Las cucarachas esconden algo... [autoconclusivo]

Tenía que encontrar uno de los crayones escondidos a toda costa. No estaba dispuesto a que otros jugadores se le adelantaran. No le producía ninguna satisfacción la idea de ser castigado por su incompetencia para encontrar uno. No se daría por vencido. Lo mejor sería buscar durante la noche, para evitar preguntas incómodas por parte de los adultos. Decidió probar suerte en el cuarto de la suciedad. Aquel nombre sin duda resultaba divertido por lo irónico que era. Después de todo se trataba de la sala donde se solían guardar las escobas y demás cosas de limpieza, solo que al final quedó abandonado y posiblemente estubiese infestada de bichos y tal vez hasta ratas. Era un buen lugar para empezar, no era precisamente un lugar en el que mucha gente se entretuviese, por lo que era perfecto para esconder un crayón.

Abrió la puerta con sumo cuidado, no quería hacer ruido y que alguien se despertase y fuese a ver que sucedía. Encendió la luz de la sala y se quedó pensando cual sería el mejor lugar para empezar la búsqueda. Lo más sencillo sería comenzar por lo que estaba más cerca. Se acercó al basurero que había al lado de la puerta y lo abrió. En cuanto lo hizo, multitud de pequeñas cucarachas de color marrón salieron correteando de allí. Una mirada de asco afloró en los ojos de Collin. Hacía falta una buena limpieza en ese lugar, de eso no había duda.

-Bichos asquerosos ¿que hacíais aquí econdidos?- En cuanto tocaron suelo emepzaron a dispersarse por todas partes, sin lugar a dudas para volver a procrear y aumentar en número. Bueno, aquello no era de su interés, no debía perder de vista el objetivo de esa pequeña escapada de su cuarto. Hayar uno de aquellos crayones escondidos. No sin cierto asco por lo que pudiera encontar, metió la mano dentro del basurero, tras tantear unos instantes a ciegas, tocó un objeto que le resultaba familiar. Se trataba de algo alargado y cilindrico, tal vez se tratase de lo que buscaba. Agarró el objeto y lo estrajo de alli. Si, era lo que esperaba, se trataba de un crayón de color azúl y era suyo...

Se dió media vuelta para abandonar la sala cuando una cucaracha solitaria apareció en su camino. Con oscuro placer la pisó y esta murió con un crujido al romperse su cubierta.- Así que era esto lo que estabais guardando... me temo que ahora me pertenece.- Apagó la luz y cerró la puerta del lugar. Ahora podría descansar tranquilo por el momento.