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La nariz donde no corresponde [libre/Administración]
Victor Sturm
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La tarde ya había caído y los corredores de este sector estaban relativamente vacíos. No es que lo estuviese suponiendo, es lo que he estado viendo hoy y estos últimos días.
En efecto, durante los últimos 3 días he estado observando en silencio este sitio. Aparentemente a nadie le agrada este baño por lo que no hubo mucha gente merodeando y si es que la hubo, las niñas entraban y salían lo más pronto del baño. Y yo pensando que se tomaban su tiempo.
Abrí la puerta lentamente esperando que no crujiese... estaba vació y silencioso tal como esperaba y a menos que alguien llevase 2 hrs dentro debería de ser el único dentro del lugar.
Me dispuse a lo mio... hurgar e inspeccionar el lugar.
No parecia nada del otro mundo, algunos cubículos, lavabos y duchas. No habia muchas alternativas... solo los estanques de los wc y los tubos de decantación de los lavamamos... bueno bueno también bajo alguna losa suelta o disimulado en la pared, pero tenia algo de fe en mi suerte... y en mi investigación previa.
Antes de que la estúpida Baronesa desapareciera nunca guardó nada en su baúl de la habitación y los casilleros de la Sala del tesoro ya los había revisado, no se atrevía a ir al bosque por los insectos y no se fiaba de nadie... Solo amaba mirarse en el espejo y meterse en este baño...
Donde estarían los espejos aquí? esperaba ver alguno... mas eso solo logra acrecentar mis sospechas... venia a contemplar su pequeño tesoro y llenarse de ella misma.
Ahora... ha revisar uno de esos WC.
En efecto, durante los últimos 3 días he estado observando en silencio este sitio. Aparentemente a nadie le agrada este baño por lo que no hubo mucha gente merodeando y si es que la hubo, las niñas entraban y salían lo más pronto del baño. Y yo pensando que se tomaban su tiempo.
Abrí la puerta lentamente esperando que no crujiese... estaba vació y silencioso tal como esperaba y a menos que alguien llevase 2 hrs dentro debería de ser el único dentro del lugar.
Me dispuse a lo mio... hurgar e inspeccionar el lugar.
No parecia nada del otro mundo, algunos cubículos, lavabos y duchas. No habia muchas alternativas... solo los estanques de los wc y los tubos de decantación de los lavamamos... bueno bueno también bajo alguna losa suelta o disimulado en la pared, pero tenia algo de fe en mi suerte... y en mi investigación previa.
Antes de que la estúpida Baronesa desapareciera nunca guardó nada en su baúl de la habitación y los casilleros de la Sala del tesoro ya los había revisado, no se atrevía a ir al bosque por los insectos y no se fiaba de nadie... Solo amaba mirarse en el espejo y meterse en este baño...
Donde estarían los espejos aquí? esperaba ver alguno... mas eso solo logra acrecentar mis sospechas... venia a contemplar su pequeño tesoro y llenarse de ella misma.
Ahora... ha revisar uno de esos WC.
El ominoso crujir de la madera anuncia tu entrada, es imposible pedir peras a un olmo después de todo, la casona impone su edad en cada rincón, lo recuerda todo...
TODO.
La humedad reinaba por cualquier otro aroma, era una pestilencia imposible de ignorar, impropia para un lugar de aseo como lo era ese, pero latente. Claro que es no iba a detenerte, pues volteaste de cabeza el lugar, aunque lo único que encontraste fue una clara decepción, aparte de moho anidándose entre las lozas.
Los sanitarios, por otro lado, parecían más prometedores: resguardados celosamente en cuatro cabinas independientes selladas por robustas puertas de madera exactamente iguales... casi, puesto que una carece de tirador, lo cual parece un problema pues es imposible abrirla de otro modo... ridículo ¿cierto? Es como si el cosmos hiciera justicia a la existencia de los tiradores.
criiiiiiiik-crik-crik...
Proviene justo del otro lado de la tercera cabina de izquierda a derecha, justo frente a ti, esa que justamente no puede abrirse. Parece una suerte de rasguño, como si algo se afilara contra la madera, como si algo la hiciera jirones. La hendidura donde se coloca la llave es lo suficientemente grande para husmear hacia el interior, la gran incógnita ahora es: si deseas hacerlo.
TODO.
La humedad reinaba por cualquier otro aroma, era una pestilencia imposible de ignorar, impropia para un lugar de aseo como lo era ese, pero latente. Claro que es no iba a detenerte, pues volteaste de cabeza el lugar, aunque lo único que encontraste fue una clara decepción, aparte de moho anidándose entre las lozas.
Los sanitarios, por otro lado, parecían más prometedores: resguardados celosamente en cuatro cabinas independientes selladas por robustas puertas de madera exactamente iguales... casi, puesto que una carece de tirador, lo cual parece un problema pues es imposible abrirla de otro modo... ridículo ¿cierto? Es como si el cosmos hiciera justicia a la existencia de los tiradores.
criiiiiiiik-crik-crik...
Proviene justo del otro lado de la tercera cabina de izquierda a derecha, justo frente a ti, esa que justamente no puede abrirse. Parece una suerte de rasguño, como si algo se afilara contra la madera, como si algo la hiciera jirones. La hendidura donde se coloca la llave es lo suficientemente grande para husmear hacia el interior, la gran incógnita ahora es: si deseas hacerlo.
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Me encontraba frente a las cuatro cabinas dispuesto a hurgar en ellos cuando algo llamó la atención de mis sentidos... un rasguñar.
Venia de una de las cabinas, la tercera y no cesaba del todo.
Mis cejas se arrugaron en medio de mi frente mientras pensaba bufonescamente y con un todo de voz agudo "No puedo salir, no puedo salir" recordando un viejo filme de terror.
¿Entonces no estaba solo del todo? No me lo podía creer de inmediato... ¿alguna niña pequeña quizás? Pobre debía de llevar horas en ese pequeño lugar, pero... ¿porque no habla? Por miedo a quienes la encerraron o es porque no se trata de una niña... un animal ¿quizás?
Mis cejas se relajaron y mi boca hizo una mueca que se movía pensativamente desde una lado a otro. Me alze de hombros Se supone que yo no debería estar aquí... a menos que tenga que buscar en ese cubículo también no lo revisaré y menos asomare un ojo... podría clavarme cualquier cosa
Tratando de hacer el menor ruido posible hice ingreso al primer cubículo para profanarlo, el más alejado del cubículo con sus rasguños.
Venia de una de las cabinas, la tercera y no cesaba del todo.
Mis cejas se arrugaron en medio de mi frente mientras pensaba bufonescamente y con un todo de voz agudo "No puedo salir, no puedo salir" recordando un viejo filme de terror.
¿Entonces no estaba solo del todo? No me lo podía creer de inmediato... ¿alguna niña pequeña quizás? Pobre debía de llevar horas en ese pequeño lugar, pero... ¿porque no habla? Por miedo a quienes la encerraron o es porque no se trata de una niña... un animal ¿quizás?
Mis cejas se relajaron y mi boca hizo una mueca que se movía pensativamente desde una lado a otro. Me alze de hombros Se supone que yo no debería estar aquí... a menos que tenga que buscar en ese cubículo también no lo revisaré y menos asomare un ojo... podría clavarme cualquier cosa
Tratando de hacer el menor ruido posible hice ingreso al primer cubículo para profanarlo, el más alejado del cubículo con sus rasguños.
Llevas demasiado tiempo ahí como para cometer el error de accionar obviamente... buen muchacho.
Acostumbrado a las decepciones, en el primer cubículo encuentras más nada, no importa qué tanto hurgues y para ahorrarte el trabajo, tampoco los otros prometen algo más allá de un muy común rollo higiénico, quizá uno más gastado que otro... casi te olvidas de la rosa marchita y deshojada que yace en la segunda cabina, con unas cuantas gotas secas de sangre en sus maliciosas espinas. Luce tan frágil como el hielo delgado en invierno, nadie se ha preocupado por recogerla y darle apropiada sepultura al parecer, es casi un ominoso recordatorio. Cosas de niñas.
El rasguño cesa. Un sollozo lo reemplaza, resuena lastimero y aprisionado, agua comienza a correr por debajo de la puerta del tercer cubículo.
Acostumbrado a las decepciones, en el primer cubículo encuentras más nada, no importa qué tanto hurgues y para ahorrarte el trabajo, tampoco los otros prometen algo más allá de un muy común rollo higiénico, quizá uno más gastado que otro... casi te olvidas de la rosa marchita y deshojada que yace en la segunda cabina, con unas cuantas gotas secas de sangre en sus maliciosas espinas. Luce tan frágil como el hielo delgado en invierno, nadie se ha preocupado por recogerla y darle apropiada sepultura al parecer, es casi un ominoso recordatorio. Cosas de niñas.
El rasguño cesa. Un sollozo lo reemplaza, resuena lastimero y aprisionado, agua comienza a correr por debajo de la puerta del tercer cubículo.
| 1 | 2 | 3 | 4 |
1: Vacío
2: Rosa marchita
3: ¿?
4: Vacío
1: Vacío
2: Rosa marchita
3: ¿?
4: Vacío
(OFF: *Nota: Los sanitarios son pequeños cuartos techados, no puedes husmear ni por abajo ni por arriba, solamente abriéndolos es que los exploras... por si te lo planteas)
Última edición por The Keeper el Mar Dic 03, 2013 5:27 pm, editado 1 vez
Victor Sturm
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Nada
No es que me esperase encontrar algo a la primera de buscar, pero en ese cubículo no había nada de nada... ni siquiera un pobre rollo de papel higiénico.El segundo cubículo tampoco se veía muy prometedor, pero al menos tenía algo para examinar... Una rosa.
Me acerqué a ella con la nariz respingada receloso. No la olisquee, pero el aroma era obvio, Rosa decadente. Si marchita y viciada por la humedad, ligeramente seca y seguramente amenazando con comenzar a podrirse, pero la rosa no estaba sola del todo. Había huella de sangre -o algo muy parecida a ella- en las... espinas ¿había otro lugar más obvio para rastros de sangre en una flor?
Jum... ¿Alguna clase de altar? Por la inocencia perdida... pensé para luego Sonreír o robada
Me desvestí quitándome la polera y tomé la rosa con cuidado envolviéndola en mis ropas tratando de conservar su forma desgastada. Luego de inmediato me puse mi chaqueta y me fui a investigar el cuarto cubículo.... y nada tampoco.
Volví frente a los 4 cubículos enfrentándolos, tendría que revisar el tercero, del cual ahora brotaban lamentos y agua.
Me acerqué lentamente y estiré mi mano derecha para empujar la puerta, si empujarlo de esa manera no funcionaba entonces exclamaría Sea quien seas aléjate de la puerta. Acto seguido si además de todo no escuchaba que sonase alguna clase de seguro abriéndose patearía la puerta.
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