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Saciando el apetito.
Lycoris
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Saciando el apetito.
por Lycoris Lun Ene 17, 2011 6:30 am
Estaba realmente hambrienta y, escuchando el tipo de maullido, diría que Zira también lo estaba. Había subido hasta las habitaciones para hacerme un poco a este lugar, comenzar a estudiarlo con la mente y hacerme mapas internos que sólo yo podría descifrar, moviendo mi palo de un lado a otro. Más o menos podía defenderme un poco en el lugar, sabía dónde estaban las habitaciones, los baños y, ahora, la cafetería. Me guiaba según los olores, y aquel sitio desprendía una gran variedad de ellos que, en su mayoría, me hacían la boca agua.
Siempre había sido una niña delgada por la falta de comida que había reinado en mi familia, y cuando llegué a mi antiguo orfanato la cosa no había mejorado mucho. Éramos demasiados niños a los que alimentar, así que muchas veces comíamos menos que lo que nos correspondía... pero bueno, al resto del mundo eso no le importaba, sólo éramos unos niños sin familia y sin nombre. Había estado prestando atención a toda la casa, aunque era demasiado grande para mis oídos, pero se podía calcular fácilmente que no éramos muchos los habitantes de la casona, así que supuse que la comida sería un poco más abundante.
No había probado bocado desde hacía algunos días, más que unas migajas de pan duro y algo de leche, por lo que los fuertes olores a comida que llenaban mi sentido del olfato me llamaban a ir hasta la cafetería, y eso mismo fue lo que hice. Cuando entré, no oí ni un sólo ruido. Ni pasos, ni platos, ni voces. Fui encaminándome hacia el frente, con mis ojos completamente cerrados, hasta tocar con el palo lo que sería la barra para pedir la comida, aunque nadie me atendió al momento, pero no tenía prisa. Esperé a que alguna de las cocineras saliera o, quizás, a que algún compañero mío del orfanato viniera. De esa forma al menos tendría compañía con la que esperar.
Siempre había sido una niña delgada por la falta de comida que había reinado en mi familia, y cuando llegué a mi antiguo orfanato la cosa no había mejorado mucho. Éramos demasiados niños a los que alimentar, así que muchas veces comíamos menos que lo que nos correspondía... pero bueno, al resto del mundo eso no le importaba, sólo éramos unos niños sin familia y sin nombre. Había estado prestando atención a toda la casa, aunque era demasiado grande para mis oídos, pero se podía calcular fácilmente que no éramos muchos los habitantes de la casona, así que supuse que la comida sería un poco más abundante.
No había probado bocado desde hacía algunos días, más que unas migajas de pan duro y algo de leche, por lo que los fuertes olores a comida que llenaban mi sentido del olfato me llamaban a ir hasta la cafetería, y eso mismo fue lo que hice. Cuando entré, no oí ni un sólo ruido. Ni pasos, ni platos, ni voces. Fui encaminándome hacia el frente, con mis ojos completamente cerrados, hasta tocar con el palo lo que sería la barra para pedir la comida, aunque nadie me atendió al momento, pero no tenía prisa. Esperé a que alguna de las cocineras saliera o, quizás, a que algún compañero mío del orfanato viniera. De esa forma al menos tendría compañía con la que esperar.
Roger Pyke
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Re: Saciando el apetito.
por Roger Pyke Mar Ene 18, 2011 11:47 am
-Snif, snif...
Eso era...pan? Pan recien hecho? Vivir en el bosque durante tanto tiempo habia aguzado mi olfato bastante, pero desde que habia llegado a este lugar tan oscuro, preferia ir con cuidado extremo aunque no hubiese indicios de peligro. Podria ser una trampa o...nose, quizas fuego? ¡Quizas la casona estaba ardiendo! O quizas...
No. Tranquilo. Mire a mi alrededor, temblando levemente. La arquitectura del edificio era muy elaborada, pero tambien muy tetrica. Cada esquina parecia proyectar una sombra, cada puerta parecia crujir al abrirla y las tablas del suelo gemian al pisarlas. En cuanto llegue, me encerre en mi habitacion y, de no ser por los rugidos de mi estomago, aun seguiria alli...pero el hambre puede dar valor a cualquiera, incluso al mas cobarde. Respire profundamente, olisquee el aire y, al ver que no habia rastro de humo, segui avanzando.
La cafeteria era un lugar tan tenebroso como cualquier otro: Cuatro luces de bombillas parpadeantes, enormes mesas clavadas al suelo con grandes tornillos y losas resquebrajadas como toda decoracion, pero aun asi, el delicioso olor a comida lo hacia mas acogedor que casi cualquier otro lugar.
Estaba yo solo ahi...o eso pense, hasta que escuche un desgarrador gemido que parecia provenir de las profundidades del abismo. De un salto, me subi a una de las mesas, me puse casi en cuclillas, cubri mi cara con mis brazos y comence a mirar en todas direcciones, buscando la terrorifica criatura que acechaba en las sombras.
Las ventanas se convirtieron en enormes ojos, las columnas en infinitas torres que se alzaban ante mi, todos los males del mundo me rodeaban...
Y salio un gato negro de debajo de la mesa, maullando.
Oh. Bueno. Mi cuerpo se relajo casi al instante, y me senti un tanto avergonzado por reaccionar asi. El ambiente del lugar daba pie a...sobrerreaccionar. Por suerte nadie me habia visto...verdad?
Una niñita palida y delgada se sentaba en la barra, y miraba en mi direccion.
Eso era...pan? Pan recien hecho? Vivir en el bosque durante tanto tiempo habia aguzado mi olfato bastante, pero desde que habia llegado a este lugar tan oscuro, preferia ir con cuidado extremo aunque no hubiese indicios de peligro. Podria ser una trampa o...nose, quizas fuego? ¡Quizas la casona estaba ardiendo! O quizas...
No. Tranquilo. Mire a mi alrededor, temblando levemente. La arquitectura del edificio era muy elaborada, pero tambien muy tetrica. Cada esquina parecia proyectar una sombra, cada puerta parecia crujir al abrirla y las tablas del suelo gemian al pisarlas. En cuanto llegue, me encerre en mi habitacion y, de no ser por los rugidos de mi estomago, aun seguiria alli...pero el hambre puede dar valor a cualquiera, incluso al mas cobarde. Respire profundamente, olisquee el aire y, al ver que no habia rastro de humo, segui avanzando.
La cafeteria era un lugar tan tenebroso como cualquier otro: Cuatro luces de bombillas parpadeantes, enormes mesas clavadas al suelo con grandes tornillos y losas resquebrajadas como toda decoracion, pero aun asi, el delicioso olor a comida lo hacia mas acogedor que casi cualquier otro lugar.
Estaba yo solo ahi...o eso pense, hasta que escuche un desgarrador gemido que parecia provenir de las profundidades del abismo. De un salto, me subi a una de las mesas, me puse casi en cuclillas, cubri mi cara con mis brazos y comence a mirar en todas direcciones, buscando la terrorifica criatura que acechaba en las sombras.
Las ventanas se convirtieron en enormes ojos, las columnas en infinitas torres que se alzaban ante mi, todos los males del mundo me rodeaban...
Y salio un gato negro de debajo de la mesa, maullando.
Oh. Bueno. Mi cuerpo se relajo casi al instante, y me senti un tanto avergonzado por reaccionar asi. El ambiente del lugar daba pie a...sobrerreaccionar. Por suerte nadie me habia visto...verdad?
Una niñita palida y delgada se sentaba en la barra, y miraba en mi direccion.
Lycoris
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Re: Saciando el apetito.
por Lycoris Mar Ene 18, 2011 12:04 pm
Seguía esperando cuando Zira maulló, siempre lo hacía de esa forma cuando venía alguien hacia nosotras y, efectivamente, pude oír algo que se acercaba. No sabía exactamente cuál era el panorama, pero mi animal seguía maullando y yo miré hacia su dirección, aunque, obviamente, no podía ver. Abrí los ojos que dejaron escapar ese nulo brillo de opacidad que tenían, junto con matices amarillentos sin vida.
-¿Ocurre algo? -pregunté, preocupada. Había escuchado un ruido, quizás se había tropezado alguien, puede que se hubiera hecho daño...- ¿Quién eres? ¿Estás bien?
Mi voz, aunque llevaba un tono suave y tranquilo, hacía eco en aquella estancia casi vacía, mientras me levantaba e iba hacia donde maullaba la gata. No llevé el palo conmigo, para las distancias cortas de menos de 10 pasos no solía hacerme falta...
Oía a su vez la respiración de alguien, parecía estar asustado, nervioso, ¿sorprendido? Me acerqué aún más hasta estar justo en frente suya, mirándolo directamente con mis ojos vacíos a los suyos. Podría resultar algo tétrico ver a una niña descalza con un vestido rojo y los ojos sin vida mirándote directamente, pero claro, yo no era consciente de ello.
-¿Ocurre algo? -pregunté, preocupada. Había escuchado un ruido, quizás se había tropezado alguien, puede que se hubiera hecho daño...- ¿Quién eres? ¿Estás bien?
Mi voz, aunque llevaba un tono suave y tranquilo, hacía eco en aquella estancia casi vacía, mientras me levantaba e iba hacia donde maullaba la gata. No llevé el palo conmigo, para las distancias cortas de menos de 10 pasos no solía hacerme falta...
Oía a su vez la respiración de alguien, parecía estar asustado, nervioso, ¿sorprendido? Me acerqué aún más hasta estar justo en frente suya, mirándolo directamente con mis ojos vacíos a los suyos. Podría resultar algo tétrico ver a una niña descalza con un vestido rojo y los ojos sin vida mirándote directamente, pero claro, yo no era consciente de ello.
Roger Pyke
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Re: Saciando el apetito.
por Roger Pyke Mar Ene 18, 2011 12:17 pm
Trague saliva. Lo que al principio parecia una niña habia resultado ser...un fantasma? Una muñeca? Un maniqui? Tenia el aspecto de una niña, pero su tez palida, sus movimientos languidos, esos mechones tan raros y sus...sus ojos. Sus ojos eran lo peor de todo. Parecian bolas de cristal. El miedo me paralizaba, pero no podia dejar de mirarlos, apenas me di cuenta de que la niña estaba descalza, cosa que me inquieto aun mas.
El gato negro se acerco a ella y se froto contra sus piernas, ronroneando. Un bracito fino y delgado bajo, y acaricio al animal tras las orejas.
Quizas...no era una muñeca. Volvi a respirar.
-Ho...hola. S-s-soy Ro-roger.-La niña asintio levemente, lo cual me calmo. Seguia teniendo una apariencia inquietante, pero quizas simplemente era asi. Lentamente, baje de la mesa y me acerque a ella.
-¿Y...y tu?-tartamudee. Aun no habia apartado la mirada de sus ojos.
El gato negro se acerco a ella y se froto contra sus piernas, ronroneando. Un bracito fino y delgado bajo, y acaricio al animal tras las orejas.
Quizas...no era una muñeca. Volvi a respirar.
-Ho...hola. S-s-soy Ro-roger.-La niña asintio levemente, lo cual me calmo. Seguia teniendo una apariencia inquietante, pero quizas simplemente era asi. Lentamente, baje de la mesa y me acerque a ella.
-¿Y...y tu?-tartamudee. Aun no habia apartado la mirada de sus ojos.
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