Llegando de la nada...

“… He caminado sin rumbo por una incalculable cantidad de días y sigo sin encontrar mi destino, guiaba a mis hombres en una avanzada por las calles de Trento para cortar la retirada nazi, tomar control de Italia y poner fin a los refuerzos alemanes que intentan retirase y llevar todo el equipo y armamento posible de vuelta a Alemania. Ya habíamos tomado posiciones y entrado en combate cuando los bombardeos enemigos nos llenaron de humo en un intento de cubrir su desesperada retirada, dividí mi batallón en tres para flanquear sus costados al tiempo que el frente los empujaba contra la emboscada, todo marchaba perfecto hasta que la noche por fin cayo sobre nosotros, con el enemigo acorralado comenzamos a dar fuego de supresión por turno a para no dejarlos descansar y minar su moral al punto de la rendición. Pasando lista a las tropas y mientras cambiaba de flanco la niebla lo cubrió todo y, casi como en un sueño, la ciudad misma desapareció frente a mis ojos y, de la misma forma, esta arbolada que ahora me rodea comenzó a emerger en torno a mi, solo llevo mi equipo personal, mi mochila de campaña y la capa me cubre de la lluvia al tiempo que frente a mi se alza, mal iluminada una gran casona de estilo campiña francesa, lo cual me hace pensar que estoy bastante mas lejos de mi objetivo de lo que creía, me acercare a investigar…” Cierra su diario y observa la casona frente a él con curiosidad, no observa mas luz que la de la luna cayendo lúgubre sobre la misma y un descuidado entorno la rodea. Revisa sus armas y las recarga – nunca se sabe cuando el tío H puede darnos una sorpresa – musita por lo bajo al tiempo que otea su entorno, se levanta y camina hacia la reja, cerrada con candado, observa el muro y se acerca a un costado, lo escala sin dificultad, he ingresa al patio. Observa las jaulas y los dibujos de las paredes, parecen infantiles. Camina despacio y sin ruido a la ventana más cercana y observa su interior cuidadosamente, ve una gran sala de clases frente a él, se acerca cuidadosamente a la puerta… la abre con cautela... he ingresa.

Me retiro los lentes de seguridad mirando a la mujer directo a los ojos con una mirada penetrante he inquisitiva, mientras la apunta con el fusil directo al corazón y observa todo dentro de la habitación, hace una pausa y le susurra por lo bajo – madame, perdone usted mi rudeza, pero necesito su nombre, nacionalidad y algo que lo demuestre, hay tropas alemanas por los alrededores y necesito verificar que no hay ninguno aquí dentro. Dígame que es este edificio y cuantas personas mas hay en el…. Si su respuesta me satisface puede que viva un día más, pero entienda, estamos en guerra y no puedo dejar nada al azar - a modo de intimidación, da un paso firme hacia ella.

¿Tropas Alemanas? De todo su balbuceo lo que más le intrigó fue aquello. Si bien era cierto que había un lunático apuntándole con un arma, no era algo con lo que no le hubiese tocado tratar antes y ciertamente si el entrenamiento de el era militar, su entrenamiento era mantenerse calma en situaciones como aquellas. Hizo una nota mental: "el candado en la reja ya no está funcionando".

- ¿Guerra? Entiendo que la economía estos años no ha estado muy bien luego de la guerra, pero eso ya ha terminado...- Hizo una pausa y le miró de pies a cabeza. - Al menos de donde yo vengo -

- Mi nombre es Nastassja Khrunekova, soy inglesa aunque mi padre era Alemán. Además de las notas del Director cuando me contrató no tengo como probárselo... señor. Con gusto lo dejo pasar a las instalaciones, si es que usted tiene el respeto de permanecer en silencio, hay niños durmiendo como verá, mas lo más alemán que podrá encontrar por acá será probablemente mi apellido... - Ni se imaginaba el revuelo que provocaría si dejaba que el armase un escándalo y la cantidad de niños que tendría que calmar. Extrañamente su mente solo pensaba en como evitar que esto se transformase en un problema y pudiese pasar la noche en paz a salir con vida de allí, fue por eso que mintió con lo último.
- Se encuentra usted en un orfanato, que además es propiedad privada. Cobijamos niños aquí de todos lados que han perdido a sus padres, gran parte de ellos en la "guerra", a la que usted tanto se refiere - Se arregló un mechón de cabello. Estaba tranquila, tenía que estarlo.

- Así que por favor baje el arma y si lo desea, puede tomar asiento en la recepción, responderé todo lo que quiera saber, se ve cansado - Apuntó hacia la primera puerta que el podría ver, hacia su izquierda, el lugar donde ella solía entrevistar a todos los recién llegados. Era el lugar donde veía llegar y veía partir a la gran mayoría de niños que tenían la suerte de salir vivos de aquí. Aunque haciendo memoria, hace tiempo que no estaba allí despidiendo a nadie...

Perdone usted mi rudeza nuevamente madame, pero la guerra aun no a terminado, si bien mis muchachos deben haber asegurado Italia al fin por estos días, hittler aun se encuentra en Alemania y probablemente prepare un contraataque. Sobre el descanso, se lo agradezco madame pero prefiero verificar la casa por mi mismo si usted seria tan amable de guiarme por ella. Si su historia es cierta, no podre menos que disculparme por que es verdad que muchos orfanatos se encuentran por Europa llenos de niños refugiados y sin padres por los fuegos de artillería – baja su fusil pero se mantiene tenso y alerta.
Olfatea el aire y se sorprende que le único olor a pólvora proviene de el mismo, observa la asustada mujer frente a él y agudiza el oído… ningún estruendo a la distancia, ningún fusil vaciándose sobre el enemigo ¿de verdad la guerra había terminado mientras el simplemente vagaba por aquel paraje desconocido? La observo nuevamente de arriba abajo y con una forzada sonrisa agrego – y si no es molestia, podría darme una taza de café al final del recorrido y, quizás, un baño.

algo mas tranquilo sigue a la mujer de regreso a la entrada y le dice - pasare un momento al baño, si no le molesta - he ingresa al baño de niñas antes de que ella pueda protestar, después de todo, es mucho mejor que cualquier letrina en las que estuvo en áfrica, se observa a si mismo frente a un espejo y observa la grotesca imagen que proyecta: sucio y embarrado, mojado hasta los huesos, con una barba de un par de meses ya y una melena bastante mas larga que su acostumbrado corte de oficial. Se imagina que la primera impresión de ella hacia el debió ser bastante mala, ver un tipo asi entrar a tu hogar en mitad de la noche y apuntándote con un fusil... no se puede negar que ella tenia agallas para mantenerse compuesta a pesar de todo.

Coje su nochila y la pone sobre un lavabo, se saca la capa y sacude un poco su uniforme de oficial, con un paño pequeño lustra los botones dorados y sacando betun de un bolsillo de la mochila, lustra sus bototos y les da brillo, se saca la chaqueta y la sacude del polvo del camino, toma jabon y se lava manos rostro y un poco el pelo, toma una toalla, se seca y se mira nuevamente al espejo y dice - aun parezco un vago - toma su navaja y procede a recortar su barba toma su capa sucia y la mete en una bolsa de genero que cuelga de un costado de la mochila y guarda el resto de sus cosas. Arregla sus pantalones, sacude su camisa y se cruza la chaqueta, ordena su corbata y se peina el pelo húmedo hacia atrás con las manos, pule sus galardones y medallas y se observa nuevamente en el espejo - casi había olvidado como me veía en traje de gala - termina de guardar sus ultimas cosas y se ajusta su espada de oficial y su pistola al cinto. se coloca sus guantes y gorro de gala y sale nuevamente al encuentro de la mujer.

Solo necesita guiarse por su nariz para sentir el olor a café recién hecho y llegar a la fuente del mismo, la encuentra a ella dos puertas mas alla en una pequeña recepción muy limpia y adornada, observa los muros con retratos de niños que, cree, pueden ser niños que viven o vivieron en el orfanato, observa un sillon verde antiguo, quizás victoriano y una vitrola, mira los muebles y adornos, observa la alfombra y sonríe - menos mal que hice algo con mi aspecto - piensa. Carraspea un poco su garganta para hacerle saber que ya esta ahi y ella, sin mucha ceremonia, y sin dar vuelta el rostro, le indica que pase con un gesto y le apunta la taza de cafe. El se acerca, deja su mochila y armamento pesado en el suelo a la espalda del sofá, toma la taza con su platillo al tiempo que sigue caminando junto a la vitrola, nada de música que poner. Se gira y observa a su anfitriona y el comienza - lamento mis modales, madame, pero afuera a sido un infierno por los últimos 6 años, desde aquel fatídico día en que las tropas alemanas de hittler invadieran Polonia el 1 de septiembre de 1939 y diera rienda suelta a su locura de conquistar el mundo país por país, pero dejemos la guerra fuera de esto por un momento y permita que me presente apropiadamente - dice mientras comienza a caminar lento hacia ella y le toma la mano - Mayor Dante Von Erecraft, comandante de los rangers de la infantería americana, si me permite decir, el mejor y mas entrenado grupo de soldados expertos en combate de las fuerzas aliadas, si bien soy americano, mi familia es oriunda de Polonia, comprenderá que por este motivo esta guerra es algo mas... personal, para mí. - termina, se inclina levemente llevando la mano de ella a sus labios y se la besa delicadamente, del mismo modo, se la suelta, se incorpora y la observa directamente a los ojos con una afable sonrisa y una mirada bastante mas conciliadora.

..... - La guerra a terminado - repite lenta y pausadamente al tiempo que la larga caminata de 7 días comienza a hacer mella sobre su cuerpo algo mas relajado, se afirma ,tratando de disimular su debilidad, en la pared cercana y gira su rostro hasta encontrar sus ojos y lentamente dice...

se yergue firme recuperando la compostura con sus ultimas fuerza y le dice - sin afán de molestarla en lo mas mínimo, estaría encantado de aceptar su invitación y descansar un par de días antes de partir en búsqueda de mi batallón y poder volver a casa - hace una pausa para recuperar el aliento y continua - madame, no he dormido en una cama decente en 6 años y, así como usted dice, estoy muy lejos de casa - le esboza una triste sonrisa mientras saca su pipa y la enciende, aspira un par de bocanadas de humo y exclama - sobre mi equipo, madame, comprenderá que hay cosas que no puedo rebelar, como el morral que llevo a mi lado pero, le garantizo, no hay ningún arma en el. en mi mochila solo encontrara equipo básico de cualquier soldado: ropa, botiquín, comida, costurero, betún de zapatos y algunos otros artilugios necesarios para el combate, como mi cantimplora con agua... y la especial.. - del costado de la mochila saca una cantimplora de 1 litro, algo sucia pero se nota finamente labrada en plata con detalles de bosques y alces, la cual le muestra sonriente mientras le dice - si quiere algo mas fuerte pero exquisito, adelante, beba, esta casi llena - se la pasa y continua detallando - si me conduce a la habitación donde me quedare, le permito que usted mismo la revise y disponga de los objetos mas peligrosos para los niños, pero bajo dos condiciones: la primera, nadie mas que usted y yo debe saber que existen. y la segunda: nadie debe saber donde están, solo usted y yo. Pero comprenderá que por motivos obvios, no puedo dejar ni mi sable ni mi pistola, ambos son parte de mi uniforme reglamentario y seria un crimen de guerra no portarlos, lo demás, si le es menester para los niños, como los desinfectantes y medicamentos, puede quedárselos sin compromiso alguno y usarlos en quien los necesite, considérelo una muestra de mi agradecimiento por su hospitalidad - le sonríe amplia y sinceramente mientras la observa probar tímidamente el whisky escoses de 12 años que a conservado por toda la guerra para el día que pudiera celebrar el fin de la misma, se sienta a su lado, le ofrece su pipa y la observa... embelesado.

Mi lady, no solo si estoy en posición de exigir, si no que, además, podría tomarla a usted y todos los que aquí viven como prisioneros de guerra o, si me dieran el mínimo motivo, pasarlos por las armas en un juicio militar donde el juez y jurado seria solo yo – le dijo con fiera mirada y continuo - y, según todos los tratados internacionales, estaría no solo en mi derecho, sino que en mi obligación, de hacerlo por la cercanía que se hallan tanto del territorio enemigo y por su propia confesión de ser alemana. Tampoco le entregare ni me desharé de ninguna de mis armas por que ello significaría que estoy incumpliendo mi código de conducta y podría ser fusilado en una corte marcial además que aun no estoy conforme con el chequeo realizado a este “orfanato” si es que realmente es uno y no solo una fachada como tantos otros que he encontrado, así como hospitales falsos y guarderías, que no son mas que cubiles nazis – dice enfáticamente y con voz de mando al tiempo que recoge sus pertenencias del suelo y, siempre manteniéndola al borde de su mirada, se dirige a la puerta y la abre - así que tanto por su seguridad como por la de sus “niños” me retirare de aquí, por ahora, pero los tendré vigilados y, no se moleste en seguirme, conozco el camino de salida – sale de la habitación raudo y cierra la puerta tras de si con un fuerte portazo, se dirige a la entrada principal y sale de la casona a paso rapido – algo… algo no me cuadra en este maldito lugar – pensó a sus adentros – tan cerca de la línea enemiga y sin embargo no figura en ninguno de mis mapas ni como punto seguro ni cubil enemigo, simplemente no es posible, se podría entender si fuera una construcción nueva pero a simple vista tiene mas de 100 años de construida, si no mas.
Se dirige al portón cerrado con candado y de un disparo del fusil lo revienta, abre el portón con una mano mientras se gira levemente para observar una vez mas la casona lúgubre frente a el – todo en mi ser grita que aquí algo no cuadra – y así era, toda su experiencia le decía que algo no estaba bien, todos sus sentidos se mantenían alertas y tensos, apunto de explotar. sale del lugar y dirige sus pasos al bosque, terreno que le es mas familiar y en el cual podrá montar una mejor defensa contra cualquier artimaña que se le presente, como tantas veces anteriormente en su vida lo ha hecho….

(salgo de escena)