Segundo Acto [Libre 2/2]

Hace días que no sentía tan ligera su cabeza o al menos sentía que su cabeza no había estado tan ligera hasta ahora... Como fuese que fuese, era una sensación de agrado increíble y eso lo había mantenido de buen humor tooodo el día a pesar de cualquier cosa o de que no lo pareciera de verdad, pero... Peeero... no estamos aquí para hablar del Maestro únicamente, estamos para ver como el maestro mete la pata también y como cualquiera de sus días, tenemos infinidad de posibilidades de verlo en algún predicamento del que de seguro saldrá airoso de una u otra manera.

¿No recuerdan? Charles nunca pierde del todo... En serio ¿No recuerdan? Je... Charles Tampoco.

En fin... El maestro se encontraba circunvalando dentro de su cabeza, poniendo un pie delante del otro siguiendo el rastro de una escurridiza pelirroja, la cual si su memoria no fallaba -como era costumbre- debía de estar ayudando con el lavado de la ropa, ergo fue hasta ahí acomodando el costado de su cuerpo y el peso del mismo en el umbral de la puerta observando a la mujer lavar.

¿Que hacia exactamente ahí Charles? El mismo no lo sabia con exactitud.

Buenas Srta. Saludo sonoramente.

Sus cabellos rojos se pegaban a su nunca sudada, había corrido tan rápido como nunca lo había hecho en su vida y sus pies descalzos se habían desgastado por la carrera y sentía como sus muñecas eran abrasadas por las cadenas metálicas. El trecho que había entre el Bosque y la Casona no era mucho en realidad, pero lo había sentido eterno desde que dejo al hombre pelirrojo detrás... Ni siquiera se atrevió a mirar hacia atrás para ver si era perseguida o si aquel sujeto se atrevía a pisar el Orfanato, Lynette hubiera preferido que no. Probablemente no tendría idea de que el soldado interrumpiría por la puerta principal ya que ella había huido por la parte trasera del recinto hacia uno de los pocos lugares donde se sentía segura, el Lavadero... Algo irónico teniendo en cuenta que ese cuarto a veces hacia de sala de castigos para los niños malos.

Pero Lyne era una niña buena, ayudaba en lugar, cumplía con las clases y era respetuosa con los Príncipes ¿Por qué tenía que estar pasando por todo esto? Se acerco a uno de los viejos lavaderos de piedras, las tuberías hicieron un extraño sonido al dejar salir el agua helada un poco turbia al principio, pero luego tan clara como sus lágrimas. La gotas se deslizaban por sus sonrojadas mejillas y no conseguía detenerlas por mucho que lo intentase. -Es imposible... Imposible... Esta muerto... Es imposible... No puede ser él.- Se repetía una y otra vez mientras frotaba sus manos bajo el agua helada. Confundida y abochornada no lograba ordenar sus ideas o detener el ligero temblor de su cuerpo.

Entonces una voz masculina sonó detrás de ella, la muchacha dio un pequeño salto en su lugar y por suerte logro reconocer al instante de quien provenía aquel sonoro saludo. Lynette lavo su rostro con agua como si estuviese refrescandolo en busca de ocultar cualquier evidencia, cualquier rastro... Su rostro volvió a ser el inexpresivo de siempre, pero no se dio la vuelta al saludar. -Buenos días Profesor.- Correspondió. Tomo la prenda mas cercana y empezó a fregarla como si fuera lo más entretenido y trabajoso del mundo, queriendo dar a entender que estaba "Ocupada" sin tener que ocupar palabras.

La cabeza del hombre aun no estaba del todo bien, aunque para ser sinceros... ¿Cuando lo ha estado? mas como fuese el punto es que Charles no se sentía en posición de tenerlas todas y tenia esa extraña sensación de que habían cosas que habían cambiado este ultimo tiempo y no se refería a sus gustos alimenticios precisamente.

Por lo que observaba, en apariencia la joven había estado demasiado sumida en sus ideas, al menos era lo más lógico, no recordaba que ella fuese de las que llegaba a esa habitación por ser amonestada. Demasiado sumida como para percatarse de él sino hasta que abrió la boca, luego de eso se refrescó el rostro, lo que podría ser natural si hubiese llegado recién, aunque habían signos que también indicaban aquello y no solo que hubiese llegado caminando... había claros signos en su respiración, pies y ropajes de que había emprendido una carrera hasta acá... Luego del saludo ¿Profesor le llamaba siempre fuera del aula? ella tomó una prenda y comenzó a trabajar en ella... igual como cuando te cruzas un conocido y por alguna razón la arquitectura de los edificios al costado contrario hace que tu mirada se vea atrapada por ella evitando la mirada con el segundo...

Entonces todos los signos nos dejaban dos alternativas, que para peor no eran excluyentes la una de la otra...
¿Huyes de alguien o te he ofendido últimamente? Sus palabras sonaron como sacadas de un pozo, como si el hombre ganase varios metros de estatura perdiéndose en la altura, pero luego el sonido fue mucho más suave y con cierta cercanía Pregunto, porque sinceramente no recuerdo los últimos días...

Dio un paso hacia ella cerrando la puerta detrás suyo, aunque esta no se quedó así por mucho, de inmediato un desconocido la atravesó lanzando una sarta de palabrería sin ocultar su fastidio e ira....

No pudo evitar corregir al hombre dirigiéndole la mirada mientras estiraba su mano abierta al oír su presentación. Son un recuerdo, un símbolo de su fuerza y Voluntad... Doctor Charles Lutwidge, maestro. El ceño del hombre se frunce ligeramente extrañado ¿Seguridad? Nunca antes habíamos necesitado ¿Corre algún potencial peligro el orfanato?

No tenía la intención de ignorar la pregunta del doctor, especialmente su ultimo comentario, que Charles hiciese hincapié en que no podía recordar sus últimas días era como para preocuparse. Pero en el momento en que el hombre de cabellos rojos cruzo la puerta que recién había sido cerrada en busca de cierta privacidad, la muchacha cayo en un profundo estado de bloqueo cuántico. A simple vista se veía como si estuviese aún dándole la espalda a quienes estaban en la habitación, pero le estuviera prestando atención a sus palabras...Obviamente no era así, quien la viese de frente recordaría la estatua de un ángel de piedra que cubría su rostro con las palmas de sus manos como si estuviera lamentándose o llorando. Era completamente ajena a todo lo que sucedía a su alrededor, especialmente a las agresivas preguntas y el largo monólogo del soldado, pero no así de las palabras que le recordaron porque aún llevaba aquellos grilletes. Una pequeña llama de valor se encendió en su corazón devolviéndola a la realidad...

-Como si quisiera...- Pensó mientras esperaba a que los pasos de Dante se alejasen lo más posible, hasta incluso para el oído de alguien que había vivido en la oscuridad por mucho tiempo no pudiese oírlos. Y fue cuando se dio cuenta que el Profesor aún estaba en el lugar que recordó que tenía que respirar... Más que temor y duda otra sensación empezaba a embargarla, él no era el hermano que recordaba y se lamento cuanto podía cambiar las personas con el tiempo, y lamento aún más lo inocente que había sido cuando niña... Sus promesas e ilusiones.

Se giró viendo a Charles, en su rostro había la pura expresión de un cachorrito que se encontraba perdido y su labio inferior temblaba suavemente como si estuviese a punto de romper en llanto. Aún sostenía la prenda húmeda y estrujada en sus manos. Trataba de alejar los malos pensamientos, trataba de mostrarse fuerte como siempre, pero no había caso... Y tampoco podía decir nada porque se encontraba realmente avergonzada en presencia del Doctor.

Charles lo observa gesticulando hablando con rudeza e incluso usando la ironía... ¿había también un toque de sarcasmo en sus palabras? Era difícil estar seguro del todo, pues la forma de ser del hombre era de demasiada prepotencia como si quisiera rayar la cancha de inmediato haciendo notar sus aires de superioridad ¿Algún complejito quizás? No lo sabia.

más de todo lo que el hombre verborrea solo un concepto le queda dando vueltas en la cabeza...


Que simpático suena. En cierto modo el pobre hombre quizás tenia razón, quizás era cierto que todas esas cosas sucedieron o sucedían, quizás era necesaria la seguridad, pero... ¿Era posible que eso de allá afuera pudiese alcanzar algún día lo que hay "acá dentro"?

Si algo le erizaría la piel no era precisamente lo que viniese de lejos a los territorios del orfanato, si no lo que pudiese nacer dentro de el orfanato... y parece que el percutor necesario para las llamas estaba justo frente a él.

Cuando el hombre anuncia su retirada, charles le sonríe con sincera simpatía a modo de despedida, para luego volver la vista a lynette quien comienza a moverse lentamente como volviendo del letargo....................................................................................................................... y PAF! en toda la boca...

¿QUE ERA ESA CARITA?

El pobre Charles se quedo estupefacto un momento con las cejas levantadas. Hubiese querido correr hasta ella y abrazarla mas estaba ahí congelado en su posición.

Su voz a penas y fue un susurro ly... ¿Lynette? que sucede

Entonces las imágenes comenzaron a rodar por su cabeza... el cabello rojo, el chico con el rostro en las sombras, la promesa... el pasado...

El dolor de cabeza aumentó y de repente el hombre se llevo las manos a las sienes y las elevo al unisono hacia el cielo haciendo la charada de una explosión desde su cráneo. Ese hombre es parte de tu pasado... ¿De tu... familia? ¡Tu hermano! El tono de voz aumentó ¿pero...? No había muerto ¿estuvo enfermo? esto.. ¿No debería alegrarte? Aplaudió mientras reia Pero que buena noticia............. le miró extrañado y silenciándose con preocupación ¿o no?

Lynette agito su cabeza hacia ambos lados y con la punta de sus dedos empezó a mover la piel de su rostro como si estuviese moldeando alguna especie de masa tratando de quitar esa aniñada y lamentable expresión de su rostro. Ya estaba un poco mejor, aunque el color de sus mejillas se debía más que nada al insistente movimientos de sus dedos sobre ellas. Dio un par de palmadas fuertes a su rostro y provoco un temblor en general en su cuerpo como si estuviese desperezándose muy temprano por la mañana.

-No sucede nada.- Le contesto con indiferencia, el único testigo de sus reacciones sería aquel profesor que con suerte recordaba lo que había cenado la noche pasada, negaría cualquier cosa... Con suerte hasta ella misma lo olvidaría.

Secó el resto de humedad de sus manos en la falda de su vestido blanco y se acerco unos pasos hacia el Doctor asintiendo dos veces, primero por la pregunta y segundo por la afirmación. Ante sus siguientes palabras levanto sus hombros dado que ella tampoco estaba segura de nada y se acerco dos pasos más quedando a una distancia prudente, pero lo suficientemente cerca como para posar el revés de su mano derecha sobre la frente del hombre. Su rostro permaneció serio. -No es el Hermano que recordaba...- Le susurro como un secreto que nadie más debía saber, pero que a alguien tenía que contárselo. Obvio el resto de sus preguntas y luego de comprobar la temperatura del Profesor, se tomo el atrevimiento de mi tomar sus pulsaciones e incluso de mirar dentro de su boca en busca de alguna malestar.

No, Charles estaba en perfectas condiciones... Entonces, ¿Por qué se veía tan normal? Incluso... Llevaba ¡Zapatos! No recordaba haberlo visto vistiendo algo en sus pies, siquiera calcetines ¿Llevaría calcetines? La pelirroja quería examinarlo más de cerca, pero había algo que se lo impedía... El recuerdo de aquella noche.

ahí permaneció irguiéndose lentamente hasta quedar completamente de pie mientras observaba a la muchacha deformarse el rostro hasta recuperar su habitual complexión... neutral..

¡¿Como que no sucede nada?! Ese hombre lanza una sarta de palabras y su sola llegada significa mucho... algo debe pasar en ti. reclamó sin exaltarse demasiado, solo explicando algo que era natural.

Entonces se le acercó musitando algunas pocas palabras... a lo que el hombre sonrió medianamente y entrecerro sus ojos observándola Querida todos cambiamos con el tiem... po... es ¿No...rmal? Esa ínfima palabra -tiempo- quitó la sonrisa en el rostro del hombre y elevó su mirada a la nada ¿Realmente comprendía las implicaciones de lo que estaba diciendo? ¿Porque se sentia como si no se aplicara siempre esa regla? Incluso... ¡¿Qué era el tiempo para él?!

carraspeó volviendo en si para encontrarse con que ella estiraba el dorso de su mano hacia él a lo que se inclino para que llegase a su frente, luego se dejo tomar las pulsaciones e incluso abrió su boca completamente perplejo. Cuando el examen terminó solo le siguió silencio y una reflexiva mirada en ella.

¿pero... que? Me encuentro en perfectas condiciones reclamó nuevamente para luego acusadoramente apuntar a la muchacha con el indice que se meció rápidamente de arriba a abajo hay algo que no me estén diciendo ¿Padecí alguna enfermedad en los últimos días?

Dudo sobre decir algo o no sobre el comentario de que todos cambiaban con el tiempo, incluso el hombre dudo en sus ultimas palabras, pero era algo entendible... Al fin y al cabo no estaba segura de que el tiempo significase algo para Charles, se veía igual a como lo había conocido de niña y aunque eso se tratase de un hecho extraño o paranormal, era algo que simplemente se aceptaba y no se preguntaba sobre ello. Saber de más dentro de las puertas de este Orfanato no era precisamente algo que te favoreciese, quizás por eso el porque de las lagunas mentales del sujeto frente a ella.

Al final no dijo nada, ella estaba estancada en sus propias ideas e ilusiones de la niñez las cuales habían sido tomadas y pisoteadas de un día para el otro. Quizás el Hermano que ella conocía estaba muerto realmente, bajo su mirada con cierta tristeza... No quería pensar en eso. Entonces los reclamos llegaron hasta sus oídos sacándola de aquella breve ensoñación... En el brillo de sus ojos pudo vislumbrarse algo que parecía una sonrisa.

-Pobre inocente y desmemoriado Charles...- Pensó para si misma ladeando ligeramente su rostro, él no recordaba nada de lo que había pasado estos últimos días realmente. Su comportamiento más extraño de lo usual y ahora su comportamiento más normal de la poca normalidad que podría llegar a contener dentro de su existencia. Sintió como si un peso se quitase de ella al saber que él no recordaría sus acciones, aunque realmente lamentaría que se le olvidase eso... ¿Eso que? "Eso". Volvió a ruborizarse naturalmente.

-Amm... Nos vimos la tarde pasada, pase por tu habitación para cumplir con mi castigo... Tras desordenar tu habitación tomaste tus cosas y me dejaste ahí sola. Ordene y volví al Orfanato.- Trato de resumir la última vez que lo vio, obviando ciertos comprometedores detalles, pero no había nada en ella que pudiese delatarla o al menos eso esperaba. -Cuando te fuiste estabas en perfecto estado, pero ahora es solo que... Te encuentro demasiado "normal".- Si es que esa era la palabra correcta para referirse a alguien que normalmente era anormal. Lo miro una vez más de arriba a abajo, ni un centímetro más ni un centímetro menos, además de sus vestimentas no podía precisar exactamente que era lo que lo hacía verse "Normal".

Lo miro fijamente a los ojos, faltaba esa cuota de locura diaria que tanto le gustaba.

Su brazo izquierdo se cruzó por su torso mientras el codo derecho se acomodo sobre el anterior brazo llevando la mano del hombre a su barbilla pensativo... Eso tiene sentido para mi ¿Entonces fuiste castigada ya? Asumo que eso significa que ya estamos a mano. uhmmmm okey...

las cejas del hombre se apretaron en medio del rostro mientras la boca hacia una mueca. Entonces el rostro del hombre descendió de los cielos hasta quedar frente a frente al rostro de la muchacha sosteniéndole la mirada. ¿Normal? Dices... entonces ¿No acostumbro ser una persona normal? enarcó una ceja ¿Cómo acostumbraba ser?

Los ojos del hombre examinaron el rubor en ella, la dilatación en las pupilas y el ritmo de la respiración... luego de ello con la misma mano en su barbilla movió el indice hacia abajo abanicándolo, indicándole la dirección a ella. ¿También notaste lo del calzado, no? ¿Tienes alguna observación y/o explicación?

y por cierto! el hombre si llevaba calcetines y de un gris color.

La muchacha asintió. Aunque en realidad no lo había sentido exactamente como alguna clase de castigo, a veces no estaba segura si el Profesor era quien buscaba razones para castigarla cada vez que la veía o por el contrario era ella misma la que buscaba excusas para ser castigada por él. Y de todos esos castigos prometidos muy pocos habían sido cumplidos a causa del desmemoriado de Charles... En cierta forma, Lynette disfrutaba de esta especie de círculo vicioso.

No se sintió intimidada por la altura de Charles, pero si por su mirada. Ese par de ojos ámbar eran en cierta forma como alguna especie de hechizo que provocaban el querer huir y mantenerse ahí al mismo tiempo, además sentía como si un poquito de su locura la contagiase. Negó en silencio, como a veces podía ser descaradamente mentirosa también, podía ser descaradamente sincera.

-Impredecible.- Trato de resumirlo en una sola palabra y temía las consecuencias que esta pudiera causar. Aunque no era de hacerse muchas preguntas a Lynette le gustaría saber que fue lo que paso la noche luego de que el Doctor la dejara en su habitación y que efectos habían tenido sus palabras para haberlo hecho quedar en este estado ¿Habría sido su culpa? Levanto su dedo índice como si estuviera contando.

-El pequeño Smith rompió su loza a la hora del almuerzo -Fue un accidente- aún así sería peligro andar descalzo por el lugar.- Levanto un segundo dedo, aunque dudo un poco sobre lo siguiente que iba a decir dado que era muy poco probable que así sea. -Los días empezaron a ser más fríos, si no se abriga adecuadamente podría enfermarse.- Lo miro dando a entender también que había una orden implícita en sus palabras, la pelirroja se preocupaba por la salud del moreno. El tercer dedo no se levanto y escondió las manos tras de su espalda.

-Será porque... Los deje a simple vista luego de ordenar su habitación, Doctor.- El tono de su voz había bajado notoriamente, estaba apenada de sus palabras y recordaba que los calzados del hombre estaban ocultos en un rincón oscuro y olvidado de su armario. No solo se encargo de lustrarlos sino también de dejarlos a mano para que fuese ocupados si es que eran necesarios...

mantuvo la misma postura, ya saben inclinado, ojos intensos sobre los de ella, rostro a escasos centímetros, brazo izquierdo cruzando el pecho y mano derecha en la barbilla... pensativo
¿Impredecible dices? y lamió con la punta de su lengua la punta de la nariz de ella ¿así de impredecible? o ¿en otro sentido de impridecibilidad?

A sus siguientes palabras respondió solo con negativas moviendo el rostro de un lado al otro hasta que los dedos bajaron y el tono de voz de ella se redujo notablemente.

Sus palabras y sus recientes acciones le llevaban a varias conclusiones también como dudas... osea... primero que nada... La lamió, si así de sencillo... un adulto, responsable, con doctorado y además maestro de la muchacha en un simple gesto impulsivo la lamió... eso no era propio... mas no se sentía inadecuado, lo que implicaba familiaridad y complicidad quizás. En cuanto al asunto del calzado, según lo que le habían explicado hasta ahora no acostumbraba llevarlos puestos e incluso peor, por alguna razón sencillamente no los usaba, pero la chiquilla enfrente los había dejado para él... ¡y el se los había puesto! Sospechosopensó... aunque el que los lleve puesto quizas solo obedeciese al hecho de tenerlos a mano y despertar completamente desorientado despues de todo es natural en una persona ponerse calzado... incluso en el ¿No?

Por un momento bajó la mirada observando la zona media baja del rostro de ella y una extraña sensación de familiar le embargó. Desvió la mirada y se incorporó Entonces de todas las pistas que he reunido y todas las posibles causas TÚ eres la causante de que me sienta incomodado... al menos con estas... "cosas" en los pies..... las manos del hombre estaban abiertas y apuntando hacia abajo como pidiendo explicaciones de algo ya explicado

Cerró sus ojos aparentando temor, dado que en realidad no lo sentía de esa manera ¿Desde cuando había dejado de sentir miedo por las acciones de los adultos? Aunque Charles no le provocaba exactamente esa sensación, pero entre sus pensamientos más vergonzosos existía ese juego entre el Lobo y la Caperucita del que no estaba consciente, pero que aún así disfrutaba. Quien diría que la pequeña y tierna Lyn tendría aquel oscuro lado oculto en ella... Si tan solo pudiera sacarle provecho, quien sabe de lo que sería capaz~

Lo siguiente que sintió fue la punta húmeda de la lengua del hombre tocar la punta de su naricita helada, el rubor y bajo por todo su rostro y quiso saltar hacia atrás para alejarse de él, pero solo consiguió frotarse su rostro con sus manos como si de algo asqueroso se tratara y resoplo suavemente quedándose tranquila, aunque ahora incluso algunos mechones rojos de su cabello estaban desordenados. El gusto que tenía Charles de jugar de esa manera sabiendo sus sentimientos... No, él no los recordaba, no importaba cuantas veces se declarara, el simplemente los olvidaría o al menos eso creía. Pero también le había prometido jamas alejarse de él, aún si debiese vivir a su sombra.

El corazón de la pelirroja se estremeció en su pecho en una amarga y dulce sensación. No pudo contestar a sus preguntas, aunque tampoco lo hubiese hecho... Darle la razón sería tan peligroso como negarlo. Entonces, todos los pensamientos del Doctor se dirigieron hacia una única dirección a puntando a la muchacha. -Así es Doctor, lamento haberle causado tal incomodidad... Si quiere puedo encargarme de ablandar su calzado o simplemente deshacerme de el.- Contesto francamente, no tenía nada que ocultar o explicar, aunque su "Normalidad" no era solo a causa de esas "Cosas" como el Profesor había dicho.

Su mirada ya se había desviado por lo que no pudo observar del todo las pequeñas emociones y acciones de la muchacha después de haber sido atacada de esa manera por parte de él. Sabia lo impropio de su acción y en ningún momento pensó que ella podría no encontrarlo impropio...

Suspiro... entonces si era impredecible, incluso para el mismo. ¿Debía obedecer a su naturaleza oculta? o seguir dándole la razón a la razón?

Que extrañas se volvían las interacciones humanas cuando se olvidaba cuan cercanas o familiares eran las personas... entonces ¿seria adecuado dejar todas las relaciones a un nivel simplemente superficial? Quizás seria lo más sano para ellas, para no dañarlas con promesas. Su mirada no alcanzó a ensombrecerse cuando volvió a la realidad por las palabras de la mujer.

Volvió la vista a ella Descuide Señorita Bloom. Si los conservo debe haber una razón, aun cuando la haya olvidado. Suspiró Quizás es tiempo de retomar su uso, como corresponde.
Por algun motivo desconocido para el mismo la idea no lo animaba para nada y no tenia que ver con lo incomodo que se sintiese usándolos en este momento... sentía que perdía algo.

El tema de su hermano me preocupa señorita.

Un suave suspiro escapó de los labios de la pelirroja al sentir como la actitud de Charles había cambiado repentinamente y por más sutil que fuese aquel cambio, también termino por afectarla a ella. Bajo su mirada hasta sus propios pies descalzos y movió sus dedos, nunca le había gustado usar calzado, sin importar la situación o la temporada, siempre había sido tema de castigo... Pero no había manera de hacerle cambiar esa peculiaridad de ella, excepto para muy contadas y especiales ocasiones. Su mira rodó de un lado hacia el otro por el suelo como si estuviera buscando algo que perdió y muy lentamente empezó a subir por el cuerpo masculino hasta encontrarse con sus ojos.

-Al menos si ocupa calzado sería más cómodo para enseñarme a bailar...- Una de sus comisuras se levanto en una tímida media sonrisa. -Aunque supongo que ya soy muy grande como para pararme sobre sus zapatos.-

La sonrisa se borro de su rostro cuando el tema volvió a volcarse sobre su hermano, estaba casi segura de que había logrado tornar la conversación hacia otros rumbos pero, claramente, se equivocaba. Sin decir nada aún acorto la distancia que había entre ambos, aunque jamas podría acortar la altura que los distanciaba, estiro su brazo hasta alcanzar la mejilla del hombre. No había ningún hematoma o signo de que había sido golpeado, pero... Si su dedo pulgar presionaba exactamente en ese punto, como lo hizo, probablemente el Doctor sentiría una pequeña punzada de dolor en aquel sector de su rostro.

-No estoy lista para hablar de esto ni conmigo misma, Charles.-

Antes que nada dio un paso atrás arqueando la espalda para huir de la mano de la muchacha, la cual ya se habia estado tomando demasiadas atribuciones de esa clase en el breve tiempo que llevaba ahí ¿Siempre era ella así? No, no lo era, siempre fue reservaba, al menos así a recordaba... quizás el asunto de su hermano la había cambiado o quizás el habia cambiado demasiado ¿Realmente era capaz de cambiar? ¿Era azaroso o si se lo proponía podría cambiar de algún modo? mas no... no dijo nada dado que la energía de su atención estaba focalizada completamente en otro punto, lo que en breves segundos le sorprendería a él mismo.

La mano del hombre formó un arco que descendió brusca y rapidamente de las alturas protestando con vigor.
No necesito de ninguna clase de calzado para enseñarle a bailar señorita Bloom, de absolutamen...te... nin...

Lentamente la energía de sus palabras se fue apagando.
En vez de cortar el tema o pasarlo por alto, prácticamente estaba ofreciéndose para darle lecciones de baile a la muchacha. Apretó los labios en una mueca mientras elevaba la vista resoplando.

Ni vuelvas a mencionar lo de pararse sobre mis zapatos.

Carraspeó llevándose la mano a la boca y afilando la mirada con sus cejas agregó con cierto aire taciturno aunque sin perder la compostura de la seriedad de la situación a acontecer.

Trátelo con la Almohada. El tema de su Hermano por supuesto. Espero que en el fondo encuentre consuelo, paz y quizás alegría en recuperar algo que daba por perdido.

La mano se sobó ahí donde Lynette había presionado... extrañamente dolía un poco

Un ligero suspiro escapo de sus labios, por primera vez en su vida sentía que era ella quien acorralaba al Profesor y no al revés como solía suceder. Sintió como si una cálida sensación invadiese su vació estómago, no era hambre... Era casi como si se estuviese divirtiendo por como Charles reaccionaba ante la indecorosa idea de tenerla tan cerca, sobre sus pies. Solo estaba bromeando, claramente. -Lo mencionaba porque, como le dije, ya no soy una niña...- Sus dedos juguetearon algo nerviosos entre sí, estaba como a punto de decir algo que le resultaba complicado o algo vergonzoso.

-La razón de porque quiero que me enseñe a bailar... Es... que...- Su voz se escapo y otra vez el rubor empezaba a cubrir sus mejillas, estaba segura que su cabeza explotaría al siguiente segundo. Sus dedos se movían aún mas nerviosos detrás de su espalda, trato de ponerse derecha para finalizar, pero termino por alargar aun más el tema. -Probablemente no lo recuerde... Y no lo culpo, no tiene porque... pero... pero...- Se mordió su labio inferior tratando de calmar su ansiedad.

-En unos días más sera mi cumpleaños.- Cerró sus ojos con algo de temor, casi como si tener un año más de vida en aquel lugar fuera alguna clase de cosa prohibida o fuese a suceder alguna clase de catástrofe cuando cumpliese la mayoría de edad... Pero no, no era eso lo que la incomodaba, era lo siguiente. -Se que no habrá fiesta para los Huérfanos, menos aun una presentación ante la sociedad, ni nada cambiara porque me convierta en una adulta... pero quisiera tener mi baile junto a mi padre, y en este momento usted es lo más cercano a... No quiero avergonzarlo, olvídelo, por favor.-

Se dio la vuelta bruscamente y fue seguir con sus tareas diarias como si nada estuviese pasando, ni ella misma podía creer las cosas que estaba diciendo. No se sentía digna de tener una fiesta, no se sentía una señorita y era la clase de muchacha que probablemente avergonzaría a sus padres ante la sociedad sino ¿Por que habrían de mantenerla oculta? No tendría que haberlo mencionado, era una de las peores y más impensables ocurrencias que se le podría haber ocurrido, aún más teniendo en cuenta la aparición del Soldado... Pero sus pensamientos no estaban ni cerca de estar con él, no, estaban completamente atentos a la reacción de Charles.

La mano recién había abandonado su propia mejilla cuando la mujer comenzó a hablar nuevamente, protestando sin severidad alguna sobre su condición de No-Niña y entonces en breve comenzó el balbuceo...

Charles se mantuvo en su posición, silencioso, inmóvil, aunque sin esconder el fastidio que le provocaba que la mujer alargase el asunto y no fuese al punto de una buena vez, mas conservó la compostura regalandole solo una severa mirada... la que por muy seria que fuera, claramente mostraba interés en lo que la chiquilla tuviese que decir.

¿"Cumpleaños" dices? murmuró ciertamente confundido. Sus cejas se apretaron en medio de su frente y nuevamente adoptó esa postura de pensador tal estatua, dejando los ojos perdidos en un punto interte mientras meditaba acerca de lo que implicaba todo aquello... osea... ¡Cumpleaños! que Locura era esa, pero el tiempo es lineal, al menos se supone eso, entonces es comun que se celebre el paso de los años, de hecho, pensandolo bien es una costumbre global... entonces ¿porque lo turbaba? No saber cuando es su cumpleaños era la causa? y aun más! ¿Cuantos años tienes Charles?

FACIL! 27 años.... ¿Si? ¿27 desde cuando?

Las palabras de la chica prosiguieron y con mucha lentitud comenzó a procesarlas y es que quizás sin darse cuenta llevaba algunos minutos en silencio.

"Presentación de Sociedad"
Una costumbre de la Aristocracia

Los ojos del hombre se hincharon enrojeciéndose y su voz sonó quebrada Cla... claro, puedo en...se..ñar...te...
Hizo una pausa para mirarla directamente, aun si ella seguía en sus labores... Lynette No...¿No... tienes 15?

Trago saliva volviéndose consciente de su situación... del tiempo que había perdido, de la mentira que había estado viviendo... Esperó la respuesta de la muchacha.

El silencio que cayo sobre la ambos duro más que segundos, minutos pasaron entre que la pelirroja se encerraba en su propio mundo y entre que Charles pronunció alguna palabra también tardo en reconocer los primeros balbuceos. Un pequeño destello de felicidad nació en ella, pero tan pronto como apareció murió ante aquella cruel pregunta. Las pupilas de la muchacha se dilataron y sintió como brotaban varias lágrimas amenazando con escaparse... Pero no lo hicieron, por muy asombrada que estuviese era algo que esperaba, algo que asumía inconscientemente. Se volteo lentamente, limpiando sus manos húmedas sobre la falda del vestido.

-Tengo 19.- Contestó tratando de verse lo más normal y centrada posible. Suspiro pesadamente mirando hacia un lado, como recriminándose a ella misma el hecho de ser tan bajita, sintiendo que su cuerpo no era lo suficientemente "mujer" a los ojos de Charles y también el hecho de ser tan poco "femenina". Se acerco un paso al hombre tratando de reencontrarse con su mirada por más doloroso que fuese.

-"Quisiera ser el que te observe crecer"- Aquellas palabras hicieron vibrar los tímpanos de la muchacha como la primera vez que la escucho algunas noches atrás, pensar que la persona que estaba frente a ella se las había dicho y en realidad ni cuenta de había dado de cuanto había crecido la pequeña Lynette. Ella ya no llevaba la cuenta de cuantas veces habían roto su corazón, pero estaba segura que no sería la última... Y no, no tenía pensado rendirse.

-Recordar no es fácil ¿Verdad? No... Estar consciente de no recordar es aún peor.- Lo miró con cierta pena aunque no estaba segura hacia quien estaba dirigido ese sentimiento. Otra vez estaba acortando la distancia entre ellos, pero no se atrevió a hacer ningún otro movimiento... Quería consolarlo, él no lo sabía pero estaba sufriendo y también quería ser consolada. -Lo recuerdo todo.- Recordaba cada vez que había sido rechazada, recordaba cada vez que el hombre le cambiaba el hombre y por cual había sido, recordaba sus diferentes amoríos con los diferentes objetos, también recordaba cada vez que la ignoraba y cada vez que le daba hasta la más mínima muestra de cariño, pero lo que mas recordaba era aquel beso apresurado sobre sus castos labios.

Lynette sonrió, solo Dios sabe de donde apareció aquella tierna y tranquilizadora expresión y lo único que pudo decir tras ello fue algo tonto y simple. -Me llamaste por mi nombre.- Las cosas tontas y simples eran las que la volvían realmente feliz, las que hacían que vivir a pesar de que uno fuese a morir -O fuese olvidado- tarde o temprano fuese más llevadero.

¿19? Murmuró con incredulidad observando a la muchacha de pies a cabeza... y es que era evidente, la dama frente a él no mostraba rasgos de una pre adolescente o una niña, pero por alguna razón nunca habia asumido la edad que podría tener y es que hasta ahora no se había preguntado la edad de ella, por que el tiempo era irrelevante para él... hasta ahora.

Entonces como mínimo se ha estado perdiendo 5 años de la vida de ella ¿Que sucedió durante todo este tiempo?¿Como se comportó?¿le trató bien?¿Cuantas veces la habrá ofendido? Quizás cuantas veces le ha preguntado la edad... Invalido... si... Charles estaba invalido y necesitaba volver a apreder a caminar, volver a aprender a tratar con la gente y en especial aquella con la que interactuaba más comúnmente... como Lynette ¿no es así?

Los brazos del hombre formaron dos asas a sus costados cuando los puños se cerraron en su propia cadera mientras la mirada bajaba rudamente hacia sus zapatos. Ella recordaba cada momento con él, mientras él no recordaba nada... ¿Era comparable el Dolor? No... eran impresiones distintas, como tratar de unir dos universos paralelos.

Entonces sus ojos se abrieron como platos... Su nombre, si, la llamó por su nombre inconscientemente. ¿Cuan cercana era nuestra relación? se preguntaba el hombre temiendo lo peor, temiendo que la hubiese lastimado una y otra vez...

Necesitaba pensar, necesitaba estar a solas, necesitaba meditar, necesitaba reencontrarse consigo mismo antes de pretender pedir ayuda para volver a caminar... Se sintió entonces como un niño, a punto de romper en llanto buscando una figura paternal... y es que en el fondo también era un huérfano en ese sitio ¿No?

Un recuerdo volvió como un fantasma a sus labios ¿Era posible aquello?
Los rozo con sus dedos.

Lo Lamento Exclamó deglutiendo y elevando la vista hasta ella Lo lamento por todo ello y por... esto. Charles suspiro largamente y de dos zancadas llegó hasta la puerta del patio saliendo de la habitación y cerrando la misma tras él rápidamente y sin ser brusco.

Desconcertada quedo la joven ante la repentina huida del hombre, pero fueron sus disculpas lo que más la afectaron hasta el punto de simplemente no reaccionar y quedarse allí de pie mirando la puerta que había sido cerrada. No quería que se lamentase, no tenía porque disculparse... Ella, aun cuando prácticamente desconocía la causa de su falta de memoria o el repentino cambio que había sufrido de una noche para otra, trataba de comprenderlo y estar a su lado aún cuando no la necesitase... Pero en este momento no estaba segura de si perseguirlo sería lo correcto.

Tan tarde como ella creyó reaccionar se dio cuenta que había abierto bruscamente la puerta y de sus labios escapaba su voz tan fuerte como nunca la había escuchado y pronunciando una única palabra. -¡CHARLES!- Pero en vano fue su intento de detenerlo, no había nadie a su alrededor, no se veía nadie a la distancia ¿Cuan rápido podría correr el profesor? Incluso miro hacia arriba con la esperanza de que este estuviese no se... Ni ella lo sabía realmente que esperaba encontrar con ello.

Sus ojos se entrecerraron con cierta tristeza y se sentó en el suelo en el borde que sobresalía hacia fuera de la puerta, apoyó sus codos sobre sus rodillas y su mentón sobre la palma de sus manos. Y espero, quien sabe cuantas horas se quedaría allí la pelirroja con la esperanza de que el Doctor volviera a por ella... Quizás años si fuese posible, aún cuando ella sabía que no volvería.

---[FIN]---