El taller -Privado Anya -

--Continuando desde La Biblioteca--

Poco a poco, Alex iba adentrándose en la oscuridad del sótano, llevando a Anya del brazo. Pasaron un buen rato en la oscuridad, caminando en el largo corredor. De pronto Alex dijo en voz baja:

- <Nos estamos acercando a mi taller. Mantente junto a mí, que ya debe estar por aparecer.> -

A unos 6 metros, una sombra comienza a acercarse.

--*clack...clack...clack...clack*--

El ruido comenzaba a hacerse más fuerte. Cada vez más cerca, el ruido de unas pisadas, las cuales sonaban como tacones metálicos sonando contra baldoza, hicieron que Alex se metiera la mano a uno de los bolsillos. Alex acercó a Anya hacia él con la intención de que se quedara quieta, abrazándola con el brazo que tenía desocupado y presionándola contra su cuerpo. Se quedó de pie, quieto, esperando que dicha "cosa" se acercara.

--*clack...clack...CLACK*-- El ruido se detuvo, y lo que parecían unos ojos rojos brillantes, se encendieron, cada vez con más intensidad.
...Donde está... donde está... Estoy seguro que estaba en este bolsillo...
A cada segundo que pasaba, los ojos de aquella cosa se iluminaban con más fuerza, al tiempo que de alguna parte de aquella cosa provenía un ruido agudo que iba aumentando de tono y volúmen. De pronto, dicha cosa comenzó a agitarse, justo en el momento en que Alex exclama:

- ¡¡TE ENCONTRÉ!!-

Rápidamente, Alex sacó de su bolsillo un pequeño bloque de metal, y golpeó a aquella cosa entre ambos ojos con aquel objeto, insertándolo con fuerza en ese lugar.

- <Uf, justo a tiempo. No puedo creer lo cerca que estuvimos.> - Dijo soltando suavemente a Anya.

Repentinamente, el color rojo de aquellos ojos cambio a verde, lo que causó que se iluminara también otras partes de su cuerpo, revelando que en realidad era una máquina con una especie de recipiente ubicado entre dos pequeñas ampolletas, en donde ahora yacía aquella pieza de metal que Alex tuvo en su bolsillo. En el "cuerpo", aquella máquina tenía una diversidad de herramientas filosas: sierras, taladros, alicates, prensas, y dos grandes tenazas a la vez de manos. Lentamente, dicha máquina se dio la vuelta, y comenzó a alejarse dejando detrás una leve estela de vapor. Dando un gran suspiro, Alex intentó suprimir la adrenalina que había recorrido su cuerpo hace unos instantes, para luego decirle a Anya:

- <Si alguien sin mi "autorización" se acerca a mi taller y es sorprendido por él, créeme que no quieres saber que le sucederá.> - Dijo sonriendo. - <Si te portas bien te daré una copia de la "llave", pero deberás aprender a usarla. Ahora sígueme, mi taller está detrás de aquella puerta.> -

- <Jeje, para ¡¡ESTO!!> -

Dijo al tiempo que giraba la llavecita, y abría la puerta. Claro, en un principio no se veía nada entre tan densa oscuridad.

- <Ejem... por aquí estaba... ¡Ajá!> - Dijo a la vez que encontraba y presionaba un botón en la muralla.

Grandes lámparas se encendieron en las murallas, revelando una habitación muy amplia, con las murallas pintadas de un color azul zafiro. En un rincón había una mesa de dibujo, con todos los implementos para crear planos. Habían unos cuantos estantes con partes y piezas, algunas máquinas colgadas de la pared, y otras yacían ordenadas en una hilera perfecta al fondo de la habitación. Al centro había 2 mesas relativamente grandes, una con dos planos que casi cubrían el mueble, y la otra con más partes y un lente de aumento al final de un brazo articulado, todo ordenado encima de la mesa. Un ropero destacaba a un lado de la puerta, cerca del botón que encendía las luces.

Para gente entendida en el tema, le hubiera extrañado ver todo tan ordenado y estructurado: más que un taller, parecía un museo.

- <Te presento, MI TALLER.> - Dijo en un tono solemne, con una gran sonrisa de orgullo en su cara. - <Créeme, si supieras la cantidad de gente que le interesaría venir y robar mis inventos, entenderías el porqué del guardián. Además, mantiene a las "visitas indeseadas" a raya, así puedo trabajar tranquilo. Por cierto, en un principio el guardián no lo era, sino que era una especie de "caja de herramientas ambulante", así no tenía que pararme a cada rato a buscar mis herramientas. Pero dada ciertas "experiencias", me ví en la obligación de adaptarlo para tal propósito.> - Terminó de contar. A él mismo le sorprendió la cantidad de cosas que estaba contando, pero no le molestaba para nada. Después de todo, era muy probable que Anya le fuera de utilidad, ya que no le era molesto hablarle... claro, exceptuando el hecho de que seguía sucia, ya que eso era lo único que hasta el momento le incomodaba. Quizás podría entrenarla como su "ayudante". Todo dependía de qué si Alex encontraba que Anya tenía las aptitudes suficientes como para poder asistirle en sus creaciones.

Pero antes que ponerla a prueba, debía preocuparse de que quedara bien limpia. Se acercó al ropero, y al abrirlo reveló 7 mamelucos de mecánico, perfectamente planchados y colgados. Sacó uno, y se lo pasó a Anya.

- <Ésta será tu ropa, hasta que consigamos telas para hacer ropa a tu medida. CUIDALA. > -

Luego de pasarle a Anya lo que sería su ropa, se dirigió a la puerta, pero se detuvo bruscamente diciendo: - <Casi me olvido de las toallas... espérame un momento.> - Dijo al tiempo que abría un cajón y sacaba dos toallas grandes, y un jabón. Cerró el cajón y se acercó al ropero, para sacar otro mameluco, un par de botas de seguridad, y ropa interior. Secretamente, sacó del fondo del ropero una pequeña bolsita de cuero, la cual depositó en su bolsillo.
- <Ya que tienes que bañarte, aprovecharé y me bañaré contigo. Así me aseguraré de que quedes bien limpia.> - Dijo sin darle la mayor importancia a lo que estaba diciendo. Tomó a Anya del hombro, y sin darle tiempo de que preguntara nada, salieron del taller.

{He de decir que ADORO tu personaje, y tus posts están geniales}

La actitud de Anya cambió de un segundo a otro. De estar agazapada, con el cuerpo pegado al rubiecito, pasó a abirse paso entre el taller, con los ojos brillantes y el paso felino que le caracterizaba, completamente emocionada, pero de manera cuidadosa. Estaba todo tan pulcro que temía "corromper" el lugar.
Ese lugar tenía de todo; casi solo herramientas adaptadas, todo era fuera de lo común, todo resaltaba allí, y su curiosidad comenzaba a desbordarse. Antes de que le pudiesen decir algo, avanzó para observar los planos. No entendía lo que decían, pero memorizó las imágenes y el diseño a la perfección. No es como que lo hubiese hecho con intención, pero aquellos diseños tétricos, pero a la vez elegantes, se quedaron grabados en su mente, que mientras Anya volteaba para escuchar a Alex con los ojos encendidos, su cerebro seguía intentando descifrar aquellos complicados símbolos.

- <Esto es genial...>- Susurró mirando a Alex como si le hubiese dado el mejor regalo del mundo, y la agradeciese con la mirada. - <Sí, creo que ya lo entiendo, aunque más que inventos son "obras de arte"...>- Respondió ante su frase. Por primera vez, soltaba un comentario fuera de lo común, una opinión propia, como si hubiese entrado inmediatamente en confianza con Alex al mostrarle aquél lugar.

¡Es que era sencillamente increible! No era fanática de la mecánica, ni tenía una jodida idea de como arreglar un reloj, pero adoraba crear; y esto es lo que hacía su jefe... crear, saber que tienes el completo control de lo que estás armando... poder llevar una idea a la realidad de manera absoluta.. todo eso era.. era...

Pasó las manos por encima de los instrumentos, pero sin tocar absolutamente nada.

Tomó la ropa, y la miró por completo. Era ropa de chico, y era ropa de trabajo. Pestañeó un par de veces, confundida ¿De verdad esperaba que se pusiese eso? Pero no quizo reclamar; se la guardó debajo del brazo y continuó recorriendo el taller emocionadísima.

Esperó en la puerta que trajese las toallas, pensativa. Tampoco pareció importarle el comentario, al menos los dos primeros segundos, luego pareció despertar, y le miró con la cabeza ladeada.

- <¿Eso está permitido?>- Inquirió, pero fue rápidamente arrastrada fuera del taller. No recordaba haberse duchado junto aquellas que le bañaban, pero realmente parecía algo sin importancia alguna.

- <¡Espera! ¡Quiero ver más! ¿De qué eran esos mapas? ¿Y como transformaste las herramientas en aquél guardián? ¿Utilizaste alggún sistema de engranaje o funciona con energía provisional? ¿De donde has sacado todas las herramientas? ¿Y los materiales? ¿Lo has hecho todo tu solo? > - Las palabras escapaban de su boca, mientras aceleraba el paso para alcanzarle quedándose rápidamente sin aliento. Esperaba que le respondiese. ¡Tenía demasiadas preguntas!

Para ella la ducha podía esperar, pero pareccía que para Alex no...

{Gracias, la verdad estoy disfrutando DEMASIADO este roleo xD.}

Hablando seriamente, no había escuchado de ninguna regla que dijiese que no se podían bañar juntos, tan solo sabía que habían duchas separadas. Pero como dentro del reglamento no se nombraba nada respecto a eso, Alex sacaría provecho de ese "vacío legal". Además, no sería la primera vez que se duchaba en las duchas de las mujeres, solían estar más limpias que las de los varones.

- <Los hombres y las mujeres se duchan de manera separada. Pero de todas maneras a esta hora ambas duchas están vacías, así que no debe haber ningún problema si nos duchamos juntos. Quiero asegurarme que quedes totalmente limpia antes de traerte de nuevo a mi taller.> -

Mientras Anya seguía con su lluvia de preguntas, Alex, sonriente, cerraba con llave la puerta del taller. Parece que le impresionó mucho mi taller... Eso me da una idea.

- <Calma, calma... luego de la ducha, si quieres te mostraré más cosas de mi taller, y aclararé tus dudas. Ahora, sígueme: hay que reactivar al guardián.> -

Tomó a Anya del hombro y la apegó hacia él, mientras caminaban hacia las dos luces verdes que señalaban dónde estaba el guardián. Se paró frente al guardián, diciendo:

- <Prepárate: Nos dará 30 segundos para alejarnos de él tanto como podamos, así que tendremos que correr hacia la puerta del sótano. Cuando te diga que corras, corre.>-

Alex tragó saliva. Esta parte siempre le gustaba, ya que la carrera le hacía fluír adrenalina por todo su cuerpo. Había creado un guardián tan mortífero, que si no alcanzaban a correr seguro quedarían hechos añicos. Suspiró, y sacó la pieza de metal que había puesto antes, rápidamente guardándola en su bolsillo. El guardián comenzó a hacer ruidos extraños, para luego soltar 3 pitidos bajos, y uno alto. Cuando sonó el último pitido, Alex exclamó: - <¡¡AHORA!!> -, al mismo tiempo que tomaba la mano de Anya para comenzar a correr a través de la oscuridad del sótano.

Cuando llegaron a la puerta del sótano, Alex se detuvo, y miró hacia atrás. Ya no se veían las luces rojas del guardián, por lo que ya estaban a una distancia segura. Soltó una carcajada, al tiempo que decía:

- <Definitivamente la adrenalina es una sustancia maravillosa, ¿no crees?> -.

Miró a Anya, la cual tenía una mueca de dolor en su rostro. La miró detalladamente, miró cada centímetro de su esbelto cuerpo buscando qué podría haberle sucedido, para luego darse cuenta de que le faltaba un zapato.

- <*sigh*... Lo siento, creo que me excedí... No tomé en consideración de que quizás no podías correr tan rápido como yo... Déjame compensarte. Sujeta estas cosas por un momento, por favor> - Dijo a la vez que le pasaba el pequeño lote de ropa y toallas que llevaba en brazos. Abrió la puerta de par en par, para luego tomar en sus brazos a Anya. La levantó como quien levanta a una princesa, y le dijo:

- <Cuando vengamos de vuelta buscaremos con calma tu zapato. Por cierto, la "compensación" no termina con solo llevarte en brazos. Ya verás qué sigue.> -

Avanzó con Anya a través del umbral, y luego cerró la puerta del sótano de un taconazo. Entonces comenzó a caminar, con Anya en sus brazos, en dirección a los baños de niñas.

Anya jadeaba con fuerza,mientras seguía aferrada con fuerza al brazo de Alex. Antes de que pudiese decir nada, el ya se había percatado del dolor y sorpresa en el rostro de la jovencita. Anya tan solo abrio los ojos como plato ante su comentario ¿¡Qué tenía aquello de agradable?! Pero conforme su respiración se iba calmando, se daba cuenta de que la extraña aceleración de su corazón,y la reciente inyección de energía era... casi tan agradable como lo que ocurría cuando comía dulces....

Casi.

Estiró las manos instantáneamente para sostener todo, pero él la levantó repentinamente: - ¡Kyah! - Gimió levemente preocupada,mientras abrazaba la ropa haciendo lo posible para no botarla al suelo.

Asintió con la cabeza. Lo que el dijiese estaba bien.Actualmente no sabía si el rubor en su rostro era por la agitada situación o por algo más...

De todos modos dejó que su fuerte jefe cargara con el peso de su delicado cuerpecito... Realmente ansiaba un baño.

{Siento la tardanza y lo corto ;x;]

A medida que avanzaba a través de los pasillos de la institución con Anya en brazos, varias cosas fueron pasando por su mente. Lo primero, ¿qué hacía una niña (aparentemente) rusa en ese lugar? A menos que él estuviera equivocado (lo cual era casi imposible), aunque no supiera exactamente en dónde se encontraba aquel lugar, estaba más que seguro de que no era Rusia, ya que no se le parecía en nada. Segundo, ¿cuál era la razón de que ella apareciese en esa institución? A juzgar por Alex, encontraba que ella era "demasiado normal" para estar en ese lugar; parecía una niña común y corriente, y si no fuera por la suciedad que cubría su cuerpo, hubiera jurado que venía de una buena familia. Y tercero, ¿qué demonios pasaba con él? Aparte de Nick, no había conocido otra persona con la que se sintiera a gusto; pero con ella era distinto, no tenía ningún problema en ser como verdaderamente él era: un tipo excéntrico que cuando algo le interesaba se emocionaba demasiado.

De todos modos, esta situación dejó de importarle en tan sólo unos segundos. De cualquier manera, lo que importa es que me estoy entreteniendo mucho, tanto que no recuerdo la última vez que fue así... Mejor dejemos las cosas tal y como están, así es más entretenido esperar el "desenlace", sea cual sea.

Continuó caminando por el pasillo, y justo antes de llegar a la puerta del baño de las niñas, comenzó a detenerse lentamente, evitando que Anya se cayera de sus brazos. Se detuvo frente a la puerta del baño, diciendo:
- <Ya, hemos llegado. ¿Quieres que te cargue hasta una de las bancas que hay dentro? No creo que puedas caminar con tu pie en ese estado...> -

{User: También siento la tardanza, pero he estado muy ocupado... Cuando postees, por favor cierra tú este tema y abre el siguiente en el baño de niñas :). Saludos~}

Se mantuvo ruborizada un buen rato, & luego se limitó a asentir; tenía razón, en el estado que estaba no podría caminar muy rápido, & para su jefecito, parecía ser una ligera pluma en sus brazos, así que ¿Qu{e importaba si la cargaba un par de pasos más allá?
No le importó que fuesen al baño de niñas, ni siquiera lo procesó, de todos modos, ella era una niña ¿No? Así que no tenía porque importarle, o pensarlo demasiado... Solo deseaba un baño, urgentemente, con agua tibia, relajante... Apenas vio el baño, todo oscuro, sucio y bastante tétrico, cambió de opinión. Un baño en un lugar así no podía ser agradable, además como iba a disfrutar un baño si era solo una ducha vacía? ¡¿Dónde estaba la tina?!... Pero el caso urgía, & su jefe había sido muy claro, así que se limitó a suspirar & aceptarlo.

{Al menos no tengo que bañarme sola en este lugar...} Pensó levemente aliviada, sin darse cuenta de la real importancia de lo que estaba pensando.

- Fin del tema -

[Ya abro yo el tema en el baño... algún día x.x]