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Guiada por los recuerdos (Priv. Victor Sturm)
Cameron Legendre
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Guiada por los recuerdos (Priv. Victor Sturm)
por Cameron Legendre Lun Dic 02, 2013 6:07 pm
(Espero poder abrir tema aquí... como no veo ningún otro... pero tampoco veo ninguna prohibición así que si cometo alguna falta, por favor que me lo comunique algún Admin! -.-)
Había decidido investigar un poco. Su mente se había aclarado desde el día en que había llegado y había logrado dominar un tanto sus sentimientos desbocados. Volvía a ser la de siempre: distante y silenciosa. Esto sin embargo era sólo lo que su mirada gris mostraba. En realidad sus recuerdos alborotados intentaban encajarse en aquel lugar que en algún momento le perteneció y por ello deambulaba de aquí allá, reconociendo paredes, contando baldozas y dejando escapar una sonrisa sin felicidad cada vez que daba con una de las habitaciones tan bien almacenadas en su memoria. Así fue gastando lo que ella creyó eran semanas, hasta que finalmente llegó a las escaleras que daban al tercer piso. Las había estado evitando, ahora sin embargo sentía que había llegado el momento. Sin pensarlo mucho subió los escalones hasta que dió a un pasillo oscuro y sucio. La luz del sol no tocaba ese lugar desde hacía años. Al fondo la esperaba una puerta entreabierta. Sintió escalofríos, pero no retrocedió... la curiosidad era demasiada.
Al andar sus medias, demasado grandes para ella, dejaban una huella clara en la fina capa de polvo que cubría las maderas. Ya frente a la puerta la empujó un poco y esta chirrió de tal manera que el sonido retumbó en todas las paredes. Se detuvo unos segundos y al ver que no sucedía nada entró. La habitación en si estaba ligeramente más iluminada por los mínimos rayos que dejaban pasar los nubarrones negros afuera y las tablas mal clavadas en los marcos de las ventanas. Las imágenes comenzaron a martillear en su cerebro nuevamente. Intentaba recordar pero era como si tratara de respirar bajo el agua... La cama con su dosel gris... la pecera y el orfanato en miniatura... el tocadiscos, la melodía del tocadiscos resonaba en su cabeza como una canción de cuna fuera de ritmo... era una melodía que latía en su memoria y aun así no podía recordar. En su ensimismamiento no se dio cuenta de que en el suelo también habían objetos, hasta que su pie golpeó uno y lo hizo rodar en el suelo polvoso. Un libro. Sin pensarlo lo tomó entre sus manos y comenzó a hojearlo con delicadeza. Tenía símbolos muy extraños e imágenes un tanto espeluznantes. Una mancha le llamó la atención, era grande y oscura, casi negra. Cubría casi la mitad del papel y lo había endurecido al secarse. Con cuidado rozó la mancha con la yema del dedo índice y casi al instante sintió una brisa helada en su nuca. La piel se le erizó y con el rabillo del ojo divisó una sombra que se alzaba detrás del dosel gris, una sombra que antes no había estado ahí.
Asustada dejó caer el libro y retrocedió de tal forma que la cama se encontrara completamente en su campo de visión. Ahí no había nadie, pero ella estaba segura de lo que había visto... ¿o no? Se sintió repentinamente vulnerable y desprotegida... Ojeó el cuarto rápidamente buscando algún nuevo movimiento o algo que explicara aquello.
-¿Quién anda ahí...? -Aun cuando fue un susurro, su voz pareció levantar una brisa helada.
Había decidido investigar un poco. Su mente se había aclarado desde el día en que había llegado y había logrado dominar un tanto sus sentimientos desbocados. Volvía a ser la de siempre: distante y silenciosa. Esto sin embargo era sólo lo que su mirada gris mostraba. En realidad sus recuerdos alborotados intentaban encajarse en aquel lugar que en algún momento le perteneció y por ello deambulaba de aquí allá, reconociendo paredes, contando baldozas y dejando escapar una sonrisa sin felicidad cada vez que daba con una de las habitaciones tan bien almacenadas en su memoria. Así fue gastando lo que ella creyó eran semanas, hasta que finalmente llegó a las escaleras que daban al tercer piso. Las había estado evitando, ahora sin embargo sentía que había llegado el momento. Sin pensarlo mucho subió los escalones hasta que dió a un pasillo oscuro y sucio. La luz del sol no tocaba ese lugar desde hacía años. Al fondo la esperaba una puerta entreabierta. Sintió escalofríos, pero no retrocedió... la curiosidad era demasiada.
Al andar sus medias, demasado grandes para ella, dejaban una huella clara en la fina capa de polvo que cubría las maderas. Ya frente a la puerta la empujó un poco y esta chirrió de tal manera que el sonido retumbó en todas las paredes. Se detuvo unos segundos y al ver que no sucedía nada entró. La habitación en si estaba ligeramente más iluminada por los mínimos rayos que dejaban pasar los nubarrones negros afuera y las tablas mal clavadas en los marcos de las ventanas. Las imágenes comenzaron a martillear en su cerebro nuevamente. Intentaba recordar pero era como si tratara de respirar bajo el agua... La cama con su dosel gris... la pecera y el orfanato en miniatura... el tocadiscos, la melodía del tocadiscos resonaba en su cabeza como una canción de cuna fuera de ritmo... era una melodía que latía en su memoria y aun así no podía recordar. En su ensimismamiento no se dio cuenta de que en el suelo también habían objetos, hasta que su pie golpeó uno y lo hizo rodar en el suelo polvoso. Un libro. Sin pensarlo lo tomó entre sus manos y comenzó a hojearlo con delicadeza. Tenía símbolos muy extraños e imágenes un tanto espeluznantes. Una mancha le llamó la atención, era grande y oscura, casi negra. Cubría casi la mitad del papel y lo había endurecido al secarse. Con cuidado rozó la mancha con la yema del dedo índice y casi al instante sintió una brisa helada en su nuca. La piel se le erizó y con el rabillo del ojo divisó una sombra que se alzaba detrás del dosel gris, una sombra que antes no había estado ahí.
Asustada dejó caer el libro y retrocedió de tal forma que la cama se encontrara completamente en su campo de visión. Ahí no había nadie, pero ella estaba segura de lo que había visto... ¿o no? Se sintió repentinamente vulnerable y desprotegida... Ojeó el cuarto rápidamente buscando algún nuevo movimiento o algo que explicara aquello.
-¿Quién anda ahí...? -Aun cuando fue un susurro, su voz pareció levantar una brisa helada.
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Re: Guiada por los recuerdos (Priv. Victor Sturm)
por Victor Sturm Lun Dic 02, 2013 11:28 pm
La noche estaba cayendo y para mi aburrimiento no me quedaba otro sitio al que donde ir que no fuese... La habitación. Es verdad que los mayorcitos podíamos gozar de cierta holgura, pero el toque de queda era definitivo y quedarme solo en la Sala del Tesoro no era tampoco el gran panorama. En la habitación al menos podía enterarme de alguna jugosa noticia.
Me encontraba en ello, caminando hacia allá cuando la figura de una muchacha llamó mi atención. No estaba intentando ser silenciosa o sigilosa, pero se movía como si supiese hacerlo o tratar de hacerlo no fuese un reto para ella. La seguí y como no si se dirigía al misterioso tercer piso y hasta donde se sabíamos todos este Mes no había entrega de Tributo... ergo ¿Que negocios tienes allá arriba muchacha?
Seguirle la huella no fue difícil, había marcas en el polvo y ser sigiloso tampoco fue complicado, me conocía de memoria las tablas sueltas del pasillo, mas a pesar de todo ello, de mi cuidado mientras la observaba adentrarse en la habitación al poco tiempo me sentí descubierto por el golpe seco de algo contra el piso y la sucesiva la exclamación de ella. ¿había sido descubierto?
Que importaba... lo que importaba era que la muchacha sonaba ligeramente asustada y como no si el lugar donde se encontraba no era para los ojos de cualquiera. De hecho... ¿Que hacia la puerta abierta? Sonreí.
Apuré el paso y abrí la puerta para rápidamente cerrarla detrás mio. Nadie me había seguido, me había asegurado de eso, pero tampoco quería levantar más sospechas de que ambos estuviésemos ahí. Yo tenia cierta protección a esta clase de problemas, pero tampoco quería abusar de ello...
No deberías estar aquí sea que seas Le susurré a la muchacha como si fuese un buen consejero, mas sonreía con maldad para mis dentros.
Me encontraba en ello, caminando hacia allá cuando la figura de una muchacha llamó mi atención. No estaba intentando ser silenciosa o sigilosa, pero se movía como si supiese hacerlo o tratar de hacerlo no fuese un reto para ella. La seguí y como no si se dirigía al misterioso tercer piso y hasta donde se sabíamos todos este Mes no había entrega de Tributo... ergo ¿Que negocios tienes allá arriba muchacha?
Seguirle la huella no fue difícil, había marcas en el polvo y ser sigiloso tampoco fue complicado, me conocía de memoria las tablas sueltas del pasillo, mas a pesar de todo ello, de mi cuidado mientras la observaba adentrarse en la habitación al poco tiempo me sentí descubierto por el golpe seco de algo contra el piso y la sucesiva la exclamación de ella. ¿había sido descubierto?
Que importaba... lo que importaba era que la muchacha sonaba ligeramente asustada y como no si el lugar donde se encontraba no era para los ojos de cualquiera. De hecho... ¿Que hacia la puerta abierta? Sonreí.
Apuré el paso y abrí la puerta para rápidamente cerrarla detrás mio. Nadie me había seguido, me había asegurado de eso, pero tampoco quería levantar más sospechas de que ambos estuviésemos ahí. Yo tenia cierta protección a esta clase de problemas, pero tampoco quería abusar de ello...
No deberías estar aquí sea que seas Le susurré a la muchacha como si fuese un buen consejero, mas sonreía con maldad para mis dentros.
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Re: Guiada por los recuerdos (Priv. Victor Sturm)
por Cameron Legendre Miér Dic 04, 2013 5:58 am
Realmente no lo esperaba y por eso se sorprendió aun más cuando sus palabras recibieron respuesta. Dio un respingo cuando alguién se coló por la puerta con rapidez y cerró esta detrás de si. Comenzaba a anochecer, pero aun había luz suficiente para poder distinguir al recién llegado. Era joven y más o menos de su misma estatura. Su cabello era oscuro y contrastaba con sus ojos y piel clara. Un desconocido más que su mente no lograba catalogar.
Sintió como sus músculos comenzaban a relajarse y los latidos de su corazón adoptaban una velocidad menos vertiginosa. Hasta ese entonces no se había relacionado con nadie y tampoco lo quería. Le tenía cierta aberración al lugar y las personas que por ahí rondaban tampoco le daban una sensación de confianza. El hecho de que fuera un chico joven sin embargo, la calmaba un poco. ¿Qué clase de peligro podía representar?
Analizó sus palabras y las pesó en su mente. Cargaban cierta neutralidad, sin embargo el hecho de que se encontrara ahí y le hablara de tal forma denotaba que de alguna manera el sabía que ella estaba ahí en la habitación. ¿La había estado siguiendo? Y si era así... ¿había sido él, él que había llamado su atención hacía unos momentos? No.... Hechó un vistazo rápido al dosel de la cama, ahí no había nada ni nadie, tal como antes. Ella sin embargo estaba segura de haber visto algo. -¿Y por qué no? -Enarcó una ceja levemente. Sabía de sobra que no debía estar ahí, o más bien lo presentía. Era lo que algunos simplemente llaman instinto. Sabía también sin embargo, que la presencia del chico no debía ser mucho más bienvenida que la de ella misma.
Desvió la mirada del recién llegado como si este no fuera lo suficientemente interesante y se acercó aun más a la cortina gris, tratando de distinguir algo a través de esta. Nada. Ni siquiera lograba definir el colchón o siquiera el patrón del sobrecama. ¿Qué había sido lo que había visto entonces? -¿Y tu qué haces aquí? -Esperaba una respuesta con la que pudiera delatar aquel encuentro como una simple curiosidad. -¿Me estabas siguiendo? -Cameron no era muy habladora, pero si directa.
Sintió como sus músculos comenzaban a relajarse y los latidos de su corazón adoptaban una velocidad menos vertiginosa. Hasta ese entonces no se había relacionado con nadie y tampoco lo quería. Le tenía cierta aberración al lugar y las personas que por ahí rondaban tampoco le daban una sensación de confianza. El hecho de que fuera un chico joven sin embargo, la calmaba un poco. ¿Qué clase de peligro podía representar?
Analizó sus palabras y las pesó en su mente. Cargaban cierta neutralidad, sin embargo el hecho de que se encontrara ahí y le hablara de tal forma denotaba que de alguna manera el sabía que ella estaba ahí en la habitación. ¿La había estado siguiendo? Y si era así... ¿había sido él, él que había llamado su atención hacía unos momentos? No.... Hechó un vistazo rápido al dosel de la cama, ahí no había nada ni nadie, tal como antes. Ella sin embargo estaba segura de haber visto algo. -¿Y por qué no? -Enarcó una ceja levemente. Sabía de sobra que no debía estar ahí, o más bien lo presentía. Era lo que algunos simplemente llaman instinto. Sabía también sin embargo, que la presencia del chico no debía ser mucho más bienvenida que la de ella misma.
Desvió la mirada del recién llegado como si este no fuera lo suficientemente interesante y se acercó aun más a la cortina gris, tratando de distinguir algo a través de esta. Nada. Ni siquiera lograba definir el colchón o siquiera el patrón del sobrecama. ¿Qué había sido lo que había visto entonces? -¿Y tu qué haces aquí? -Esperaba una respuesta con la que pudiera delatar aquel encuentro como una simple curiosidad. -¿Me estabas siguiendo? -Cameron no era muy habladora, pero si directa.
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Re: Guiada por los recuerdos (Priv. Victor Sturm)
por Victor Sturm Miér Dic 04, 2013 10:07 pm
¡rayos! Una recién llegada ¿Que utilidad podía presentarme ahora que sabia eso? Bueno Bueno, no debía desesperar, algo de provecho debía de sacar ahora que estaba ahí y arriesgando mi cuello. ¡maldición! Por qué no les dan una buena instrucción a los nuevos, eso evitaría este problema... pero tampoco quitaba el hecho de que la puerta estaba abierta... Comúnmente los nuevos aprendían como comportarse en el 3° piso porque el 3° no estaba abierto lo que les deba tiempo de entender el ritmo y las reglas... Bien... al menos era él quien estaba ahí.
Me despegue de la puerta y fui hasta ella evitando la ventana Porque es el cuarto de la princesa. Nadie de la realeza quiere que vean sus cosas susurre.
Me interpuse entre la cama y ella ¡Salvándote el cuello! Eres nueva por lo tanto una sin Renombre... y en este lugar las Don nadie duran muy poco. agregue con cierta prisa en mis susurros. y claro sin intentar sonar amenazador porque no me refería a mi en cuanto al temor a ser eliminada y eso trataba de transmitir, de que había otras cosas que no eran yo las peligrosas.
Desvié la mirada de la muchacha examinando el lugar con una barrida. No me imaginaba el cuarto de la princesa de esa manera o con esa distribución... y por cierto ¡Donde diablos se había metido!? Valla aprieto en el que estaba por su culpa... o es que quiere que ambos estemos aquí? porque haría eso?
Me rasque la cabeza e hice una mueca de desentendimiento.
Si nos vamos ahora quizás no tengas problemas
Me despegue de la puerta y fui hasta ella evitando la ventana Porque es el cuarto de la princesa. Nadie de la realeza quiere que vean sus cosas susurre.
Me interpuse entre la cama y ella ¡Salvándote el cuello! Eres nueva por lo tanto una sin Renombre... y en este lugar las Don nadie duran muy poco. agregue con cierta prisa en mis susurros. y claro sin intentar sonar amenazador porque no me refería a mi en cuanto al temor a ser eliminada y eso trataba de transmitir, de que había otras cosas que no eran yo las peligrosas.
Desvié la mirada de la muchacha examinando el lugar con una barrida. No me imaginaba el cuarto de la princesa de esa manera o con esa distribución... y por cierto ¡Donde diablos se había metido!? Valla aprieto en el que estaba por su culpa... o es que quiere que ambos estemos aquí? porque haría eso?
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Re: Guiada por los recuerdos (Priv. Victor Sturm)
por Cameron Legendre Jue Dic 05, 2013 4:32 pm
Enarcó una ceja con cierta molestia. De verdad no había nada ahí atrás, por lo cual sólo había dos dos opciones lógicas. La primera era que de alguna forma el chico hubiera provocado que ella se sobresaltara y por consiguiente haya terminado imaginando cosas. La segunda era que aun estuviera relativamente poco acostumbrada al lugar y cualquier cosa le pusiera los pelos de punta...
-Para ser una princesa no es muy asiada... - Escuchaba constantemente conversaciones sobre ella y sobre el tal príncipe también cada vez que vagabundeaba por los pasillos. Ella sin embargo ya los conocía de antes y sabía muy también que no le agradaban, pero realmente no sabía por qué. Ni si quiera podía recordar como se veían. Cada vez que intentaba definirles un rostro terminaba con dolor de cabeza. -Además si tanto le importara este lugar no estaría en este estado ni habría dejado la puerta abierta...
De repente el chico se interpuso entre ella y el dosel, el cual inconscientemente continuaba observando aun cuando ya se habia resignado a que no vería nada más (tampoco sabía si quería volver a ver algo). Enarcó una ceja y clavó su mirada tormentosa en los ojos claros del otro. Entonces se acercó tanto a él que si hubieran sido otras las circunstancias, habría resulto incómodo incluso para ella. Una mínima sonrisa ladina se formó en sus labios rojos como el vino. -Es muy tierno de tu parte, pero no necesito que se preocupen por mi cuello, hasta ahora y hasta aquí lo he logrado bastante bien... además creo que prefiero el anonimato Sr. Don Renombre... -Aquel último mote lo pronunció con un cierto cantado, mientras dejaba que su sonrisa se ensanchara ligeramente.
En seguida volvió a separarse e ignorando la advertencia de su acompañante, comenzó a examinar el suelo buscando el libro que había dejado caer momentos antes. Al encontrarlo volvió a pasar las hojas analizando con más atención los diferentes grabados y el texto. Entonces notó que mucho tenía que ver con magia oscura. Había símbolos que incluso reconocía...
Ahora que el otro se encontraba en la habitación también, esta había perdido ese eire inquitante. No sabía si era inteligente estar ahí tan campante, pero la curiosidad la había dominado ya y estaba encimismada en lo que leía, o por lo menos itentaba leer. Entonces el chico volvió a hablar y con su último comentario ya no pudo evitarlo y tuvo que soltar una risita falta de malicia. -Si tienes tanto miedo de estar acá... ¿por qué viniste en primer lugar...? No me conoces, así que si tan peligroso es... ¿por qué arriesgarías tu cuello por salvar el mío...? -Lo miró espectante utilizando a proposito la expresión que él mismo había formado momentos antes. Realmente le interesaba.
-Para ser una princesa no es muy asiada... - Escuchaba constantemente conversaciones sobre ella y sobre el tal príncipe también cada vez que vagabundeaba por los pasillos. Ella sin embargo ya los conocía de antes y sabía muy también que no le agradaban, pero realmente no sabía por qué. Ni si quiera podía recordar como se veían. Cada vez que intentaba definirles un rostro terminaba con dolor de cabeza. -Además si tanto le importara este lugar no estaría en este estado ni habría dejado la puerta abierta...
De repente el chico se interpuso entre ella y el dosel, el cual inconscientemente continuaba observando aun cuando ya se habia resignado a que no vería nada más (tampoco sabía si quería volver a ver algo). Enarcó una ceja y clavó su mirada tormentosa en los ojos claros del otro. Entonces se acercó tanto a él que si hubieran sido otras las circunstancias, habría resulto incómodo incluso para ella. Una mínima sonrisa ladina se formó en sus labios rojos como el vino. -Es muy tierno de tu parte, pero no necesito que se preocupen por mi cuello, hasta ahora y hasta aquí lo he logrado bastante bien... además creo que prefiero el anonimato Sr. Don Renombre... -Aquel último mote lo pronunció con un cierto cantado, mientras dejaba que su sonrisa se ensanchara ligeramente.
En seguida volvió a separarse e ignorando la advertencia de su acompañante, comenzó a examinar el suelo buscando el libro que había dejado caer momentos antes. Al encontrarlo volvió a pasar las hojas analizando con más atención los diferentes grabados y el texto. Entonces notó que mucho tenía que ver con magia oscura. Había símbolos que incluso reconocía...
Ahora que el otro se encontraba en la habitación también, esta había perdido ese eire inquitante. No sabía si era inteligente estar ahí tan campante, pero la curiosidad la había dominado ya y estaba encimismada en lo que leía, o por lo menos itentaba leer. Entonces el chico volvió a hablar y con su último comentario ya no pudo evitarlo y tuvo que soltar una risita falta de malicia. -Si tienes tanto miedo de estar acá... ¿por qué viniste en primer lugar...? No me conoces, así que si tan peligroso es... ¿por qué arriesgarías tu cuello por salvar el mío...? -Lo miró espectante utilizando a proposito la expresión que él mismo había formado momentos antes. Realmente le interesaba.
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