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El despertar
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El despertar
por Collin Cross Dom Ene 16, 2011 6:00 pm
El sol comenzaba a iluminar marcando el comienzo de un nuevo día. Sin embargo, en aquel orfanato losdías llegaban a ser monótonos e iguales entre sí. La noche resultaba mucho más atractiva e interesante en aquel lugar. Sin embargo, para alcanzar aquel preciosa momento, primero había que sobrepasar aquellas horas en las que la luz ocupaba todo el lugar. había que ser paciente y esperar a que las sombras creciesen para hacer del interior del edifico su hogar por un tiempo. Aquel era siempre el momento crítico para Collin, el momento en el que tenía que abandonar su cama. Eso implicaba para él tener que abandonar su soledad para verse obligado a entablar contacto con otros, un contacto que no le producía ninguna satisfacción, pero que le era un mal necesario. Después de todo, los juegos que más apreciaba necesitaban de otra gente, aunque solo fuese para su propio disfrute.
Sin muchas ganas, abandonó su colchón y se dispuso a preparase. Una vez en pie, se quitó el pijama y se puso su ropa. Adoraba aquella ropa, su chaqueta negra con aquellas nubes de color rojo era su preferida. Una vez estuvo listo se calzó sus pequeños zapatos y ya estuvo listo para comenzar el dia. Cuando estaba a punto de salir de la habitación, recordó que se olvidaba de sus preciadas marionetas y volvió hasta su cama para recogerlas. Las tomó entre sus manos y vigilando de que nadie le observaba se las guardó en el interior de su chaqueta. Aquello era lo único que había traido consigo a parte de su ropa, y les tenía un especial afecto. Durante mucho tiempo, habían sido sus únicas compañeras en la vida. Hasta que conoció la Principe Oso y a la Princesa de la Rosa. Aquel encuentro había sido el mayor cambio que habí experimentado. Se convirtieron en sus primeros amigos de carne y hueso. Pero a pesar de ello, no había abandonado a sus compañeras de madera.
Una vez las hubo cogido, se dirigió hacia la puerta para descender a la cafetería y poder tomar así el desayuno.
Sin muchas ganas, abandonó su colchón y se dispuso a preparase. Una vez en pie, se quitó el pijama y se puso su ropa. Adoraba aquella ropa, su chaqueta negra con aquellas nubes de color rojo era su preferida. Una vez estuvo listo se calzó sus pequeños zapatos y ya estuvo listo para comenzar el dia. Cuando estaba a punto de salir de la habitación, recordó que se olvidaba de sus preciadas marionetas y volvió hasta su cama para recogerlas. Las tomó entre sus manos y vigilando de que nadie le observaba se las guardó en el interior de su chaqueta. Aquello era lo único que había traido consigo a parte de su ropa, y les tenía un especial afecto. Durante mucho tiempo, habían sido sus únicas compañeras en la vida. Hasta que conoció la Principe Oso y a la Princesa de la Rosa. Aquel encuentro había sido el mayor cambio que habí experimentado. Se convirtieron en sus primeros amigos de carne y hueso. Pero a pesar de ello, no había abandonado a sus compañeras de madera.
Una vez las hubo cogido, se dirigió hacia la puerta para descender a la cafetería y poder tomar así el desayuno.
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Re: El despertar
por Nicholas Donovan Mar Ene 18, 2011 3:52 am
Después de muchas horas de haber dejado su alma en descanso en su habitación, se decidió a salir de ahí, después de todo había pasado demasiados días a oscuras metidando sobre la vida. En mas de alguna ocación salió, pero fue solo para colarse al cuarto de Dahlia, regalarle alguna caricia sin reparo, y volver a su lugar de descanso.
Abrió la puerta, caminó por el pasillo y bajó las escaleras, se escuchaba uno que otro ruido de los nuevos miembros del orfanato, por el momento todos eran desconocidos a los ojos del príncipe, puesto no andaba con sus gafas puestas; vestía un pantalon de tela de color blanco, un tanto ajustado a sus formas, una polera con cuello alzado de color lila, y sobre esta, un polerón con capucha, con corte en V, de un color que hacia juego.
Caminaba y podía observar claramente y con la mirada perdida, el como los hilos del destino comenzaban a recorrer la casa, nuevos desdichados se encaminaban hacia acá y era su misión el recibirlos como era merecido, darles su merecida advertencia y prepararlos para su estadía eterna.
[Despues de todo, ¿Existiría honor más grande, como el de la bienvenida personal a manos del señor de la casa?], ante este pensamiento no pudo evitar sonreír, cuando pasaba por el costado de los dormitorios, y no pudo evitar observar al pelirojo que ahí se encontraba, sin saber de quien se trataba, pensaba que talvez él le podría acompañar o por lo menos darle algún aviso de que acontecía en el orfanato mientras el descansaba; después de todo, el andar sin sus anteojos no le favorecía a la vista.
Entró en la habitación para saber de quien se trataba, y para entablar contacto, solo bastó con un simple saludo - Hola, buenos días - dijo con un tono enérgico, mientras miraba al muchacho mas cerca, solo para darse cuenta con algo de relajo, de que no era nada más ni nada menos que el conde, sonrió ampliamente, mientras cerraba sus ojos, y luego esbozaba suavemente en dirección al pequeño, - ¿Que de nuevo ha ocurrido en mi ausencia? - esta vez las palabras tomaron un tono un poco más grave, mientras se sentaba apoyaba en la pared, y ahora sí sacaba sus anteojos para colocarselos y mirar serio al rostro del pequeñin.
Abrió la puerta, caminó por el pasillo y bajó las escaleras, se escuchaba uno que otro ruido de los nuevos miembros del orfanato, por el momento todos eran desconocidos a los ojos del príncipe, puesto no andaba con sus gafas puestas; vestía un pantalon de tela de color blanco, un tanto ajustado a sus formas, una polera con cuello alzado de color lila, y sobre esta, un polerón con capucha, con corte en V, de un color que hacia juego.
- Spoiler:
Caminaba y podía observar claramente y con la mirada perdida, el como los hilos del destino comenzaban a recorrer la casa, nuevos desdichados se encaminaban hacia acá y era su misión el recibirlos como era merecido, darles su merecida advertencia y prepararlos para su estadía eterna.
[Despues de todo, ¿Existiría honor más grande, como el de la bienvenida personal a manos del señor de la casa?], ante este pensamiento no pudo evitar sonreír, cuando pasaba por el costado de los dormitorios, y no pudo evitar observar al pelirojo que ahí se encontraba, sin saber de quien se trataba, pensaba que talvez él le podría acompañar o por lo menos darle algún aviso de que acontecía en el orfanato mientras el descansaba; después de todo, el andar sin sus anteojos no le favorecía a la vista.
Entró en la habitación para saber de quien se trataba, y para entablar contacto, solo bastó con un simple saludo - Hola, buenos días - dijo con un tono enérgico, mientras miraba al muchacho mas cerca, solo para darse cuenta con algo de relajo, de que no era nada más ni nada menos que el conde, sonrió ampliamente, mientras cerraba sus ojos, y luego esbozaba suavemente en dirección al pequeño, - ¿Que de nuevo ha ocurrido en mi ausencia? - esta vez las palabras tomaron un tono un poco más grave, mientras se sentaba apoyaba en la pared, y ahora sí sacaba sus anteojos para colocarselos y mirar serio al rostro del pequeñin.
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Re: El despertar
por Collin Cross Mar Ene 18, 2011 5:30 am
Ya estaba preparado y dispuesto para proseguir su camino, cuando sintió una presencia. Alguien más había entrado en la habitación. Se lamentó de ese haco, ya que no era una de sus aficiones tener que tratar con otros. Penso que tal vez sería alguno de los recién llegados con alguna pregunta, como por ejemplo donde estan los baños o alguna duda por el estilo. Si supuieran aquellos ingenuos que les deparaba el futuro, no estarian tan preocupados por hacer sus necesidades. Pero ya llegaría el momento para que cambiasen su mentaildad y sus prioridades. Para más fastidio de Collin, el sujeto que había hecho acto de presencia era un chico. Aquelo si que lo irritaba, no podía tratar con otros chicos de su mismo género a excepción del príncipe Oso, pero no le quedaba más remedio. Con toda la indiferencia que pudo reunir para evitar mostrar su enfado y repulsión devlvió el saludo de forma gélida.
- Buenos dias.- Fue lo único que dijo en un tono frío y sin emoción. Pero cuando se percató de con quien estaba tratando realmente, su humor cambió por completo. No pudo evitar mostrar una cara de asombro al descubrir a su interolcutor. Se trataba del príncipe en persona, y se sentía halagado de que hubiese decidido saludarle.- Mil perdones, no sabia que se trataba de una visita tan especial.- Esbozó una sonrisa algo nerviosa, y realizó una leve reverencia hacia su persona. No esperaba encontrarselo allí, nada más salir de la cama y dirigiendose a por su desayuno.Le pedía información, pero todavia no había dispuesto de tiempo suficiente como para obtener algo relevante. No sería nada lo que pudiese contarle, y que probablemente no supiese ya. Sabía que pocas cosas escapaban a su conocimiento en aquel lugar. Se metió las manos en los bolsillos, para mantener una figura más calmada, aunque sus manos no paraban quietas en los pliegues de su ropa.- Bueno, de momento lo único que sé es que ha llegado gente nueva al orfanato, aunque todavía no he podido tratar con ninguno de ellos..- Durante su breve informe, el príncipe se colocó sus anteojos, que le otorgaban un aspecto todavía más distinguido.
- Buenos dias.- Fue lo único que dijo en un tono frío y sin emoción. Pero cuando se percató de con quien estaba tratando realmente, su humor cambió por completo. No pudo evitar mostrar una cara de asombro al descubrir a su interolcutor. Se trataba del príncipe en persona, y se sentía halagado de que hubiese decidido saludarle.- Mil perdones, no sabia que se trataba de una visita tan especial.- Esbozó una sonrisa algo nerviosa, y realizó una leve reverencia hacia su persona. No esperaba encontrarselo allí, nada más salir de la cama y dirigiendose a por su desayuno.Le pedía información, pero todavia no había dispuesto de tiempo suficiente como para obtener algo relevante. No sería nada lo que pudiese contarle, y que probablemente no supiese ya. Sabía que pocas cosas escapaban a su conocimiento en aquel lugar. Se metió las manos en los bolsillos, para mantener una figura más calmada, aunque sus manos no paraban quietas en los pliegues de su ropa.- Bueno, de momento lo único que sé es que ha llegado gente nueva al orfanato, aunque todavía no he podido tratar con ninguno de ellos..- Durante su breve informe, el príncipe se colocó sus anteojos, que le otorgaban un aspecto todavía más distinguido.
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Re: El despertar
por Nicholas Donovan Sáb Ene 22, 2011 7:51 am
[Como osas desconocerme y no darme el trato merecido...]
Sonrió ante la fría bienvenida que se le dió, sonreía porque esa sería una de las razones para luego dejar caer algún castigo sobre el pelirrojo conde.
Se separó de la pared al ver como le saludaban con la propiedad que se merecía, y suavemente se acomodó los lentes, dió un paso y se acercó al pequeño y con un tono de voz un tanto despectivo le dijo - ¿Sabes porque tienes tu cargo? - le preguntó mirandole portentosamente - Porque yo así lo quise, entonces deberías de agradecerme por ello - le dijo mientras pasaba su mano por sobre la cama - ¡¿Que acaso no eres el titiritero?! - le dijo con un volumen un poco más alto, mientras se subía a la cama, y le miraba con sus ojos chispeantes como dos centellas, dos orbes que brillaban con esa luz intensamente oscura, bañada en locura, casi como la que solo los ángeles caídos, en el presagio de la muerte pueden llegar a tener.
- ¡El príncipe titiritero! - acabó de decir, mientras de pie sobre la cama abría los brazos y daba un giro para luego detenerse y mirar al joven pelirojo que yacía a sus pies.
- Espero que nunca olvides mis palabras - realmente le bastaba con una chispa para encender la hoguera del príncipe, pero asi como encendía, se podía apagar, y realmente la actitud del joven príncipe no era la propicia para hacerle despertar, todavía no.
Sonrió ante la fría bienvenida que se le dió, sonreía porque esa sería una de las razones para luego dejar caer algún castigo sobre el pelirrojo conde.
Se separó de la pared al ver como le saludaban con la propiedad que se merecía, y suavemente se acomodó los lentes, dió un paso y se acercó al pequeño y con un tono de voz un tanto despectivo le dijo - ¿Sabes porque tienes tu cargo? - le preguntó mirandole portentosamente - Porque yo así lo quise, entonces deberías de agradecerme por ello - le dijo mientras pasaba su mano por sobre la cama - ¡¿Que acaso no eres el titiritero?! - le dijo con un volumen un poco más alto, mientras se subía a la cama, y le miraba con sus ojos chispeantes como dos centellas, dos orbes que brillaban con esa luz intensamente oscura, bañada en locura, casi como la que solo los ángeles caídos, en el presagio de la muerte pueden llegar a tener.
- ¡El príncipe titiritero! - acabó de decir, mientras de pie sobre la cama abría los brazos y daba un giro para luego detenerse y mirar al joven pelirojo que yacía a sus pies.
- Espero que nunca olvides mis palabras - realmente le bastaba con una chispa para encender la hoguera del príncipe, pero asi como encendía, se podía apagar, y realmente la actitud del joven príncipe no era la propicia para hacerle despertar, todavía no.
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Re: El despertar
por Collin Cross Sáb Ene 22, 2011 8:23 am
- Os ruego me perdoneis por no haberos recibido como debía. Me acabo de despertar y mi cabeza todavía se encuentra adormecida.
Se maldijo a si mismo por su propia estupidez, como podía haberle pasado algo así a él. Sin duda aquello le traería repercusiones negativas, ya que se imaginaba que el príncipe no iba a olvidar el asunto. Lo único que le quedaba era arrepentirse y rezar para que aquello aplacase la ira del principe. Cuando se acercó hacia Collin, este se sintió verdaderamente intimidado ante su presencia. Parecía desprender un aura de mando y majestuosidad que casi nadie podía resistir. Ahora le recordaba a que se debía su cargo dentro de la aristocrácia del crayón rojo. Era él quien se lo había otorgado, y como bien podía adivinar Collin si se lo había entregado, también podía arrebatarselo. Aquel no era un pensamiento agradable, significaba perder demasiado y se trataba de lo último que deseaba.
-Si mi señor, todo se lo debo a su majestad y nunca podré hacer lo suficiente para agradecer el honor que me fue concedido con tal benevolencia.- Cuando se sentó en la cama, sus ojos brillaron, mostrando el inmenso abismo en cuyo borde se encontraba el joven pelirrojo en aquellos instantes. Era una mala señal, el Príncipe Oso no estaba contento con él y eso implicaba infinidad de peligros y problemas para su persona. Bajo aquella mirada, no pudo evitar sentirse diminuto, simplemente un poco de polvo llevado por el viento. No era nada ate su presencia, y aquello era realmente intimidatorio, no pudo aguantar la mirada, y bajó la cabeza como señal de sumisión.
- No majestad nunca las olvidaré. Espero poder realizar alguna acción que pueda servir para enmendar mi fatal error de antes. Estoy dispuesto para todo lo que decidais ordenarme. Siempre a vuestro servicio.- Realizó una pronunciada reverencia, esperaba intentar clamarle con aquellas palabras. No deseaba ganarse la enemistad de aquel con el control absoluto de las vidas de todos aquellos que habitaban en aquel edificio.
Se maldijo a si mismo por su propia estupidez, como podía haberle pasado algo así a él. Sin duda aquello le traería repercusiones negativas, ya que se imaginaba que el príncipe no iba a olvidar el asunto. Lo único que le quedaba era arrepentirse y rezar para que aquello aplacase la ira del principe. Cuando se acercó hacia Collin, este se sintió verdaderamente intimidado ante su presencia. Parecía desprender un aura de mando y majestuosidad que casi nadie podía resistir. Ahora le recordaba a que se debía su cargo dentro de la aristocrácia del crayón rojo. Era él quien se lo había otorgado, y como bien podía adivinar Collin si se lo había entregado, también podía arrebatarselo. Aquel no era un pensamiento agradable, significaba perder demasiado y se trataba de lo último que deseaba.
-Si mi señor, todo se lo debo a su majestad y nunca podré hacer lo suficiente para agradecer el honor que me fue concedido con tal benevolencia.- Cuando se sentó en la cama, sus ojos brillaron, mostrando el inmenso abismo en cuyo borde se encontraba el joven pelirrojo en aquellos instantes. Era una mala señal, el Príncipe Oso no estaba contento con él y eso implicaba infinidad de peligros y problemas para su persona. Bajo aquella mirada, no pudo evitar sentirse diminuto, simplemente un poco de polvo llevado por el viento. No era nada ate su presencia, y aquello era realmente intimidatorio, no pudo aguantar la mirada, y bajó la cabeza como señal de sumisión.
- No majestad nunca las olvidaré. Espero poder realizar alguna acción que pueda servir para enmendar mi fatal error de antes. Estoy dispuesto para todo lo que decidais ordenarme. Siempre a vuestro servicio.- Realizó una pronunciada reverencia, esperaba intentar clamarle con aquellas palabras. No deseaba ganarse la enemistad de aquel con el control absoluto de las vidas de todos aquellos que habitaban en aquel edificio.
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Re: El despertar
por Nicholas Donovan Dom Feb 13, 2011 4:22 pm
Escuchó con calma las palabras del pelirrojo conde, y las asintió una por una a medida que el las decía, después de todo, el era uno de los dueños de la casa, pero eso no estaba en tela de duda ahora mismo.
- Solo la muerte sería cura para tan fatal error - le dijo en un tono irónico al terminar de escuchar lo que el esbozaba con gran respeto.
- Pero bueno, no importa - dijo ya más relajado, mientras sacaba un guante de su bolsillo y lo colocaba en su mano derecha, luego hizo lo mismo con la mano izquierda.
- Lo que realmente me interesa es que te empiezes a mover, que estires tus hilos a través del lugar, tus marionetas se convertirán en mis ojos y oídos, espero que cualquier acción indebida sea castigada, después de todo tienes que hacer valer tu cargo pequeño conde - sus ojos se tornearon de un matíz azul oscuro, cerrando las puertas del abismo y devolviendo sus gestos a la normalidad, encerrando esa locura que a ratos se fuga por los poros de su piel.
- ¿Alguna Duda? - Le preguntó en un tono infantil, después de todo, en el fondo, Nicholas no era más que un niño ad portas a su adolescencia, por ende su "inocencia" todavía era actuable - No tengas miedo a preguntar - concluyó la frase, esta ves sonriendole infantilmente, lo cual no cesaba de ser tanto más terrorífico que cuando el deja la locura fluir.
- Solo la muerte sería cura para tan fatal error - le dijo en un tono irónico al terminar de escuchar lo que el esbozaba con gran respeto.
- Pero bueno, no importa - dijo ya más relajado, mientras sacaba un guante de su bolsillo y lo colocaba en su mano derecha, luego hizo lo mismo con la mano izquierda.
- Lo que realmente me interesa es que te empiezes a mover, que estires tus hilos a través del lugar, tus marionetas se convertirán en mis ojos y oídos, espero que cualquier acción indebida sea castigada, después de todo tienes que hacer valer tu cargo pequeño conde - sus ojos se tornearon de un matíz azul oscuro, cerrando las puertas del abismo y devolviendo sus gestos a la normalidad, encerrando esa locura que a ratos se fuga por los poros de su piel.
- ¿Alguna Duda? - Le preguntó en un tono infantil, después de todo, en el fondo, Nicholas no era más que un niño ad portas a su adolescencia, por ende su "inocencia" todavía era actuable - No tengas miedo a preguntar - concluyó la frase, esta ves sonriendole infantilmente, lo cual no cesaba de ser tanto más terrorífico que cuando el deja la locura fluir.
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Re: El despertar
por Collin Cross Dom Feb 13, 2011 5:38 pm
Intentó mantener la compostura a la espera de la respuesta del Príncipe. Sabía que su primera reacción hacia él no le habían sentado nada bien. Sabía lo suficiente como para entender que muy probablemente hubiera un castigo para él. No era una idea que le agradase precisamente, pero había actuado mal y aceptaría las consecuencias, aunque no se esperaba un castigo de aquellas proporciones. Una gota de sudor frío recorrió su frente hasta llegar a su cuello. Se estaba hablando de su ejecución por aquel error. Eso sin duda no estaba en sus planes, una solución demasiado drástica para su opinión, que no pensaba comentar con él. En aquellos momentos no era la mejor idea sugerirle que tal vez fuese demasiado radical.
Sin embargo, parecía que aquella sentencia no iba a ser ejecutada, al menos por el momento. Nunca podía estarse seguro por completo con el Príncipe, pero parecía que se estaba calmando. Dio gracias en silencio por ello ya que no quería acabar como un cadáver. No era algo que le agradase. Esperaba poder redimirse ante sus ojos y evitar tan funesto destino, aunque solo fuese por un tiempo.
- Tal y como lo ordenáis se hará. Me pondré a ello inmediatamente, cualquier información que reúna os llegará sin perder ni un instante, de eso podéis estar seguro. No os fallaré y os agradezco la oportunidad de serviros para esta misión.- Realizó una reverencia con los ojos observando el suelo. No quería llamar su atención más de lo necesario y que volviese a pensar en su castigo.
-La verdad es que tengo alguna duda, ¿hay alguien a quien queréis que preste una especial atención por casualidad?- Siempre había algún niño que tenía un comportamiento especialmente indebido o que supusiese una particular molestia y que debía ser observado más detenidamente.
Sin embargo, parecía que aquella sentencia no iba a ser ejecutada, al menos por el momento. Nunca podía estarse seguro por completo con el Príncipe, pero parecía que se estaba calmando. Dio gracias en silencio por ello ya que no quería acabar como un cadáver. No era algo que le agradase. Esperaba poder redimirse ante sus ojos y evitar tan funesto destino, aunque solo fuese por un tiempo.
- Tal y como lo ordenáis se hará. Me pondré a ello inmediatamente, cualquier información que reúna os llegará sin perder ni un instante, de eso podéis estar seguro. No os fallaré y os agradezco la oportunidad de serviros para esta misión.- Realizó una reverencia con los ojos observando el suelo. No quería llamar su atención más de lo necesario y que volviese a pensar en su castigo.
-La verdad es que tengo alguna duda, ¿hay alguien a quien queréis que preste una especial atención por casualidad?- Siempre había algún niño que tenía un comportamiento especialmente indebido o que supusiese una particular molestia y que debía ser observado más detenidamente.
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Re: El despertar
por Nicholas Donovan Dom Feb 13, 2011 6:02 pm
- No debes agradecer nada - Le dijo con un tono que ya rozaba lo agudo y femenino, sentado sobre la cama, comenzó a mover las piernas, casi como si las estuviese balancenado, con una amplia sonrisa en su cara - Espero que no falles, no perdono dos veces una falta - le dijo sin dejar de mover las piernas.
Para cuando escuchó la siguiente pregunta, cesó su tambaleo, y comenzó a pasar por su cabeza las infinitas posibilidades de "vigilancia", pero no nombro a nadie, siguió ahí en silencio un par de segundos más, hasta que lo miró, acomodandose las gafas, [¿Realmente debo decirle todo lo que tiene que hacer?, ¿Realmente son tan ineptos?, Por Dios...] pensó, realmente esperaba que los aristócratas fuesen algo más activos.
- Lo dejo a tu criterio joven duque, y sí, me gustaría que hicieras buenas migas con Daemon Algibe, es un personaje peculiar que necesito que me mantengas al tanto de lo que hace, dice e incluso piensa - le dijo recordando que aquel principe olvidado debía ser castigado por su deshonra a la orden.
- Y espero que hagas caer el carmín puño de la justicia de la orden de la rosa, sobre aquel que incumpla las reglas - le dijo esta vez acomodando nuevamente sus anteojos, para esta vez ocultar su vista tras el reflejo del sol por la ventana, ocultando las intenciones con las que dijo esta última frase, tal vez si hubiese sido de noche, el pequeño hubiese entendido el contexto de esa frase, pero por ahora esperaba que no la olvidase.
- ¡Ah!, se me había olvidado, trata de pasearte por la recepción, encargate de observar muy bien a cada nuevo inquilino de la casa -
Para cuando escuchó la siguiente pregunta, cesó su tambaleo, y comenzó a pasar por su cabeza las infinitas posibilidades de "vigilancia", pero no nombro a nadie, siguió ahí en silencio un par de segundos más, hasta que lo miró, acomodandose las gafas, [¿Realmente debo decirle todo lo que tiene que hacer?, ¿Realmente son tan ineptos?, Por Dios...] pensó, realmente esperaba que los aristócratas fuesen algo más activos.
- Lo dejo a tu criterio joven duque, y sí, me gustaría que hicieras buenas migas con Daemon Algibe, es un personaje peculiar que necesito que me mantengas al tanto de lo que hace, dice e incluso piensa - le dijo recordando que aquel principe olvidado debía ser castigado por su deshonra a la orden.
- Y espero que hagas caer el carmín puño de la justicia de la orden de la rosa, sobre aquel que incumpla las reglas - le dijo esta vez acomodando nuevamente sus anteojos, para esta vez ocultar su vista tras el reflejo del sol por la ventana, ocultando las intenciones con las que dijo esta última frase, tal vez si hubiese sido de noche, el pequeño hubiese entendido el contexto de esa frase, pero por ahora esperaba que no la olvidase.
- ¡Ah!, se me había olvidado, trata de pasearte por la recepción, encargate de observar muy bien a cada nuevo inquilino de la casa -
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Re: El despertar
por Collin Cross Dom Feb 13, 2011 7:40 pm
Aquellas palabras que no mostraban una amenaza, si no un hecho le produjeron un escalofrío que le recorrió toda la espalda. no tenía ninguna intención de fallar con ese encargo. Iba a hacer todo lo necesario para conseguir aquello que le había mandado conseguir. No iba a permitir que aquello resultase mal. Así pues, tenía que ponerse en marcha. lo primero que le hacía falta eran sus "pequeñas marionetas".
Necesitaba agentes de campo para tener ojos y oídos en todas las salas del orfanato. Después de todo no podía estar en todas partes a la vez. Se quedó meditando donde podría conseguir aquellos espias, mientras el príncipe permanecía en silencio ante su pregunta, para después dejarlo todo bajo su criterio. Aquello suponía una gran responsabilidad y no quería decepcionarle.
-Esta bien, me acercaré a Daemon, incluso me convertiré en su sombra si es necesario. Conseguiré averiguar todo sobre él.- De ese personaje tendría que hacerse cargo en persona, ya que no quería que se perdiese ni una pizca de información a su respecto. Aquello no le resultaba agradable, ya que tendría que relacionarse con dicho sujeto, pero lo haría de buena gana por ser un encargo para él y no cualquier otro.
-Así lo haré, de eso podéis estar seguro. Aquellos que infrinjan las reglas recibirán su merecido castigo.-Claramente no iba a permitir que nada de aquello sucediese, rompiendo la tranquilidad en aquel pequeño reino. Haría llegar el poder de de la Orden de la Rosa y de sus majestades hasta cada rincón de la cas que le dijesen que debía revisar y castigar.
Necesitaba agentes de campo para tener ojos y oídos en todas las salas del orfanato. Después de todo no podía estar en todas partes a la vez. Se quedó meditando donde podría conseguir aquellos espias, mientras el príncipe permanecía en silencio ante su pregunta, para después dejarlo todo bajo su criterio. Aquello suponía una gran responsabilidad y no quería decepcionarle.
-Esta bien, me acercaré a Daemon, incluso me convertiré en su sombra si es necesario. Conseguiré averiguar todo sobre él.- De ese personaje tendría que hacerse cargo en persona, ya que no quería que se perdiese ni una pizca de información a su respecto. Aquello no le resultaba agradable, ya que tendría que relacionarse con dicho sujeto, pero lo haría de buena gana por ser un encargo para él y no cualquier otro.
-Así lo haré, de eso podéis estar seguro. Aquellos que infrinjan las reglas recibirán su merecido castigo.-Claramente no iba a permitir que nada de aquello sucediese, rompiendo la tranquilidad en aquel pequeño reino. Haría llegar el poder de de la Orden de la Rosa y de sus majestades hasta cada rincón de la cas que le dijesen que debía revisar y castigar.
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Re: El despertar
por Nicholas Donovan Dom Feb 13, 2011 10:09 pm
Placenteramente sintió el asentir del pequeño vasallo ante la orden de vigilia, le agradaba de sobremanera que sus ordenes fuesen escuchadas y acatadas con tal pulcritud.
- Tus palabras me hacen feliz joven Collin, espero que cumplas bien con tu misión, a cada buen paso que des, una recompensa te esperará - le dijo mientras se incorporaba de la cama, se ponía de pie, y con sus manos cubiertas con los guantes, comenzaba a ordenarse el pantalón que se había arrugado al subir a la cama.
- Por ahora no tengo nada mas que hacer aquí, creo que sería bueno que fuese a desayunar, sino se va a hacer muy tarde para tí - el tono ya era un poco mas jovial, despues de todo el pobre no tenía la culpa de haber nacido en un rango inferior, por lo que tratarlo mal no serviría de mucho, aparte la lealtad siempre es recibida de buena manera - Y cuidado con Daemon, que puede llegar a ser peligroso si no sabes tratar con el - la advertencia nunca estaba de más.
Para Nicholas habían sido unos buenos días bastante interesantes, hace tiempo que no trataba con otra gente que no fuese Dahlia, a veces era bueno entrenar las aptitudes sociales un poco, pero ya era hora de retirarse.
- Tal vez nos veamos en el día, si me quieres buscar, estaré en el jardín o en la biblioteca - le dijo mientras avanzaba lentamente hacia la puerta, acomodandose el traje para que este no se arrugara.
- Tus palabras me hacen feliz joven Collin, espero que cumplas bien con tu misión, a cada buen paso que des, una recompensa te esperará - le dijo mientras se incorporaba de la cama, se ponía de pie, y con sus manos cubiertas con los guantes, comenzaba a ordenarse el pantalón que se había arrugado al subir a la cama.
- Por ahora no tengo nada mas que hacer aquí, creo que sería bueno que fuese a desayunar, sino se va a hacer muy tarde para tí - el tono ya era un poco mas jovial, despues de todo el pobre no tenía la culpa de haber nacido en un rango inferior, por lo que tratarlo mal no serviría de mucho, aparte la lealtad siempre es recibida de buena manera - Y cuidado con Daemon, que puede llegar a ser peligroso si no sabes tratar con el - la advertencia nunca estaba de más.
Para Nicholas habían sido unos buenos días bastante interesantes, hace tiempo que no trataba con otra gente que no fuese Dahlia, a veces era bueno entrenar las aptitudes sociales un poco, pero ya era hora de retirarse.
- Tal vez nos veamos en el día, si me quieres buscar, estaré en el jardín o en la biblioteca - le dijo mientras avanzaba lentamente hacia la puerta, acomodandose el traje para que este no se arrugara.
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