Bienvenidos a la primera hora del Té! [Privado Josephine]

Escabullirse al interior del orfanato a altas horas de la noche era para huir del gris y silencioso ambiente en el que estaba envuelta la cocina comun de las habitaciones del profesorado, mas ahora que la veía al volver por la mañana se encontraba particularmente alegre aun cuando el polvo seguía donde el lo había visto anoche y aun nadie habia movido ninguno de los utensilios del lugar. No se trataba de la escasa luz que estaba iluminando el lugar era otra la razón... aunque no se detuvo a pensarlo, sino que siguió de largo a darse una rápida ducha y cambiarse por tenidas limpias mientras guardaba la chaqueta ensangrentada por ahí en su armario... Algo en aquella prenda le impedida librarse de ella.

Cuando iba saliendo del lugar observo la palma de su mano. La herida no estaba en ningún lugar, pero... ¿Cómo? Si hubiese tenido oportunidad le hubiese preguntado a la maestra por la herida, pero ella había apartado la vista, por lo que tampoco podria ayudar a despejar sus dudas. No habia tiempo para esas preguntas, no podía permitirse dejar esperando a la dama.

¡Tiempo, Tiempo... si tengo todo el tiempo del mundo! exclamó para si con entusiasmo aun cuando sus pies se movían con prisa mientras miraba las manecillas de su reloj de bolsillo y trataba de mantener el equilibrio para que el Té de hojas que recién habia preparado no se derramase de su fina Tetera

A penas puso pie en el patio interno la velocidad del hombre descendió lo suficiente como para caminar con galantería, con calma y con porte como correspondía a la ocasión. Una vez vio la mesita, sencilla, pero magníficamente adornada y a la dama que no podía encontrarse más acorde al lugar fundiéndose con la belleza otoñal de la mañana le sonrió como saludándola nuevamente y mantuvo esa afable sonrisa hasta posar la bandeja con la caliente tetera y las tacitas de un mismo juego sobre la mesa.

Justo a tiempo Murmuró mientras golpeaba con su indice el vidrio de su reloj detenido a las 17.45hrs. Veo que has encontrado un lugar perfecto entre vulgaridad. Agregó contemplando el rostro de ella ligeramente iluminado por la luz mañanera. Entonces mientras esperaba una señal que le indicase que era Bienvenido a sentarse cayó en la cuenta de un pequeño detalle que se vio interrumpido al notar las arañas en su puesto.
Sin prisa las tomó entre sus dedos y se alejó de la mesa un par de pasos depositandolas en el suelo entre unas grietas. Miró a la profesora desde ahí y con pena en su rostro exclamó No me agradan ¿No? cierto... El rostro del Doctor se inclinó levemente mientras volvia a erguirse y con curiosidad preguntó ¿Vuestro sombrero?

En un par de pasos el Profesor ya se encontraba de vuelta apoyando su mano sobre la silla que le correspondía mientras observaba a la dama y le escuchaba pronunciar cada palabra con esa particular distinción en ella. Cuando la mujer comenzó a quitarse los guantes haciendo una pausa entre las frases Charles respondió a las primeras...
Un hongo es perfecto tal y como es, incluso antes de saltearlo, sino pregúntale a cualquier oruga, aunque aprecio en demasía y aplaudo lo que logras hacer con algunos detalles convirtiendo este sumidero de sueños en una pergola... Se acercó brevemente como si secretease y susurró No es que realmente valla a aplaudir. Seria de mal gusto.

Inmediatamente tomó asiento con el rostro pensativo agregando En cuanto a las cosas que me agradan y a riesgo de sonar coqueto... Tú La mano derecha abanicó el aire restando importancia el Té también y otras cosas más que no van a colación con este momento. Sonrió y comenzó a servir la bebida con lentitud, elevando la tetera e inclinandola lo justo para que no salpicara en lo más mínimo, casi como si las tacitas fueran una extencion de la tetera.

La taza le fue acercada a la dama y de entre el aroma del Té una fragancia floral comenzó a invadir sus sentidos, una fragancia dulce, aunque un poco acida. Era Rosa Mosqueta

Es una lastima que aquel sombrero no estuviese invitado , odiaría que vuestra piel se quemase con el Sol.. Además es un buen sombrero, no como esos que te susurras cosas al oído o disfrutan siendo indiscretos a las espaldas de sus dueños.

La primera reacción de la dama encontró a Charles con la pintoresca tacita a medio camino entre la mesa y los labios de hombre, manteniendola suspendida en el aire mientras el Profesor reflexionaba sobre el fugaz tinte en las mejillas de la mujer y es que se dejo perder en sus memorias, en esa pila desordenada de información que no se sentía con ánimos de recitar para no aburrirse ni aburrir a la dama, mas no pudo evitar recitarlos mentalmente y es que en si era algo interesante... pues casi todos saben que se trata de una dilatación de los vasos sanguíneos más superficiales en la piel lo que causa el tinte, pero no todos saben que la causa o la explicación de esta reacción no esta del todo explicada y con ello nos referimos a la utilidad de misma, no su causa que por lo general es pena. oh! otra cosa que vagó por la mente del maestro es que no muchas especies se "sonrojan" entre las pocas están los calamares, aunque claramente no es rojo lo que muestren...

Charles volvió en sí rápidamente. Había ocultado su ensimismamiento con una mirada alegremente cómplice, como si hubiese obviado el detalle para no incomodarla, aun cuando ambos sabían que él lo había notado.

Recién cuando Josephine probó el brebaje las manos del Doctor condujeron la tacita hasta sus labios absorbiendo primero el vapor de esta con sus fosas nasales y boca antes de soplar levemente, casi como se deja escapar el aire cuando se acaricia la piel de una mujer con el aliento. Bebió y no hizo reparo alguno en el Té, solo se limitó a dejarlo sobre su platillo y prestarle atención a ella.

Conocerse bien no siempre implica llevarse bien. apuntó con seriedad ... Si alguna vez dudas de vuestro sombrero con gusto confeccionare uno nuevo.

Entonces fue cuando la mirada del hombre siguió al arácnido hasta que se encontró con su trágico fin y es que lo era. Si bien -hoy- no le agradaban, no le desearía a ninguna araña terminar de esa manera... Je... Quizás a los ojos de la dama todos son arañas o criaturas similares que pueden ser posadas donde se desea o pueden ser eliminadas si no hacen más que estorbar... el Humor de la mujer era quizás más extremo que el de Charles.

El hombre no dudó en devolverle la mirada, dejando caer de manera pesada su codo sobre la mesa -sin tirar nada claro- mientras el violeta de sus ojos brillaba con fuerza desde la sombra que le cobijaba. El Rostro del hombre se adelanto para atravesar el manto de oscuridad mostrando facciones desafiantes al mismo tiempo que la mano del mismo brazo pegado a la mesa se estiraba pidiendo el pañuelo para alejarlo de ella o al menos limpiarlo. Tor-posoplos Exclamó mordiendo las silabas.

El rostro volvió a sumirse en la acogedora sombra mientras que la mano continuo estirada mientras hablaba. Si, Torposoplos, eso me ha estado revoloteando dentro de la cabeza y no he logrado quitarlos. Quizás puedas ayudarme

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Juego de Té

Spoiler:

Charles la escuchó y observó inmutable, esperando con paciencia que la perdida mirada de la mujer se encontrase con algo, con cualquier cosa con tal de ver que volvía a conectarse a la realidad... esta realidad, la que compartian con el resto del orfanato, aunque el maestro no dudaría en explorar otras realidades. Despues de todo, la "realidad" es aquello que interactua con nuestros sentidos. Por ello...¿Porqué conformarse solo con una verdad? cuando hay tantas verdades allá afuera.

Entonces de un ligero sobresalto ella retornó a la mesa que compartían. El maestro la recibió con un rostro amigable mientras afirmaba En efecto Profesora. No hay mucho que hacer en este lugar y si no pongo en practica mis conocimientos terminare olvidandolos... Ahora, en cuanto a los Torposoplos. Estoy seguro de haber leído de ellos, lo que los hace posibles para mi. Son unas criaturillas voladoras muy pequeñas que se meten en los oídos y revuelven las ideas de la victima. Se alimentan del Caos y el enredo que forman en la cabeza de su pobre victima hizo una mueca o... sencillamente tengo los síntomas, pero no son ellos la causa.

Cuando la mujer desvió la mirada con ansiedad, el maestro se apoyo de lleno en el respaldo de la silla elevando el rostro y dejando su tasa de Té a la altura de su barbilla observándola divertido y ligeramente acusador. Si pediste huevos estrellados y tostadas para nuestro desayuno, te aseguro que el servicio ha sido de lo peor... o... y sonrió mostrando sus blancos colmillos al tiempo que el rostro se desdibujaba en las sombras es que esperas ver al Lirón y la liebre. bebió sin quitarle los ojos de encima.

El maestro se deleitó absorbiendo a través de sus orbes violetas el arrebato de la dama, captando cada movimiento y cada reacción física sobre su rostro y piel. Sonreía socarronamente y no es que desease ser cruel, No! para nada... ni siquiera intentaba violentarla de alguna manera con sus palabras, mas no podía evitar disfrutar ese momento, ese momento tan particular en que la mujer frente a sus ojos perdía los estribos y por pocos segundo dejaba de ser un cuadro viviente y convertirse en algo notoriamente vivo.

Entonces si perteneces a este plano después de todo murmuró sin pensarlo

La volvió a escuchar en silencio -y es que aparentemente era el día de no interrumpir- hasta que las palabras de ella se depositaron sobre un cuerpo distinto al de él. Pobre criatura... otra araña solitaria entre las pestes que pululaban por ahí. Se puso de pie, caminó atravesando las sombras hasta la luz del Sol y mientras detenía la marcha de la jovencita exclamó al aire... Después de todo se le había prohibido hablar con la maestra.

Un lunático es aquel que ve sus estados de animo alterados dramáticamente a causa de las fases de la Luna... No podría llamar a la única dama presente de aquella manera o cualquier otro sinónimo, no al menos si también ve como yo un pequeño lirón en esta criatura. y es que la pequeña niña aun se restregaba los ojos de cansancio a causa del trabajo asignado a tan tempranas horas. Lo único que podría decir si fuese así, es que somos cómplices de una misma realidad se encogió de hombros tomando la canasta y despidiendo a la chiquilla.

Charles permaneció de pie, bajo el yugo del sol sosteniendo la canasta, con el rostro en lo alto, sin arrogancia alguna, pero seguro de sus palabras mientras esperaba una nueva invitación a tomar asiento o una a irse a plantar espárragos a la antártica.

Suficiente había hecho por la criatura al ofrecerle una mano cálida ante la fulminante y amenazadora mirada de la mujer adquiriendo sin intentarlo el papel del maestro bueno, mas solo era un papel no adquirido a propósito, dado que apenas puso hacerse con la cesta y hacer notar su punto en cuanto a lo del lirón se olvido de la mocosa con increíble facilidad aun cuando todavía no se retiraba.

aparentemente sus actos habían ablandado a la ofendida mujer, al menos lo suficiente como para volver a recibirlo, aunque con condiciones claro... ella era un hueso duro de roer y... no es que el profesor estuviese apurado en tragarlo o roerlo por completo todavía.

pero entonces... entonces... ella musito algo. ¿café? ¿¡CAFÉ!? cómo podía llamar de esa manera al brebaje frente a sus ojos, cómo podia confundirlo con esa barbaridad Sudamérica -aunque exótica- que bebían los marinos mercantes de los peores puertos... ¿COMO?!! cuando frente a sus sentidos reposaba una infusión de Hojas de Té seleccionadas cuidadosamente, secadas a la antigua usanza, humedecidas para evitar que se quemasen al contacto con el agua caliente y mezcladas el aceite de botones jovenes de Rosa mosqueta... de Rosa Mosqueta! una variedad peculiar en Europa. Todo lo que significaba ese liquido ligeramente olivaceo estaba repleto de una delicada historia de una delicada manufactura... pfff! llamarlo... "café" ¿Es así como me abofeteas?... Charles se perdió en si mismo, como si le hubiesen extraído el alma del cuerpo a tirones... su semblante se oscureció algunos segundos dándole un aire furibundo.

Tomó asiento... arrogante y con los ojos violeta brillando, dejando la canasta sobre la mesa, la cual picoteaba su curiosidad con ese aroma tan seductor, mas la ignoró por completo agarrando su tasa y bebiéndola como si fuese alguna clase de trago fuerte de una sola empinada de codo... suspiro laaaarga y pesadamente calmando la bestia que dormía ¿Era un día propenso a la ofensa? Sonrió relajado, incluso contento... volvió a servirse del brebaje en la tetera y mientras sostenía su tasa observó a la mujer con diversión, sin ninguna pisca de resentimiento u ofensa, después de todo su pequeña fiesta de Té no había acabado.

Bebía pausado disfrutando de la infusión y en cierto modo de la compañía, aun cuando en apariencia la mujer seguía molesta o herida, mas... solo era parte de su tozudez. Estaba seguro que esa mujer era capaz de apuñalarse a si misma en vez de ceder el paso. Eso era un detalle divertido en ella, aunque ahora mismo no se estaba divirtiendo mucho y le estaban entrando deseos de explotar esos limites, pero ya había hecho suficiente por ahora. La había puesto en evidencia, casi como gritar su nombre de pila en medio de una gala.

Afortunadamente para el maestro, a pesar del silencio de la compañía y del tedio de la monotonía que ahora los embargaba, el tiempo era una bendición en aquel lugar, sin nada que hacer, sin nada de que preocuparse se hacia perfecto para adentrarse en los pensamientos propios y fue así como procedió mientras ella continuaba con su lectura, dejo que su mente vagase entre sus conocimientos como quien flota tomando un libro y leyendo algunos pasajes especificos en una biblioteca interminable....... ohhh en ocasiones es tan agotador estar dentro de tu propia mente, mas no hoy... hoy podía respirar gracias a ella, gracias a ese juego de emociones con se contenían en esa mujer, en esa mujer con su locura a flor de piel.... ufff si tan solo se dejase llevar.

Y en eso se encontraba, completamente absorto en si mismo sin darse cuenta de como se movían sus manos revelando ante sus ojos el olvidado y secreto contenido de la canasta

De improviso, perdido en sus pensamientos sintió como las burbujas de hidrógeno -y otros- entre sus falanges explotaban produciendo un titileo de sonido grave... La mirada del Hombre se fijó en aquella mano perdida cual oveja descarriada... y entonces vino el dolor... delicioso dolor y es que sin esa sanación difícilmente se puede caer en cuenta que uno esta vivo y el Doctor estaba vivo como nunca... aun cuando su reloj se había detenido hace décadas estando ahí en el orfanato. Después de eso vino una pregunta que iba a responder, pero recordó el castigo... además sonaba algo retorica ¿no?

Otro sonido hizo escena entre la brisa y la voz de la mujer, un rasguear monótono y pronto música, una tonada lejana, amarga y cargada de nostalgia... nostalgia que se colo entre ellos. Todos poseen un pasado, pero dónde se había quedado el de Charles ¿Porque esa música le traía recuerdos vacíos?

Los ojos del maestro se encontraron con los de ella. Estaba viva. Se puso de pie y cerro sus ojos por un segundo disculpándola sin preguntarse nada, al menos ya no la cubría un manto gris.

¿Una despedida? Entonces la jornada del día que recién empezaba terminaba. Dalo por hecho. Exclamó con una ligera sonrisa.

Entonces ella volteó dejandole una "prenda". Una de puño y letra, con su aroma y un atisbo de sus emociones. Un regalo muy intimo. Le vio alejarse y sintió que era como mirarla alejarse en el vagón de un tren, con el vapor escapando de entre las ruedas y la música de fondo mezclándose con el murmullo de la multitud que iba apagándose a medida que la distancia los alejaba.

Charles inspiro una sola vez el aroma de la nota y volteó cuando ella desapareció de la vista. Dejando la canasta tirada y sin saber su contenido, dejando la tetera y las tasas que sabia volverían a su mesa, dejando la mañana atrás, la música y la cordura.