En la oscuridad

Delta, sin saber cómo, había terminado dentro de la búsqueda de los crayones, sin tener suerte, el chico había empezado a perder la confianza en que tendría suerte. Su recorrido lo llevó a dar al sótano. <<Qué extraño, no recuerdo haber vist este lugar>> -pensó, volteó a su alrededor, procurando no ser visto, y como una sombra, se deslizó al interior. Mientras bajaba las escaleras, algo llamó su atención. No lo podía creer, ahí estaba, entre la oscuridad que lo rodeaba, y apenas visible por el reflejo de la escasa luz que entraba desde la puerta, un crayón negro

Spoiler:

Se agachó a recogerlo, ocultando el crayón bajo su capa, como siempre acustumbraba, guardandolo en su bolsillo, cuando distinguió una tenue frase que decía "Cuidado con el oso". Riley no encontró significado alguno en dicha frase, apenas se dió la vuelta con intención de marcharse, cuando un ruido a su espalda le hizo voltear, preparado para cualquier cosa, bajo su capa, desenfundó su daga, pero sorpresa se dió al ver que el ruido eranlos pasos de una silueta que se acercaba, Riley empuñó su daga, que aun mantenía oculta, cuando vió a un chico... una bolsa le cubría la cabeza, diibujada en ella, la cara de un oso.
-Al parecer, no soy el único que le gusta verse bien con máscara - dijo el chico enmascarado a su similar.

- ¡Shhh! - le susurró una voz desde una de las puertas cerradas al joven enmascarado - El oso viene - se escuchó ahora desde otra puerta.

Los pasos del "oso" resonaban a lo largo del sótano, a cada paso, los susurros se iban haciendo casi imperceptibles, casi como si el oso arrasara con todo a su paso, las sombras bailaban a su alrededor con suma cautela; todo le temía, y era mejor que el enmascarado comenzara a temerle también.

- ¡RAWR! -

El ruido salió en un tono un tanto infantil, y ahogado desde adentro de la bolsa, un gruñido un tanto gutural le acompañó despues, casi como una súplica.


Siguió avanzando hacia el extraño, pero se detuvo, algo le hizo detenerse, y para cuando los segundos pasaron, una sombra enorme se había apoderado del pasillo, tapando gran parte de la luz, y el pequeño oso dió un par de pasos hacia atrás, como escapando de aquella sombra que ahora cubría al enmascarado.

- ¡RAWR! -

Sonó nuevamente el gruñido pero esta vez no provenía del niño, sino que el ruido venía de atrás del extraño.

- Te lo dije, el oso viene - el susurro esta vez se hizo escuchar en un burlesco, mientras la puerta del sótano que lleva al primer piso, se cerraba de golpe, y las luces comenzaban a iluminar más el pasillo, revelando esta vez una silueta de aproximadamente 1,80, de una contextura muy gruesa, sus anchos hombros casi rozan las paredes del angosto pasillo, las ropas raidas, y trozos de cuerda enrrolando sus brazos y piernas y que le rodean el cuello y partes del tronco y en su cabeza una bolsa de papel con una cara de oso dibujada con crayón negro y los ojos con crayón rojos.

- ¡RAWR! -

El oso saltó sobre el joven, dispuesto a agarrarle entre sus enormes brazos, mientras un último susurro burlón resonaba en el aire...

Escuchando las advertencias, mirando cada una de las puertas en el sótanto, tratando de adivinar de donde provenía esa voz. Sentía curiosidad por abrirlas, pero tenía que concentrarse, los pasos se hacían cada vez más fuertes, al igual que ese gruñido. Las voces se volvían cada vez más incomprensibles, como si empezaran a susurrar. Todo le parecía extraño, sintiendose observado por quienes estuvieran tras aquellas puertas.

Miró al pequeño niño oso, parecía asustado, apenas iba a detenerlo, preguntarle que ocurría, cuando notó que la luz proviniente del pasillo disminuía. ¿Alguien más había bajado al sótanto? De ser así, talvez podría pedirle ayuda. Tal fue su sorpresa al encontrarse con un ser de gran estatura, ocupaba casi todo el espacio del pasillo, por lo que una salida facil quedaba descartada. Su mirada se posó en su cabeza... una máscara de oso.

-Esto debe ser una broma - dijo un tanto molesto, la extraña figura avanzaba cada vez más - bueno, señor oso, le agradecería si me dejase ir -dijo tranquilamente, pero no se esperaba que aquel extraño saltara sobre él, Riley apenas pudo reaccionar, esquivando por poco aquel ataque -Eh matado antes, y por lo que veo, tendré que matar ahora - reveló la daga oculta, empuñandola contra el sujeto, comprendiendo que no sería facil.

- Wishing and wishing 'round the wooooorld - la voz ahora era de una niña, una pequeña señorita que asomaba sus coletas por una de las puertas del sótano que se encontraba a su espalda.

La melodía se acompañaba de los pequeños pasos del osito que había intentado intimidarle al comienzo. El oso grande ni siquiera se inmutó ante sus palabras, o el hecho de que este extraño personaje le amenazase. ¿Qué podría hacer un pequeño enmascarado contra un enorme y feroz oso?

El feroz animal ni siquiera le dedicó una mirada al mendigo, como si toda su atención se dirigiese a su pequeño semejante. Sin embargo, su tierno semejante si pareció darse cuenta de la supuesta amenaza que el humano quería otorgar, y retrocedió un par de pasos comenzando a sollozar bajito, como si realmente temiese que algo le pudiese pasar a su "hermano grande".

- Praise me.. just praise me ...- Intentó comunicar el osito entre sollozos y respiraciones agitadas.

La silueta femenina de cabellera atada en coletas, atravesó el umbral de la puerta dejando entrever luces de velas desde el interior de la habitación. Era una de las pocas luces que permitía ver esta silueta, debido a la obstrucción de la luz por parte del oso gigante.

- Black Night, Dark Sky - Le dice mientras estira su mano como pidiéndole algo al extraño. Todo esto sin dejar de canturrear.

Casi a coro junto a la pequeña, el oso grande comenzaba a reincorporarse mientras con una mano tomaba la bolsa de papel que le daba tono a su personaje, y con la otra al unísono que la pequeña, también pedìa algo a cambio, solo que este lo hacía más evidente.



Mientras el oso grande revelaba entre sonidos guturales y gesticulaciones casi anormales a un nuevo personaje, el cual daba un aire casi "humano".

- Your heart's gonna cry -

La frase salió en un tono casi melodioso, para terminar de completar la estrofa que cantaba la pequeña.

Spoiler:

Apenas habia ideado un plan de ataque, su iniciativa fue interrumpida por otra voz, Delta miró la puerta que se habría, mirando a la chica, la tenue silueta se distinguía por la luz de las velas del interior de la habitación. <<¿Qué habrá tras esa puerta?>> sin duda, aquel extraño lugar le despertaba el interés de investiga, revelar los secretos del sótano, pero no era el momento para esas distracciones, su atención regresó a la chiquilla, le tendía la mano.
<<¿Quiere quiere?>> no bajó la guardia, la tenía frente a él.

-¿Qué? -le dijo con extrañesa ¿Darle algo? o ¿Seguirla? Dudó en darle la mano, retrocedió unos pasos, sin bajar la daga. <<Usa la lógica Riley... ¡Vete! >> Sí, eso debía hacer, irse.. pero tenía que enfrentarse al oso si quería hacerlo. Volteó a ver al par de osos, el mayor estaba en el musmo lugar donde se detuvo. Ahora se mostraba calmado... mirando al pequeñoacercarse a él.. el osito, que se había mostrado algo temeroso. No representaba peligro alguno, o almenos eso creía, su atención regresó hacia el gran oso, que se reincorporaba, eso le preocupó un poco, pues suponía que intentaría atacarle, pero... con extraña calma también tendió la mano, Riley se desconcertó aún más, de no ser por aquellas palabras que le dieron a entender, lo que ambos entes querían... <<Así que eso quieren... el crayón negro... >> No, definitivamente se negaría a entregarlo, por muy facil que lo haya tomado, no lo entregaría con la misma facilidad.

Delta reparó el debil sonido de unos pasos, había dejado de vigilar al pequeño oso, que se acercaba con intención de... ¿Atacar? Sí, asi era. El joven tuvo tiempo de bloquear la ofensiva, sujetándole de ambos brazos, mirandole. Enseguida recordó que había peleas que no se ganan por el uso de la fuerza - No tiene porqué ser así -le dijo al pequeño oso - No voy a atacarte, ni a ti ni a nadie -apesar de sus palabras, no lo soltó sino hasta despues de un momento, quería tranquilizarlo, una vez lograndolo, lo soltó, guardó de nuevo su daga bajo la manga. Se volteó hacía los dos que tenía a su espalda.
-Quieren el crayón... está bien, podemos negociarlo tranquilamente -ahora esta batalla era de intelecto, debía ser habil, controlar la situación. Pelear por escapar será su ultimo recurso.

- We are falling... - cantó la voz de la pequeña niña mientras el pequeño oso saltaba contra el extraño, con las manos abiertas, y las brillantes garras cortando el aire abiertamente, las luces de las velas que ténuemente iluminaban el pasillo, ahora cobraban vida, como apoyando el avance hostil del pequeño osezno, mientras el grande se erigía sin inmutarse, ni por el actuar de su hermano, ni tampoco por las palabras del intruso.

- ¡Rawr! -

Las sombras bailaron ante el ataque fallido, la pequeña criaturilla, bailaba y se contorneaba, esperando poder zafarse de tal agarre, más no podía hacer nada en contra de la fuerza de aquel enmascarado personaje, el oso grande dió un par de pasos para acercarse un poco más, pero contrario a lo ya había pasado momento atrás, el oso ya no avanzaba con ira, ni siquiera mentenía su papel de oso, puesto que la mascara que cubrió en algún momento su rostro, ahora reposaba colgante sobre su mano derecha, y el lugar en el que en algun momento estuvo la máscara, ahora se mostraba una calva cabeza, cuyo rostro no se revelaba.

Cuando el enmascarado osó soltarle los brazos, el oso grande asintió ante la propuesta de este con la cabeza, y con un tono que evocaba las peores novelas de terror, sijo con ua voz no menos gutural que antes.

- El negocio ya esta hecho, el negocio ya se hará, tu alma paga el precio por lo que tú de aquí te llevaras -

Y todo oscureció, un sonido metálico como de algo que se rasgaba fue lo únco que resonó dentro del lúgubre lugar; para cuando aquel extraño abriese los ojos, se daría cuenta de que nada de lo que vivió fue realidad, y que lo único cierto en ese lugar era la voz de la pequeña niña, que ahora con un tono más llevadero a la locura que a la ingenuidad, acababa alguna desquiciada canción.

- The night was calling. - Decía, para revelar como el trozo de carne con máscara, siempre estuvo aprisionado entre los gigantes brazos del oso, y como las garras estratosféricas de su versión pequeña, le destrozaban el pecho, apuñalandole en diferentes lugares, y dejando el carmesí fluido vital, corriendo, y depositándose en el suelo, avanzando hacia el pequeño trozo de cera envuelta en papel que le daba sentido a aquella flagrante y suicida misión.

- Felicidades, el crayón negro es tuyo - se escuchó un coro de voces infantiles, a la vez que los hermanos osos desaparecían, fudiendose con la oscuridad de la noche - ¡Ahora corre! - Sonó casi invisible la voz de la pequeña niña - O tu vida no alcanzará a entregarle a tiempo - y las puertas se cerraron de golpe dejando al desdichado en soledad.

Cómo?! Todo había sido... <<Qué demonios...?>> Herido, y apenas conciente de lo que había pasado, Riley no entendía cómo habían tomado el curso las cosas. ¿Ilusión? No quería pensarlo, apenas tenía suficientes fuerzas para mantenerse de pie, tomó el caryón negro.
-De.. demonios.... - el dolor de las heridas era grande, pero agradecía que ese dolor lo mantuviera activo. A torpes y apresurados pasos salió del sótanto. El objetivo estaba cumplido, pero ¿A qué costo? por otro lado... ¿Acaso no valía la pena quedar bien ante el resto? Sí, almenos por ahora...
Tomó su daga y rasgó parte de su capa para improvisar un vendaje, era lo menos que podía hacer por su estado. La figura enmascarada y envuelta en capa se perdió en las sombras de los pasillos, para regresar con el resto.


-fin de escena-