuevamente para devolverse y tomar a su amigo felpudo que yacía en el cabezal de la cama para luego salir de la habitación y comenzar a correr hacia el lugar designado.

Corrió a toda prisa subí las escaleras hasta que sus pequeños pies la llevaron a una enorme puerta, "estoy en problemas"pensó la pequeña pelirroja disminuyendo el paso terminando por detenerse frente a la enorme puerta, apoyo sus manos en esta, abriéndola y entrando con la cabeza gacha y la mirada en el suelo – yo…lamento la tardanza…- se disculpo la niña sin atreverse a mirar a los que allí se encontraban.

Al parecer no era la única que llegaba tarde. Atrás de ella llegaban alguno chicos más, pero eso no la hacía sentirse mejor. Incluso la hacía sentirse peor... Era una irresponsable como algunos mendigos... Que desalentador.
Al entrar la duquesa aplaudió. Por lo visto estaba marcando lo que en algún momento se volvería su diversión.
Lo único que realmente sabía Sophie, era que cuando encontrará al desgraciado que la había encerrado en la habitación se vengaría como nunca antes lo había hecho. Esa persona la iba a pasar realmente muy mal, y no le importaba quien fuera.
Al parecer la Princesa había ordenado a la duquesa que dejara de aplaudir, y luego simplemente se limitó a decirles que no eran horas de llagar. ¿Solo eso iba a hacer? ¿No iba a haber castigo? No... eso no era posible... Quizás lo reservaría para un momento adecuado.
["¿Crayones? ¿Hay que buscar Crayones?"] Si, parecía algo bastante sencillo... una simple búsqueda del tesoro. Pero la rubia sabía que aquello no iba a ser tan sencillo. No, los Príncipes no eran personas que hicieran las cosas fáciles.
Debía apurarse. Los demás ya habían salido en busca de los crayones y ella no debía perder tiempo.
No se detuvo a mirar a nadie en el salón, simplemente hizo una pequeña reverencia tras las palabras de la Princesa de la Rosa Y, obedeciendo sus instrucciones salió del salón en busca del tesoro.
El juego comenzaba y no sería simplemente un juego de niños... Eso lo tenía claro.

Luego de que el joven se separase de la señorita Caroline esa misma noche alguien hablo por lo que parecia un alto parlante pero era bastante extraño ya que se suponia que fuese la voz de un adulto y en vez de eso era la voz de un niño que llamaba a que todos acudiesen al tercer piso, eso queria decir que habian mas niños aparte de el y la señorita Almit, lo otro que era bastante curioso era que estabamos a la mitad de la noche mas que curioso era misterioso al igual que este lugar tenia un hambiente algo extraño como de historia de terror pero bueno que podia hacer el ya estaba en aquel lugar.

Comenzo a caminar por los pasillos de la gran casona era tan grande como su antiguo hogar lo que le hizo recordarlo y otra vez su mente se lleno con recuerdos desagradables, el sentimiento de ira comenzo a llenarlo otra vez lo que lo hizo sentir un poco mal, ademas la joven Caroline ya no estaba para calmarlo.

Comenzo a caminar mientras dibagaba en sus pensamientos maldiciendo a los adultos ya en general no tan solo a los que le habian quitado lo que mas amaba, su odio iba disminuyendo conforme avanzaba puesto que se iba distrayendo mirando los pasillos y lo que habia en ellos, sus zapatos hacian crugir el suelo de madera, hacia un frio que calaba hasta los huesos pero a el no le importaba puesto que estaba acostumbrado a el, llego entonces al final del segundo piso en donde habian unas ecaleras que conectaban con el tercer piso el cual tenia un pasillo sin mas que una puerta en el fondo, despues de subir las escaleras se detuvo para poder escuchar si se producia algun ruido y asi era depronto el vio salir a varias personas de la puerta del fondo entonces se dirigio alli sin decir ni una palabra, solo les dio una mirada a las personas que venian saliendo que para su sorpresa tambien eran niños pero no les dijo nada nisiquiera un hola solo entro por aquel puerta.

Al atravesarla por completo se dio cuenta de que habia otro pequeño pasillo este solo iluminado con velas a los costados que mesian sus flamas al ritmo de los pasos de las gente que de alli salian, siguio andando hasta llegar hasta el fobdo del pasillo y se encontro con algo que no esperaba una pequeña niña que estaba sentada en una especie de torre echa con mesas y sillan apiladas, levanto la mirada hacia la jovencita que alli se encontraba.

-Buenas noches señorita disculpe que la moleste pero desfortunadamente yo soy nuevo en este lugar y me preguntaba si usted me podia explicar que es este lugar aparte de ser una gran casona ¿Que funcion cumple?-

Dijo a la jovencita de lugubre aspecto con una voz seria pero no altanera sino tranquila esperando pacientemente a que ella respondiese.

Desde luego, aquella reunión estaba llena de molestias. La gente seguía teniendo la osadía de asomar sus rostros por allí, a pesar de llegar extremadamente tarde. Aquello era una falta de respeto inaceptable, alababa la paciencia que mostraba la princesa con todos aquellos mendigos que llegaban tarde. A ninguno le dirigió malas palabras o similares, aunque no le cabía ninguna duda de que aquello no quedaría impune y recibirían su castigo en su debido momento. Collin simplemente se quedó observando como algunos entendian rapidamente las directrices y se marchaban, aunque a alguno parecía hacerle falta un enfoque más directo.

Para colmo de males, algien se atrevía a llegar todavía más tarde, además de que no parecía comprender la situación en la que se encontraba. No tenía conocimiento de que era aquel lugar, ni con quien estaba tratando. Directamente se había dirigido a hablar con la princesa. No reprimió que aquel trato le molestaba visiblemente y le lanzó una gélida mirada al recien llegado. Con lo que estaba haciendo no se iba a ganar la aprovación de la aristocrácia y aquello era algo muy a tener en cuenta.

Con aquella pregunta, su disposicón hacia el nuevo cambió radicalmente. Después de todo les estaba dando la oportunidad de decidir sobre su destino. Pensó que lo mejor sería mostrarse benevolente con el muchacho. Sería un buen paso para ganarselo. En sus manos estaba el que hacer con él y su vida pendía de un hilo. Había recibido una clara advertencia por parte de la princesa que tampoco parecía contenta con su llegada.

-Creo que deberíamos perdonarselo por esta vez. La ignorancia es una enfermedad.- Todo ello acompañado de una gran reverencia y mientras observaba al recien llegado.- Es mi humilde opinión mi princesa.

Y ahora las cosas se ponían más interesantes, sin embargo no nos vayamos muy lejos o al menos no me adelantare, un chico llego, al parecer un ignorante y con aquello acababa de echar sobre el una enorme y pesada cruz a lo que Eriz solamente levanto el mentón y una ceja para verle con cierto interés , el llegar como si nada y atreverse a cuestionar así como si nada, pfft! ya se había ganado una enemiga, la mano derecha de la princesa, Eriz Aeon. Desvió la mirada a la princesa quien tomo palabra ante lo que sucedía y tras aquella cuestión la enfermiza Eriz no evito el relamer sus labios e incluso soltar una mirada desquiciada, aquella cuando abría sus ojos de par en par y mostraba sus pupilas contraídas. Pero, el Joven Collin hablo llamando la atención de la menor quien dio unos cuantos pasos hacia el frente conteniendo las ganas de hacerle algo a aquel barón, ¿Perdonarlo? jah!! ¿intentaba burlarse acaso?!, su manera de llegar, sus preguntar, merecía un mero castigo o al menos Eriz deseaba que lo tuviera.

-Deberíamos jugar con el princesa!- Opino la princesa sangrienta y soltó una risilla mientras ladeaba su cabeza, miro a la princesa de nuevo con ansias, con su mirada encendida ante la emoción de poder hacer algo en ese momento, de poder divertirse antes de ir en busca de su tesoro, de su preciado crayón rojo, porque si! estaba segura de que ella lo encontraría, no había juego que ella perdiera por lo que se aferraría y lo encontraría a como de lugar.

Suspiro y trató de calmarse, espero una orden mientras relamía sus labios tratando de controlar esa sed de sangre, esa sed de sufrimiento, aquel provocado por ella o que mejor? provocado por su amada princesa?!, aaah! esto comenzaba a emocionarla en sobremanera por lo que su forma de mirar al chico era deseosa, no piensen mal...solamente le veía ya como una victima más.
Eriz era como un pequeño Lobo que apenas ve una presa y ya quiere acabar con ella para alimentarse....alimentarse de su sufrimiento, su dolor, su miedo...no se como describir esa sensación, pero se que con acciones mi pequeña Eriz lograra dejarlo bien en claro, pero tendremos que ser pacientes, solo un poco.
Se limito a quedarse de pie y suspirar calmandose, cerrando sus ojos en espera de que la princesa mencionara algo, cualquier cosa, pues sus ordenes eran una dulce melodía para los oídos de la pequeña peli-azul.


[off: siento lo raro e.e ]

La jovencita que alli estaba parecia ser la que daba las ordenes ya que su actitud era soberbia y altanera como si el joven no valiese nada, y quiza asi fuese, era un extraño y por lo visto alguien no deseado alli, al elevar la mirada hacia la señorita y hablar pudo notarlo inmediatamente pero quizas unas sinseras disculpas de parte del joven podrian hacer la diferencia, no lo sabia pero estaba dispuesto a averiguarlo de todos modos el ya formaba parte de este lugar y marcharse no era una opcion, fue entonces que la joven comenzo a hablar, ¿un orfanato? eso explicaria porque hay tantos niños penso mientras miraba a aquella jovencita eso expliicaria tambien porque estaba la señorita Caroline en este sitio, ¿Aristocracia? si fuese asi entonces ella deberia ser una especie de reina o princesa, luego dijo algo que al joven no le parecio muy bien, estaba hablando de matarlo cosa mas que seria pero el joven sabia de alguna manera que lo haria si asi quisiese, la manera de actuar y de hablar de la joven lo demostraban, lo sorprendente fue que le pregunto la opinion a los demas jovenes que alli se encontraban quizas ella no queria tomar la desicion de que hacer con el joven ya que lo encontraba insignificante.Los otros dos que aun se encontraban alli posaron la mirada sobre el joven que aun observaba a la señorita que se encontraba en lo alto, entonces el joven de tunica negra dijo que deberian perdonarlo que era un ignorante y la verdad tenia razon porque no sabia las reglas de ese lugar era su primer dia en aquel orfanato asi que se encontraba un poco desconcertado pero de todas formas desconfio del comentario de aquel muchacho ya que el formaba parte de ellos y podia ser una trampa, terminadas sus palabras la joven a su lado hablo, ¿Jugar? nunca le habian gustado los juegos menos de a muchas personas por lo que dejo de observar a la jovencita y giro su cabeza hacia los otros dos chicos, la mirada le cambio radicalmente se lleno de furia haciendole saber a los dos que si intenaban algo no saldrian ilesos, era como un animal acorralado atacaria a la primera señal de hostilidad de todas formas no tenia nada que perder, lo unico que lamentaria seria no volver a ver a la señorita Caroline era la unica que le trajo paz en una vida de caos y era quien podia mantenerlo calmado si perdiese el control.Giro otra vez la cara hacia la jovencita y al hacerlo la mirada le volvio a cambiar ahora no expresaba nada ningun tipo de emocion entonces se dispuso a hablar para ver que conseguia.

-Veo señorita que usted es la que manda en este lugar y si es una aristocracia usted deberia ser una princesa o una reina en tal caso pido humildes disculpas por la rudesa de mi comportamiento estuvo mal y lo reconosco y si tiene razon soy un ignorante al venir sin saber nada, he pecado pero dejeme redimir aquella falta sirviendole, si esta entre sus deseos perdonarme magestad prometo serle leal por el resto de la eternidad y por sierto mi nombre es Dimitri Maximoff a su servicio.-

Luego de decir reina o princesa el joven puso una de sus rodillas en el suelo y se inclino a modo de reverencia, sabia comportarse habia crecido sabiendo de aristocrasias asi que no era nada nuevo para el ademas y lo mas importante sabia pedir perdon aunque aveces actuase de manera arrogante sabia tragarse su orgullo si era nesesario, el tono de voz del joven era calmado y desidido, fuerte pero no al extremo que pensasen que se estaba imponiendo solo para hacer saber de que no habia titubeos en sus palabras, ahora solo faltaba ver la desicion final de la jovencita y no se levantaria hasta escucharla.

Spoiler:

Esperaba la respuesta de la jovencita cuando depronto el hambiente en la habitacion cambio, era tenso se podia cortar el aire con una navaja lo que incomodo al joven mas no se movio puesto que asi lo habia decidido, solo esperaba que todo marchase bien ya que la primera impresion que dio no fue la mejor entonces pudo escuchar unos pasos y luego la voz de un joven que hablaba pero el no levanto la mirada para ver al joven recien llegado solo se limito a escuchar los veredictos que tenian que dar ambos.

No pasaron ni dos minutos cuando el mismo joven en un tono fuerte y demandante pregunto que es lo que estaba haciendo Dimitri en ese lugar lo que le dio a entender de que el era el segundo al mando, o quizas seria aquel joven el primero al mando, en cualquier caso Dimitri no podia adivinarlo asi que guardo silensio inteligentemente ya que cualquier palabra que dijese fuera de lugar podria ser tomada a modo de ofensa y en ese caso su vida correria peligro, era una situacion tensa y desesperada para el joven, estaba nervioso como nunca lo habia estado pero realizo un gran esfuerzo y asi pudo ocultarlo aunque era evidente que lo estaba ya que apretaba las manos para contenerse de salir corriendo por los nervios.

Pasaron unos segundos pero para el joven le parecieron una eternidad en la agonia de la espera entonces el acompañante de la señorita se acerco fue entonces que Dimitri pudo ver siquiera la sombra de el entonces penso "Abra decidido deshacerse de mi" tal pensamiento lo angustio pero seguia consentrandose en no demostrarlo ya que pensaba que debia estar a la altura de la situacion y entonces comenzo a calmarse asi podria pensar mejor en sus respuestas a futuras preguntas, fue alli cuando lo que el joven acompañante de la señorita Dahlia dijo desconcerto totalmente al muchacho que aun permanecia en la posison de reverencia, ¿Como sabe mi nombre? fue ese el primer pensamiento que se le vino a la cabeza pero luego asumio que la joven le dijo su nombre al oido pero no podia asegurarlo, luego lo que el misterioso joven pregunto saco a Dimitri de su mar de pensamientos y fue solo para percatarse de que el misterioso joven estaba sentado en una de las sillas junto a la señorita Dahlia, pudo saberlo por la lejania de la voz de aquel joven aunque no era mucha pero aun asi lo evidenciaba, Dimitri al fin levanto la cabeza y pudo ver al joven que lo miraba fijamente pero de manera despectiva y no era para menos ya que el era el intruso en los dominos de ellos, entonces el joven se dispuso a responder a la anterior pregunta escogiendo muy bien cada una de sus palabras ya que cualquier error podria significar la muerte y el estaba consiente de ello.

-Asi es mi nombre es Dimitri Maximoff, y estoy dispuesto a serle totalmente leal si usted perdona mi imprudencia-

La voz del muchacho se mantuvo suave pero totalmente audible denotando asi que no habia mentira en sus palabras y entonces al terminar de hablar volvio a agachar la cabeza esoerando la decicion de aquel misterioso joven.

Un cambio en el ambiente se hizo palpable en la sala, este se volvió más pesado y denso, y tal y como suponía Collin solo podía significar una cosa: el retorno del Príncipe. Justo mientras ese pensamiento se formaba en su cabeza, hizo acto de presencia el joven monarca de aquel orfanato. Apareció tal y como se había marchado con anterioridad. Surgió silenciosamente de entre las sombras de la habitación y saludo amablemente a Dahlia. Por su comentario, esperaba encontrarse en solitario con ella y no con todo aquel público allí.

Por la mirada que les lanzó a todos, claramente su presencia no era del agrado del Príncipe. Por un momento se planteó que tal vez los despidiese a todos para estar a solas en la sala, pero por lo visto la visión de Dimitri había captado su atención. Lanzó su pregunta al aire, seguramente no esperaba que nadie la respondiese, ya que poseía sus propios medios para averiguarlo. Su rostro mostraba claramente su desagrado hacia él.

Le prometió a Dimitri su perdón a cambio de la lealtad hacia ellos. Sin duda era un chico afortunado y de algún modo había caído en gracia al Principe.Normalmente no hubiera tenido tanta suerte, ya que ofender a la princesa y que después se enterase de ello Nicholás era un crimen imperdonable que se pagaba con la mayor de las penas, la propia vida. por lo visto, Dimitri aceptaba aquello, no esperaba otra reacción ya que eso hubiese sido un suicidio.

Cuando la princesa decidió intervenir en el asunto Collin quedó bastante sorprendido. Acababa de dejar a su cargo a aquel muchacho. Realizó una reverencia ante sus palabras para aceptar ese encargo. Sin embargo, mientras poseía el rostro oculto lanzó una mueca de desagrado.

[Ahora tengo que hacerme cargo de él, vaya fastidio. No me queda más remedio, pero espero que no se entrometa en mis asuntos o lo lamentará. No le permitiré ni un solo error, ay que eso implica problemas para mí. Esta situación no me agrada en absoluto, pero no queda más opción]

Volvió a alzarse, y primero dirigió una mirada a Dimitri y después posó sus ojos en los príncipes.- Está bien mi princesa, enseñaré a nuestro nuevo compañero como debe comportarse y cualquier cosa que necesite saber, podéis confiar en mi.

Dicho esto se dispuso a marcharse ya que las órdenes habían sido claras, todos sin excepción debian marcharse del lugar. Sin embargo decidió esperar a su nuevo subalterno.

-Vamos Dimitri, hay muchas cosas por hacer y el tiempo me resulta escaso.- Dicho esto y tras una leve reverencia, se dirigió a la puerta y abandonó la sala.

Pero que lió aquel maldito había arruinado aquella reunión y la oportunidad de la pequeña de hablar con su princesa, tsk! ya con esto se lo llevaba directo a la lista de a quienes vigilaría y claro para poder ir a dar reporte a su princesa de aquellas cosas y así hacer que a este barón lo sacaran de una buena y maldita vez! joder.
Pero bueno, no ire muy adelante. El príncipe había llegado a la sala a lo que la menor hizo una reverencia al instante prestando total atención a cada movimiento que el superior hacía, la pregunta por parte del mismo resonó en la nada sin embargo Eriz se limitaba a observar solamente, no hablaba a menos que fuera realmente necesario, a menos que valiera la pena pero...si en este momento tomarían una decisión entonces la esperaría.

Acomodo un mechón de su cabello que se colaba a su frente, sonrió con malicia al escuchar ahora aquella pregunta a la cual el barón había accedido, cerró sus ojos esperando a por más, deseando el tiempo fuera más rápido.

Por un momento se olvido de todo, se había perdido en aquel mundillo suyo donde podía imaginar cualquier cosa, pero al escuchar a la princesa le ofreció una mirada de inmediato y al ver que a Collin le encargaban a aquel chico solamente agato sus ojos, sería divertido ver como se las llevaban esos dos.
Abrió sus ojos con atención cuando la princesa dio la indicación de que se retiraran solamente chasqueó su lengua, pero de una manera que no escuchara, fue más una queja que se guardaría para si misma.
Se acercó al centro y observo a Dahlia y a Nicholas.
-En ese casó me retiro, saben perfectamente que si necesitan algo solamente llamen y vendré mis adorados príncipes-
Dijo la de cabellera azul antes de hacer una reverencía, les resguardaba cariño, admiración y respeto a aquellos dos, por lo tanto la princesa sangrienta sabía que valían la pena como "amos" ya que en su mentalidad eran algo así para ella.
-Con su permiso ~ -
Canturreo y se dio la vuelta dejando que aquella capita se levantara un poco, sus pasos silenciosos como si no tocara el suelo, abrió la puerta y salió de inmediato...ya tendría su oportunidad...de mandar al infierno a aquel mocoso que le arruino el momento.


[perdonen lo raro e.e ]