Levantamiento del telon

Un día muy hermoso si, pero lo único que la joven había visto en el camino era un sendero que parecía oscurecerse a cada metro que el automóvil se había acercado al lugar. El automóvil se detuvo, acercándose un hombre que abriría la puerta de forma rápida y jalaría a la frágil joven del brazo para sacarla del coche. Entraron rápidamente en el orfanato y solo con palabras precisas entre los encargados, la chica fue dejada sola en una habitación sin saber que esperar. Era curioso... aquellos policías que le habían traído parecían temer a aquel lugar... ¿Porque temer? Solo era un estúpido orfanato mas... como tantos otros..

Era un salón no muy amplio, pero bastante grato. Altas ventanas dejaban entrar la calidez de los rayos del sol que la joven inconcientemente esquivo. No era dada al calor, prefería los lugares fríos, pero la sola vista de la habitación iluminada, quitaba ese toque tenebroso de estar en un lugar desconocido. Se aburría, aún cuando su inexpresivo rostro no lo demostrase. Era curiosa la imagen que se daba en el lugar, puesto que la chica tenia una escencia tan distante que fácilmente podría alguien pasar y quizás ni siquiera notarle.

Los largos cabellos negros permancian cayendo con delicadeza por su espalda, siendo contraste de un blanco uniforme que traía puesto. Dio un suspiro, decidiendo si quedarse ahí o ir a recorrer el lugar, despues de todo, estaba claro que le dejarían ahí.

Una mañana tranquila, desde su habitación, el enmascarado había visto llegar un coche... ¿Alguien nuevo? Probablemente, la curiosidad le llamaba, rápidamente bajó las escaleras, al tiempo que había visto cerrar la puerta principal. Se detuvo antes de entrar a la recepción, pues no sabía de qué manera presentarse, se asomó por el arco de la puerta, miró a la chica. <<Una nueva>> -pensó, dió un pequeño suspiro, antes de entrar <<Tranquilo, no pasa nada, solo sé amable>> - entró a la habitación.
-Hola, gusto en conocerte - dijo tendiendole la mano en señal de amistad, bajo aquella máscara, una mirada inquisitiva la observaba, aquella joven le resultaba familiar, sería acaso que en sus andadas se hubieran visto...? Talvez, pero Delta apartó por un momento ese pensamieento, recordar su pasado era algo que no quería hacer por ahora.
-¿Cual es tu nombre?- aunque su máscara mostraba una sonrisa, bajo ella él hizo lo mismo.

En la quietud de la habitacion, creyó escuchar pasos acercarse a la puerta, por lo que su unica orbe se dirigio a ese lugar, en una silenciosa espera de ver aparecer al dueño de sus pasos. Entonces su mirada verdosa se fijo en quien entraba, no podia discernir sexualidad con solo verle, pero era de una estura media, curiosamente vestido, con una macabra sonrisa eterna, delineada en aquella mascara inerte. Inmediatamene la voz se dejo escuchar, siendo demasiado... ¿amable?

La mujer arqueo su ceja levemente, observando la mano alzada hacia ella. Al menos ahora sabia algo, era un chico. La joven extendio su mano, rozando apenas la ajena para volver a separarla de inmediato. Alaska Dijo con aquella voz sedosa y algo grave que tenia, diciendo el curioso nombre con el que habia sido bautizada. ¿Quien eres tu?

Alaska, interesante nombre, pensó. Miró la habitación, lo agradable de la recepción era que se podía considerar la sala mas iluminada de dia, almenos así le parecía-Soy Riley... y parece ser que me toca darte la bienvenida, nueva amiga - se acercó a ver por la ventana, como era de esperarse, no había nadie afuera.

-No te preguntaré el porqué llegaste aqui, es lo último de lo que uno quisiera hablar -dijo con una pequeña risa - Toma asiento - le indicó con la misma amabilidad, su figura, envuelta en su capa, se deslizó como una sombra a tomar asiento, quedando de espaldas a la ventana, dandole un aspecto un poco sombrio
- Si hay algo en que pueda ayudarte, dimelo

Riley... intentaria recordar aquel nombre. La joven quizas, en el momento, hubiese esbozado una sonrisa, pero aquella frasesita "nueva amiga" le desconcerto... Ella no tenia amigos, al menos no aquellos que venia recien conociendo, por lo que su rostro se mantuvo inerte, inexpresivo... Le observo acercarse a la ventana, observando quizas algo que ya le parecia natural puesto que su cuerpo no mostro señales de alguna sorpresa.

Tampoco hubiese respondido la razon de su estadia, pero agradecio que no se entrometiese en algo que no le era de su incumbencia. Con suavidad la joven tomo asiento en uno de los sillones individuales que habian en el lugar, observando a este cuando se sento y sintiendo un leve escalofrio. Ciertamente estar a contraluz le daba un toque macabramante infantil, haciendo que aquella mascara sonriente adoptase un toque sombrio al verse con el tinte oscuro de las sombras. Solo quiero conocer el lugar, ya que por lo visto, me quedare un tiempo. Un tiempo... eso era correcto, a la primera oportunidad intentaria escabullirse y buscar libertad. Odiaba estar encerrada como un prisionero, eso no era para personas de alma salvaje y libre. Eso era para mascotas. Dio un suspiro, quizas algo prolongado... estaba cansada, pero su expresion no lo demostraba ¿Me mostraras el lugar...? eh... Riley, ciertoo? Sus palabras dejaron ver la poca atencion que habia puesto hasta ahora en su "acompañante"

"Durante un tiempo"... Aquella frase le pasó por la mente, ciertamente su plan era solo quedarse un tiempo, pues había llegado al orfanato por casualidad, pensó, por un momento, en apoyarse en ella para salir. Pero tal pensamiento desapareció instantaneamente, lo que ahora le era prioritario, era ayudar a la recién llegada.

-Con gusto -dijo levantandose, ignorando el pequeño detalle por parte de ella al preguntar nuevamente su nombre. Se detuvo en el arco de la puerta, esperándola - Solo te diré que espero que tu estadía aquí sea de tu agrado -le hizo una pequeña seña para que lo siguiera por el corredor.

Casualidad no era presisamente la que le habia llevado ahi, eran simplemente circunstancias que se enredaron unas con otras terminando en un mal paso... y siendo descubierta. Observo al joven y al escuchar sus palabras dio un suspiro. Si bien no le agradaba estar acompañada por un.. enmascarado, sabia que debia ser precavida en un lugar nuevo. Lo habia aprendido en las calles. Pero no temia al lugar, no encontraria nada mas que niños en circunstancias diversas y uno que otro abusivo que intentaria mandar por sobre el resto. Nada diferente a lo que habia fuera o lo que le hubiese esperado en la carcel si hubiese sido mayor de edad. Al momento en que este se puso de pie, la joven tambien alzo sus pasos para caminar hacia la puerta, mostrandose altanera en sus pasos. Le alcanzo algo tardia, arqueando la ceja ante la cordialidad de este. ¿Es que acaso le era grato a el estar en aquella carcel infantil? No podia creer algo asi... Era demasiado curioso. No dijo nada sobre aquello, no era nesesario.

Avanzo a donde el joven le esperaba, manteniendo su menton en alto quizas con demasiada soberbia en su ser. Era algo que ya no podia cambiar, a pesar del trato recibido en las calles, era una princesa mimada. Una imitacion de una muñeca de porcelana que se habia roto hace mucho. Se encamino por el corredor, observando de frente este.

Continuó en silencio por el corredor, sin decir nada. Se resservaría los comentarios solo para las explicaciones, pues daba la impresión de que ella era de poas palabras, por lo tanto el recorrido era muy tranquiilo, y Delta sintió como si solamente él estuviera rondando el lugar, dado el silencio de su acompañante. Se detuvo al notar un pequeño brillo en el suelo... Riley adoraba las cosas brillantes, recogió el pequeño trozo de vidrio, lo miró por un momento y lo dejó caer, pues esperaba una moneda o algo de valor.

Se detuvo a mitad del corredor, señaló la primer puerta a su izquierda -Esa es nuestra aula de clases -dijo en tono cortante, luego señaló a la derecha -Y esa puerta lleva al patio interno, como notarás atravez de las ventanas - dada la poca atención de su acompañante, Riley no mostraría más dispocición de la necesaria para hacerla sentir recivida, solo se limitaría a decirle lo que debería de saber. Bajo su mascara, su rostro puso una expreción de seriedad. Su sombría figura continuó por el corredor, dando vueelta ala derecha, siguiendo el recorrido -...Sigueme... -fue lo ultimo que dijo

[Siento la tardanza Riley >.<U]


Asi el joven le parecio incluso mas agradable, solo jugaba con el, habia tenido la curiosidad si podia mostrarse distante. Habia sido muy amable desde su entrada, cosa que resultaba molesta para cualquiera, o al menos para ella. Ahora, entre el silencio, la presencia de este logro agradarle. Le seguia con suavidad, deteniendose un momento al ver que el joven lo hacia y le vio caminar a paso apresurado hasta algo que se mostraba brillante en el suelo. La joven llevo ambos brazos tras de su cabeza como soporte y ladeo el rostro al verle actuar asi. Entonces al tomar aquello y tras observarle, dejo caer aquel vidrio, provocando un sonido sordo de este al partirse en dos en el suelo. Volvio a seguirle, deteniendose nuevamente en el corredor, la joven desvio su unica orbe hacia el salon señalado... Bien, anotado el primer lugar al que no asistiria... Volvio su rostro hacia la derecha, siguiendo inconcientemente sus señales. Se quedo un momento con la vista en la ventana, observando el lugar. Escucho aquella palabra que parecio una orden sutil, mas le siguio sin problemas mostrando un paso gracil como si se hubiese llenado de cierta alegria al ver el el lugar donde estaba el patio interno. Iba atenta a cada detalle, a cada lugar mostrado. Si bien no lo parecia, al menos ahora tenia su atencion en el joven, ahora que veia esa forma mas agradable en el. Tampoco podia culparsele por no ser expresiva, era su forma de ser, moldeada por abusos y rebeldias.. nada extraño en un interno. "Quiero irme pronto... Riley.." pensaria con amargura, mas ninguna palabra alcanzo a salir de sus labios. No, era demasiado orgullosa para dejar que alguien le escuchase decir algo asi, que le haria ver infantil y como niña asustada. ¡Jamas! No mostraba debilidad ante nadie, ante nada... y eso tenia que demostrarlo fuese como fuese.

Siguió por el corredor, el silencio empezó a agradarle, de hecho, estaría agradecido de no encontrarse con nadie más, al punto de casi olvidarse de Alasca, de no ser por volter a la ventana y ver su reflejo detras suyo. De cualquier manera, se detuvo ante la siguiente puerta a su izquierda -La cocina -volvió a decir con el mismo tono cortante, antes de llegar al final del corredor, esperándola, pues creía que tampoco le importaba la ubicación de cada lugar. Miró al patio interno, un lugar que de noche, era el ideal para buscar tranquilidad. <<Qué silencio...>> pensó, volteo a ver a la joven, le volvio a indicar que lo siguiera a la siguiente puerta, llegando a un corredos as pequeño, a la izquierda, las escaleras, y otra puerta, l cual señaló -Esa es la cafetería

se acercó a las escalerras - Te mostraré el segndo piso -dijo tranquilo, indiferente - Sígueme -le dio la espalda y subió, pensandolo mejor, no estaría nada mal ser distante con el resto, aunque sea un par de días, pues no conocía a mucha gente, y hasta ahora nadie podria considerarse su "amigo". lo cual, le pareció bien, la indiferencia se sentía tan camada, como en ese momento. Se recargó en la pared mientras esperaba, cruzado de brazos.
-hora de que Delta se ponga serio- murmuró para si.

[ Permiso ~ ]

La mano derecha de la princesa estaba cerca, curioseando, siguiendo a aquel par de almas que vagaban por el orfanato, sucios mendigos que bien podían ser usados para el etretenimiento de la enfermiza Eriz.
Estaba en todo y en nada a la vez, siendo sigilosa hasta el momento en el que decidió mostrarse la pequeña Duquesa, una niña de apariencia débil, su mirada se poso en Delta...a ese chico le tenía en la mira, le recordaba bien...el llego tarde, la otra chica, se veía mayor a lo que Eriz solamente sonrió relamiendo sus labios con malicia.
Sus pasos resonaron en el pasillo, su mirada paso de Alaska hacia el Joven Delta, esta vez llevaba la pieza del caballo negro en sus manos, jugueteando con ella entre sus dedos, levanto un poco su vestido e hizo una suave reverencia a ambos.
- Que...bien encontrarles por aquí, comenzaba a aburrirme..-
Su tono fue suave, siendo de día la faceta de la menor podía variar mucho, una sonrisa se dibujo en sus labios y tras avanzar un poco observo con detalle a los presentes.

Aquella chica...era nueva, no sabía nada de ella...tenía una desventaja, pero ya le conocería y seguro la agregaba a su lista, Riley...aquel chico enmascarado, había algo que no le agradaba de el, para nada!.
-¿Les incomodo?...-
Ladeo su rostro solo un poco, su mirada de afilo un poco cuando la dirigió a Alaska, incluso brillo un poco pues en verdad la chica parecía interesante, lo que sabía era mínimo, casi nada, aún así llamaba mucho su atención.
La menor se recargo en la pared, aquel aspecto infantil no era nada más que una mascara. "Una verdadera Mascara" pensó notando que Riley siempre llevaba una, le daba curiosidad...se preguntaba cual sería la mejor manera de arrancarla, una risilla maliciosa se escapo de sus labios sin querer y fue más que nada por estar pensando en eso, cuando cayo en cuanta solo cubrió sus labios con su mano y volvió a reír, fue como decir "oops!".

-¿Eres la chica nueva verdad? ¿Cual es tu nombre?- Y una vez que se lo diera el juego comenzaría por parte de Eriz, observo a Delta y solo le ofreció una mirada perdida.
-Por cierto joven Delta...¿Se ha portado bien?- Cuestionó con suavidad la duquesa quien solo espero respuestas por parte de ambos.

Le seguia en silencio, viendole de reojo. Prestaba atencion, aunque no lo demostrase, a cada lugar que le era mostrado por el joven. Sus pasos tardaron un poco en ponerse a la par de aquel chico extraño, mas apresuro un poco su andar para lograra no quedar atras. Al menos el primer piso daba por terminado, eso era un alivio, se cansaria pronto de caminar. Al escucharle, avanzo con un paso suave, deteniendose un momento para verle esperandole, apoyado en la espalda contra la pared y mostrando ese semblante infantil y macabro. No llego a notar el momento en que su atencion se habia fijado en ese joven tan curioso, pero en cierta forma, fue agradable. Pero al momento en que sus pasos se alzaron nuevamente, buscando el primer escalon, el caminar gracil de unos pasos le detuvieron, dirigiendo su unica orbe al lugar donde provenia. La silueta se dejo ver, una joven de curiosa apariencia debil, de una belleza sumisa y con ese toque encantador que tienen los enfermos.... Curiosa imagen.

Aquella joven de apariencia dulce, extrañamente le produjo un escalofrio que le parecio, de por si solo, curioso. Mas le causo curiosidad el tinte en los ojos al observar al enmascarado. Al escuchar sus palabras, no logro convencerse de que tanta dulzura le perteciera a una sola persona y que mas aun, le causase escalofrios. La observo en silencio, inclinando solo un poco su cabeza como modo de saludo hacia ella. Para nada... Diria a su pregunta, mostrandose de la misma forma que antes, solo que profiriendo un suspiro suave y quizas prolongado. Comenzaba a aburrirse.

La mirada de la joven fue extraña, haciendo que la pelinegra arqueara suavemente una ceja. Al escuchar su pregunta, dirigio su unica orbe esmeralda, a fijarse en ella, delineandola ahora estando apoyada en la pared. Le observo con descaro innato, sin preocuparse si aquella mirada podia ser ofensiva por parte de la misma. Lo soy, mi nombre... Alaska.. Dijo con naturalidad, con aquella distancia en sus palabras siempre tan notoria. Aquel nombre era particular y curioso para muchos, mas estaba demasiado bien impuesto en ella y habia aprendido a quererle. Su mirada, si bien era de un frio esmeralda, se mantenia en la joven recien llegada, analizandole en cierta forma, cosa comun con desconocidos. Lo mismo habia hecho con el muchacho, de quien podia sacar un perfil aun no muy claro, puesto que al igual que ella, ocultaba demasiado con su actuar. Un enmascarado... tambien era interesante aquello, curiosamente interesante...

El silencio fue interrumpido por el debil sonido de unos pasos, la despreocupación se apoderó de Delta, quien pensaba en pasarle la responsabilidad a alguien mas e irse a hacer sus cosas, pero la voz... esa voz.... el semblante de Riley, bajo su máscara, se tornó serio. <<...Eriz...>> - su mirada pasó a Alaska, y de nuevo a la pequeña, preguntándose si debería o no irse y dejar a la nueva a su suerte, pues la llegada de Eriz no podría significar nada bueno. Hizo un pequeño gesto de saludo con su mano, para despues volver a cubrila bajo su capa. Lo único que su intuición le aconsejaba era, sin más, ser educado y relajarse, pues lo que menos quería era meterse en problemas con alguien de la "élite", almenos no sin una buena razón.
<<¿Aburrida? no me sorprendería>> tendría que maneter la guardia en alto, y a su vez, procurar no equivocarse en nada, lo cual le recordó un poco al sujeto que se hacía llamar Kris. -No hay problema... -dijo con tranquilidad, pero su atención ahora se centraría en la niña, quien los miraba con inocencia, pero pudo detectar la pequeña rista de ella, volteó a verla disimuladmente, y despues a Alaka.
-la joven Eriz sabe que Delta se mantiene al margen de las circunstancias -se quitó el sombrero e hizo una pequeña reverencia. Hasta donde él sabía, no había hecho nada malo, por lo menos no aún, y así seguiría, pero una máscara, guarda muchos secretos, y estaba seguro de que Eriz pensaría lo mismo, solo debía ser cauteloso, y seguir su recorrido con Alaska como si nada importara.

La mirada que ofreció aquella mendiga provoco que la mirada de la princesa se volviera más sombría, detestaba que le vieran de esa manera...y más si se trataba de una simple mendiga como la que se encontraba frente a ella. Chasqueo la lengua, pero al escuchar su nombre la mirada volvió a la normalidad, Eriz...una pequeña la cual disfruta de juegos, sus mascaras solo se encargan de confundir, nunca se muestra como es hasta la hora de tener a su "juguete" bajo su control por así decirlo. -Alaska ~ - canturreó el nombre y relamió después sus labios, como saboreando, memorizando aquel nombre...pues con aquella mirada que ofreció anteriormente Alaska tenía esos aires que podían llamar por completo la atención de la menor.
Miro a Riley, por un momento sintió aquella preocupación....aquella que indicaba el conocimiento del joven de que si la princesa sangrienta estaba ahí, nada bueno podía pasar, pero por ahora la pequeña estaba tranquila.

Observaba cada movimiento del enmascarado, bien Eriz era más que solo una niña en ese lugar, era un recuerdo!...la pequeña guardaba mucho secretos los cuales solo los Príncipes conocen por completo, dejo de jugar con la pieza de ajedrez y enseguida dio unos cuantos pasos hacia los que estaban ahí, primero a Delta lo observo fijamente, buscando aquellos orbes.
-Y espero así siga siendo, no quiero tener que jugar contigo Delta~ - Le dijo acercando su mano a la fria mascara, bajando poco a poco hasta con sus dedos delinearon el cuello del chico, como simulando que lo cortaba.
-Hehehe! ~ - Aquella risa se escapo con inocencia y después miro a Alaska y se acerco a ella.
- Espero disfrutes la estadía aquí en el orfanato ~, las noches...serán acogedoras, aunque...debido a las sombras del orfanato serán frías, algo difíciles al principio- Le indicó pegando un brinco hacia atrás con las manos en su espalda baja, entrelazadas.

Miro fijamente el orbe de aquella chica, aquel parche le llamaba la atención, todo lo que irradiaba misterio despertaba esa curiosidad de la pequeña Eriz.
Se quedó en aquella posición para tener bien a la vista a ambos, quería ver que más hacían empezando por Delta. ¿Se quedaría? y aquella chica...Alaska, quería ver si respondía cualquier cosa, con una mirada, con una mueca..como fuera, solo un pretexto más para agregarla a la lista.


[off: sorry por lo raro. ]

Habia escuchado atentamente a la joven y en parte, pudo tambien distinguir un ligero cambio en el enmascarado. Tambien pudo distinguir el respeto que sus palabras expresaban hacia la pequeña, curiosa reaccion habia provocado. Entonces la mirada de la pequeña volvio a la pelinegra, entonces pudo distinguir cierta atencion en su persona, una extraña y escalofriante atencion, que se acentuo mas aun cuando los ajenos labios canturrearon su nombre. La actitud entonces de la joven, le fue llamativa y en cierta forma, le obligo a mantener la mirada en ella. Esas palabras y aquella reaccion fueron amenazantes sin duda. No entendio su reaccion, no entendio sus palabras. Claramente la pelinegra se encontraba en desventaja por la falta de informacion y si posiblemente, sus actitudes fueran otras, aquella chica de apariencia infantil, le hubiese pasado desapercibida y le hubiese ignorado sin mas.

Cuando esta se acerco, la pelinegra, un poco ma alta que esta, se mostro inalterable. Su mirada se mantuvo en la mirada de la pequeña, dando una mirada suave a su rostro, como una pincelada de seda y luego, ante sus palabras, entrecerro la mirada. Gracias... señorita Dijo de forma suave, rastrosa... como si con eso, le quisiera hacer ver lo poco que le importaban sus palabras. Alzaria levemente aquella ceja que se ocultaba por el parche, dando un suspiro quizas algo extendido y daria un paso al lado, la cercania de la joven no era de su agrado. No soportaba aquellas actitudes infantiles, aquella mimada señorita...

No mostró sigo alguno de movimiento cuando la pequeña princesa se acercó a él. <<Ten por seguro que eso no ocurrirá>> almenos podía dar por hecho que no estaba en la mira de la chiquilla. Aparentemente. Le siguió con la mirada, viendo como ésta ponía su atención en Alaska. Si ella hubiera mostrado un poco mas de interés, l hubiera puesto al tanto desde el principio, pero su indiferencia le había hecho pasar ese dato. Pensó en que ya tendría un momento a solas con ella, pero por lo pronto no quedaba mas que ver cómo lentamente se hacía de un espacio en la lista de Eriz.
<<Pobre Alaska...>> no pudo evitar sentir algo de lastima por su actitud, pero la situación y los problemas de otros no le importaban...¿O si? Esa pequeña cuestión le hizo pensar si debería o no, hacerse cargo, por así decirlo, de Alaska. Lo primero que debería hacer, sería tomar control de la situación, sacó su reloj de bolsillo -El tiempo es oro, señoritas - ladeó un poco la cabeza, dandole un toque de misterio asu eterna sonrisa dibujada -¿Continuamos? -envuelto en su capa, daba la impresión de deslizarse por el suelo como una sombra, como la sombra que era. Continuando por el corredor del segundo piso, si Alaska le agradecería, o no, aquella sutil manera de salvarle de cometer un error con la pequeña princesa, era algo que quedaba para despues.
<<Ahora debo estar atento por los dos>>

La actitud de Alaska provocaba que la curiosidad en Eriz creciera, y claro ni mencionar el misterio que el joven Delta dejaba escapar, en verdad los niños que llegaban al orfanato eran realmente interesantes, daban más oportunidad de diversión a la pequeña princesa quien por el momento, al notar aquella mirada de Alaska solo ofreció una mirada sombría y una sonrisa enfermiza, las mascaras de Eriz eran realmente variables así que era de andarse con mucho cuidado.

Delta por su lado sería una presa fácil o al menos eso pensaba la pequeña, ¿tras esa mascara se sentiría seguro?, hizo una mueca, pensativa respecto a esto sin embargo al escucharle hablar solamente asintió, la sonrisa en aquella mascara comenzaba a cansarla, cerró un poco sus ojos y suspiro tratando de controlar aquel impulso extraño de comenzar a jugar, pero bueno...Eriz debía ser una niña buena por el día, no quería que le castigaran ni nada por el estilo...sin embargo tener ya a dos en la mira ya era suficiente por ahora, ya encontraría la manera adecuada para divertirse con cada uno de ellos.

Y bueno. el pequeño estaba equivocado si creía que de esta manera ya estaban librándose de las ideas que comenzaba a maquinar la mente de Eriz, de hecho, le daba la oportunidad de conocerles más, estudiar sus actitudes y de esta manera la pequeña sabría como actuar a la hora de querer jugar un ratito, Alaska parecía ser una chica a la cual mentalmente no se le podría atacar tan fácil por lo tanto sería algo más físico, ya pensaría como. Hehe~ relamió sus labios y comenzó a caminar estudiando los movimientos del enmascarado, ese misterio daba muchas que pensar, la princesa solamente movió un poco la pieza entre sus dedos y después la guardo en una de las bolsitas internas de su capa, sus pasos eran silenciosos, dando la impresión de que nisiquiera tocaba el suelo....como si de un fantasma se tratara, un viejo recuerdo de aquel orfanato.
Ya cuestionaría a Dahlia si podía entretenerse con Alaska, pero por ahora Delta se convertiría en prioridad pues si mal no recordaba había llegado tarde a la primer reunión y los niños buenos no llegaban tarde.
- Es bueno que seas tan amable como para encargarte de la chica nueva...- Dijo en una voz suave, mantenía una distancia en la que pudiera observar a ambos. -Seguro que Alaska es buena niña y sabrá agradecerte- Dijo dando por obvio que conocía las intenciones de Delta.


[ Hermosos, perdonen lo raro y ahora mismo los agrego de una vez a mi lista de a quienes tengo en la mira! *u* ]

Se habia mantenido en silencio, cuando fueron las palabras del joven enmascarado las que le distrajeron de mirar a la pequeña. Asintio con su cabeza a este mientras subia las escaleras siguiendole a paso felino. Su diestra se alzo hacia al lado, como si fuese a apoyarse en el barandal, mas las yenas de sus dedos solo alcanzaron a rozar con delicadeza el aire. No diria nada frente a la pequeña, pero en algun momento llegaria a comentarle al enmascarado aquella sensacion extraña que le provocaba la joven. Arqueo una ceja al escuchar a la jovencita, sus palabras habian sido un tanto ambiguas mas las dejo pasar. Riley... ha sido amable, estoy agradecida.

Seria lo unico que diria, mientras su unica orbe se mantenia en el joven. En el rostro de la joven se marcaria una suave sonrisa casi imperceptible. El lugar no era del todo horrible, hasta ahora. Pero inevitablemente tendria que lidiar con mocosos, no fuera que era mayor... solamente, le habia tocado llevar una vida de adultos desde temprana edad asi que los de su edad, le eran simples crios... mimados y molestos...

[Perdon...se me fue la inspiracion con agresividad u//u]

Debía actuar con cautela, dar pistas falsas sobre sí, cerró los ojos, sintiendo la calma apoderarse de él, por lo que una actitud de indiferencia le dió seguridad. El hecho de que la joven le estuviera agradecida no le cambió en nada su semblante de indiferencia. La única muestra que dió fue un leve movimiento de cabeza, pero ni una palabra al respecto <<Debe haber una manera de tener un momento a solas con ella>> ya pensaría la manera de lograrlo, por ahora, el recorrido por el segundo piso estaba en curso.
Tomó el corredor en direccion a la derecha, señaló la puerta -La biblioteca- dió vuelta al corredor, un poco más grande, y con otra unica puerta -Sala de costura -de nuevo, en tono cortante.

<<Tal vez... tal vez tenga una oportunidad en los dormitorios>> en el siguiente corredor, había dos puertas, ambas con el mismo destino - aqui son los dormitorios... -se acercó a la puerta, antes de tocar la perilla, volteó a verlas, pero las palabras que dijo, era dirijidas solamente a una persona -¿Quieres ver el lugar? -esperaba, que Alaska aceptara - Me gustaría darte un pequeño regalo de bienvenida... a solas - volteó a Eriz, con amabilidad le dijo - eso, si la joven Eriz está de acuerdo, claro] - no se arriesgaría a hacer algo que la pequeña princesa sangrienta no quiera, mantenerse ausente, indiferente, pero ante todo, respetuoso, a la par de proteger a Alaska y evitar que cometa un error, Eriz lo sabía, y por ese motivo se lo dijo, se haría cargo de ella.






[Off: No tenía mucha inspiración y esto fue lo mejor que pude idear... y vas para mi lista Alaska]

Aaah que bien, ahora el chico tramaba algo, seguramente avisaría a Alaska de todo a lo que Eriz solamente sonrió ladina y agato sus ojos con malicia, no les duraría mucho la privacidad pues bien Eriz puede darse cuenta de muuchas cosas, esto se ponía más interesante, ya tendría que ir a dar reporte a la princesa y de esta manera esperar una orden para hacerse cargo de cada uno aunque en este caso Delta quien ya estaba en su lista, era un niño extraño...no le agradaba del todo y aunque su tono fue amable no le agrado del todo a la Lobita.

Dio unos pasos hacía atrás y ladeo su cabeza aún sonriendo ladina, miró a Alaska e hizo una mueca. -Me hubiese gustado seguirlos más rato, pero mejor sigan en lo suyo...- su sonrisa se amplió de una manera un poco más enferma que amable. -Si tienes alguna duda...puedo ayudarte con ella...hay cosas que el joven Delta no podrá informarle con claridad- Aah~ pero claro, quería jugar con esa chica, entretenerse un buen rato, observo a Delta un momento antes de darse la vuelta.
-Ten cuidado Delta...las paredes pueden escuchar~ -Esto era una advertencia de que lo mantenía bien vigilado, la pequeña comenzó a caminar y tras girar en un pasillo una risilla fuerte se escucho, el soplar del viento a las afueras...el recuerdo de Eriz ya no estaba ahí, había desaparecido en las sombras, dejando en los pasillos un misterio notable...esos dos tendrían que andarse con cuidado de no toparse con Eriz.


[perdonen lo raro y...salgo de escena, Alaska o Delta si quieren un tema avisenme, ya estoy disponible para temas :3 ]

Continuaria su camino siguiendo al joven, observando de reojo a la muchacha mientras grababa en su memoria aquellos lugares que le eran presentados. Habia algo curioso en el joven, el silencio y aquella actitud denotaba sin duda que algo pasaba por su mente, sin embargo ¿Que era tan particular en esos momentos para que permaneciera pensando tanto tiempo? Inevitablemente su mirada se dirigio a la joven. Al llegar al lugar, que fue presentado como dormitorio, observo como el joven daria una pregunta, casi ignorando por un instante a la pequeña, cosa que fue... extraño. Me encantaria Dijo quizas con un animo mas notorio, incluso sonriendo levemente.

Tanto repeto a la pequeña le causaba curiosidad, en extremo. No podia evitar sentirse llamada por aquel misterio que mostraban ambos y hasta cierto punto, por el hecho de que Riley no le hubiese dejado a solas con la joven. Al escuchar la retirada de la menor, su mirada volvio a la joven, sin haber percibido la sonrisa curiosa que seguramente hubiese provocado un escalofrio abundante en su palido cuerpo. Estare encantada entonces de volver a encontrarte Diria con suavidad, mas no perdia el toque de elegancia y vanidad que siempre mantenia consigo. Arqueo levemente la ceja a lo que parecio ser una amenaza infantilmente macabra por parte de la chica hacia Delta. Piacere, signorina Diria al verla retirarse, un " Ha sido un placer, pequeña dama" que se perderia en el avanzar de los zapatos en la oscuridad del pasillo, donde la tenue silueta fue devorada. Cuando le hubo perdido de vista, la unica orbe esmeralda volvio al joven, encaminando sus pasos hacia el y la puerta abierta de los dormitorios, entro con suavidad y en cuanto este hiciera lo mismo, la joven mantendia su lugar cerrando la puerta y dejandolo inevitablemente atrapado entre la puerta cerrada y el cuerpo femenino, apoyando la palma de su diestra al lado del rostro del joven. Explicadme... por favor. Queria respuestas y por primera vez, se dignaba a pedir algo como un favor y no como una orden altanera.

[Como dije... ha sido un placer ~ Pero como van las cosas, me terminare escabullendo de ti Eriz ~]

Bien, sonrió bajo aquel rostro eterno que mostraba. Ahora que Eriz había (para sorpresa de Riley) accedido a darles un momento y retirarse, se sintió mas tranquilo, había escapado al peligro... por ahora. Esa idea tendría que tenerla presente, esperó a que la chiquilla se fuera. << Gracias.. supongo>> aquellas palabras se quedaron solo en su mente. Dió un vistazo rápido al reloj, y entró al dormitorio. Encontrandose frente a frente de Alaska, aquella cercanía le desconcertó un poco, y mas por su amabilidad mostrada. << ¿Ahora te pondrás amigable?>> levantó su mano izquierda, deteniendose a escasa distancia del rostro de la joven.

-Lo haré, pero no debemos confiarnos demasiado - ciertamente, las paredes pueden escuchar, por lo que debía mantenerse alejado de la puerta, por si acaso alguien llegase a escuchar. La miró detenidamente, algo había en ella que le daba confianza, sin pensarlo dos vveces, la tomó de la mano, llevandola a su cama, aquél pedazo de habitación junto a la ventana que le pertenecía a Riley sacó su bolsita de monedas, vaciandola sobre la cama-Lo primero qe debes saber, es que aqui hay tres chicos de los que tienes que tener cuidado, sus nombre, por nivel de importancia son Nicholas, Dahlia y Eriz - separó tres monedas del resto - Nicholas es por así decirlo, el amo del lugar, pocos se atreven a contradecirlo, y quienes lo hacen por lo general son victimas de sus torturas, te recomiendo ser respetuosa con él o estarás en su lista - enseguida señaló la segnda moneda - Dahlia es la que le sigue en importancia, es algo así como la princesa del lugar, ella es mas... benevolente que él, pero aún así no te confíes - y por último, señalo la tercer moneda - Y luego esta Eriz... la mano derecha de Dahlia, no te confíes nunca de ella. Su crueldad es comparable a la de Nicholas, que no te engañe esa máscara de niña tierna y adorable, solo mantén tu distancia y dale respeto.

Esto último lo había dejado en claro al mostrarle su comportamiento con la pequeña, y esperaba que la joven entendiera la importancia de dicha información -Claro, habrá otros que también tienen un trato especial, pero estos tres son los de mayor prioridad -recogió las moneda en su bolsa y tomó asiento a su lado mirandola -Ahora estarás bajo mi cuidado, talvez no te agrade la idea... pero ya viste a Eriz, estuviste a casi nada de cometer un error y eso -miró al suelo -no lo puedo permitir. Alaska... ¿Confiarás en mí?

La mano del joven se alzo, como buscando tomar su rostro mas se detuvo a unos centimetros de este. Aquellas palabras del joven fueron extrñas, aquella desconfianza, aun no la comprendia. Observo la puerta, suponiendo que alguien pudiese oir algo que ni siquiera Riley deberia estarle diciendo, era misterioso. Su mano fue tomada y la joven se vio obligada a seguir rapidamente el jalon de esta, que le guiaba hacia una vacia cama en el fondo de la habitacion, que supuso seria del joven. Las monedas cayeron con suavidad, sonando melodiosamente, aquel ruido que tan agradable era. Se sorprendio al escuchar la palabra "cuidado" pero mas aun, cuando este hablo de ellos en nivel jerarquico. La primera descripcion, aquel de mas alto rango, denotaba a un joven sin piedad que se hacia respetar a base de sufrimiento. Nicholas... Repitio con suavidad su nombre, para volver a escuchar al joven que sacaba la segunda moneda. La segunda, fue una descripcion vaga de una chica, no pudiendose hacer una idea mas clara de ella, tambien susurro su nombre, casi como si los estuviese memorizando. Dhalia.... La siguiente descripcion pinto a la joven que hace poco habian visto, pero como una chica cruel, que mostraba una mascara casi tan impenetrable como la de quien hablaba. Eriz.. ¿No es la pequeña que estaba antes con nosotros? Dijo con suavidad observando al joven. Ciertamente podia ser cualquiera, pero el nombre no era comun... de ser ella, se encontraria sorprendida y lo mostraria con una expresion clara en su rostro. La pequeña que habia visto, de curiosa belleza en sus orbes, era en realidad... un pequeño moustro de esos que se ocultan... ¿en la oscuridad?

¿Darle respeto? Eso es algo que deben ganarse... diria con altaneria, acostumbrada a dar respeto solo aquel que se lo merecia, no al que lo imponia. Otros... si hubiesen sido de relevancia hubiesen sido mostrados de inmediato como alguien de respeto. No, no lo eran. Aquellos tres eran fundamentales, mocosos lo mas probable, mocosos que buscaban pasar un mejor momento. Observo al chico, escuchando sus nuevas palabras. ¿Un error?... no hay mucho que pueda hacer en mi contra, creo que talvez te preocupas demasiado... Interrumpio sus palabras al ver como miraba el suelo, aquella actitud fue algo... que removio lentamente aquel frio corazon de la joven de forma extraña. ¿Confiar? ... No podia, podia fingir hacerlo... pero dar algo asi de verdad, no podia obligarse... Sin embargo, mintio... Confio en ti Riley, pero... No veo en que forma has de cuidarme

Cuando creyó que por fin se mostraría amable, su altanería le pateó esa idea. <<¿Porqué debo ayudarte?>> con cada muestra de esa actitud, Riley se tentava a dejarla a su suerte, no estaba obligado a ayudarle, y si no era tomado en cuenta, entonces ¿Qué importaba? Con toda tranquilidad pudiera haberse ido y dejarla ahi, con poca pero básica información, pero no, aún confiaba en que ella se diera cuenta de ese error. Miró hacia la puerta, era poco probable que alguien, si es que había, pudiese escuchar la conversasión -Si, la pequeña es Eriz - dijo nuevamente, tomó una moneda, mirando su brillo por ambos lados, cómo le gustaban las cosas brillantes, pero aquellas palabras de la joven hicieron que soltara la moneda y ésta callera al suelo. Ahora sabía que podía confiar en ella, pero aún no había visto su error.

-¿No te das cuenta? - se puso de pie frente a ella, cruzado de brazos - Tu actitud, mira, no tengo la menor idea de cómo te trataron fuera de aqui, y ni me importa. Pero si no tienes aunque sea un poco de humildad o controlas tu indiferencia, no tengo porqué darte mas explicaciones -le dejaría en claro lo poco que toleraba ese trato- Por mí puedes salir por esa puerta -señalandola -pero si te metes en problemas con alguno de los tres, no cuentes con mi ayuda para nada, señorita Altanera -se acercó a la ventana, talvez se preocupaba demasiado, pero se debe ser cauteloso con ciertas personas. hizo un movimiento de mano -Si algo de lo que dije te importa, dame la moneda -refiriendose a la que estaba en el suelo, poniendo a prueba su confianza, aunque ella no lo supiera. El resultado se vería reflejado en la dispocición que Delta tendría hacia ella.

La mirada del joven se perdio hacia la puerta un momento, no pudo imaginar si era qu en realidad se sentia vigilado de alguna forma. Cuando porfin, tuvo la respuesta, se sorprendio notoriamente. Aquella dulce joven era lo que pintaba como una hipocrita. Una persona dispuesta a saciar sus gustos infantilmente macabros solo por la idea de divertirse jugando. Entrecerro la mirada cuando la moneda callo al suelo, rodando levemente hasta alcanzar la cabecera donde descansaria. Entonces el joven se puso de pie, quedando frente a la pelinegra con los brazos cruzados. La joven dejo que sus manos se apoyasen en el costado de las propias caderas femeninas, alzando su mirada hacia el y escuchandole. Arqueo una ceja, sabia bien lo que habia de mal en su actitud, pero era algo innato, algo que habia estado siempre con ella. Algo que no cambiaria...

De pronto sintio aquella preocupacion insostenible que aquel mocoso sentia por ella, a pesar de todo... ¿Que le llevaba a cuidarle asi? Llevaba mas tiempo, si, pero bien sabia que era muy dificil confiar en alguien a buenas y primeras. Suspiro con pesadez observando de reojo como se alejaba de ella para caminar a la ventana. Cuando la mano del joven se movio, fue una moneda lo que apunto y sus palabras, hicieron que su cabeza se ladeara para observar aquella que descansaba en el piso. Con suavidad se inclino, tomando entre sus palidos dedos la reluciente moneda la cual mantuvo frente a su rostro como observandola. Se puso de pie, acercandose al joven y extendiendo su mano, con la palma extendida y la redonda moneda en el centro de esta. Toma Diria con su unica orbe visible fija en el reflejo del cristal. A pesar de todo, mantenia su menton erguido, aquella prestanacia que le pertenecia no se desmoronaba. Eres curioso... Ladeo su rostro, curvando sus comisuras en una suave sonrisa, entrecerrando aquella orbe verdosa. Su voz quizas hubo sonado algo infantil.